Capitulo cuarenta y seis.

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Valeria.

Queda una semana para Navidad, las cosas aquí están extrañas. Con Daniel mantengo la misma relación que siempre, y así con todo el mundo menos con Jesus que desde el día que vino a mi casa con sus propias llaves no hemos vuelto a hablar.

-¿De qué color queréis el árbol este año? - pregunta mi madre.

-Teníamos pensado ir a comprarlo Val y yo - habla mi hermano.

-Vale, será una sorpresa entonces - dice mi madre, nos da un beso a cada uno y coge su bolso - vendré a la hora de comer, os quiero.

-Chao mama - me despido de ella.

-¿De qué color lo quieres? - pregunta mi hermano.

-Blanco, ¿te gusta? - pregunto y asiente - conduzco yo.

-¿Me vas a dejar algún día conducir? - pregunta y niego con una sonrisa - ¿viene Daniel?

-Y Olivia - le digo y asiente - vámonos ya que si no, con los atascos nos dan las uvas.

-Pues venga - dice levantándose y cogiendo su cartera y móvil.

Cogemos y mi coche y vamos hasta casa de Olivia, después vamos a la de los gemelos y por sorpresa vienen los dos.

Nadie habla en el trayecto y hay un silencio bastante incómodo que intento solucionar con música.

-Creo que cenareis en casa estas Navidades - les digo a los chicos - según me ha dicho mi madre nos juntaremos todas las familias.

-¿Enserio? - dice Olivia - joder que bien - dice y mi hermano la abraza.

-Nos vamos a juntar ciento y la madre - dice Jesus.

Pues no vengas, me dan ganas de decir, pero obviamente me callo.

-¿Como queréis el árbol? - dice Daniel.

-Enorme y blanco- hablo yo.

-Ostia, me encanta - dice él.

-Mira por allí hay blancos - dice mi hermano señalando unos árboles lejanos.

Vamos hasta allí y cogemos el que más nos gusta a todos, el dependiente nos dice que nos lo acercaran a casa hoy, tras eso nos vamos a una tienda de decoración y compramos un montón de cosas.

-Ha llamado papa - dice Antonio - el árbol ya está en casa.

-Pues vamos para allá - digo yendo a pagar.

Volvemos a casa y al entrar vemos el árbol colocado al lado del piano, justamente debajo de la escalera, y que precioso.

-Val un poco más grande y no cabe - me dice mi padre desde la escalera.

-Las cosas a lo grande - digo sonriendo - es precioso.

-Me voy a trabajar, tened cuidado chicos - dice yéndose.

-Vamos a decorarlo - digo sacando las cosas de las bolsas.

Mientras los chicos colocan luces blancas por el árbol y la escalera, Olivia y yo colocamos las bolas en el árbol y un par de adornos encima del piano y en otros lugares del comedor.

-Sólo falta la estrella - dice mi hermano cociéndola de La Bolsa - toma - dice dándomela - colócala tu.

La cojo feliz como una niña chica y subo rápidamente las escaleras, la coloco y justamente encienden las luces, todo está tan bonito...

-El árbol blanco ha sido muy buena elección - habla Jesus - está muy bonito.

-Nunca fallo - digo sonriendo.

La puerta de casa se abre y aparece mi madre.

-¡Dios mío! Chicos está precioso - dice dejando el bolso en el sofá sin dejar de mirar el árbol - que altura, ¡es tremendo!

-Cortesía de Val - dice Olivia.

-Como que me lo imaginaba - dice con una sonrisa mi madre - son las dos y media ¿os quedáis a comer chicos?

-Claro por que no - habla Daniel.

-Yo también - habla Olivia.

Jesus antes de contestar me mira pidiéndome permiso.

-Se quedan todos - habló finalmente.

-¿Qué os parece espaguetis? - pregunta mi madre y nadie pone excusas.

Mientras ellas se va a su oficina a hacer unas llamadas para una colección que tiene entre manos nosotros hacemos la comida.

-¿Qué quieres para Navidad? - me susurra Daniel al odio mientras le doy vuelta a la pasta.

-Nada - le contestó y me niega con la cabeza.

-Algo tienes que querer - dice y niego - pues algo te voy a comprar.

-¿Y tú que quieres? - le pregunto y sonríe simple.

-Lo que yo quiero ya lo tengo - dice y me da un beso en la mejilla.

Vaya, eso sí que no me lo esperaba.

(...)

A 7.594,78 km de Madrid.

Joe anda rápidamente por La Oficina, le cuesta respirar ya que lleva corriendo desde su casa hasta aquí solo por dar esta noticia.

-Todo está listo - habla cuando abre la puerta en la que todos sus compañeros están reunidos - todo ha salido como nos esperábamos.

-¿Cuando empezamos? - pregunta Edward.

-Primero tengo que llamar a Oscar, pero visto lo visto, espero que para principios de año todo haya comenzado, ¡estoy impaciente!

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora