Capitulo cuarenta y nueve.

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24 de diciembre.

Valeria.

Hoy es NocheBuena, y la vamos a celebrar en París, ¿hay algo mejor? Nuestras mini vacaciones aquí están siendo las mejores, Daniel me trata como una princesa y estoy súper feliz ahora mismo. Hoy he decido madrugar e ir a por algo de desayuno para despertar a Daniel. A unos quince minutos de aquí hay una bollaría a la que fuimos hace unos días, y Dios mío, canelita en rama. Compro un par de cruasanes y dos chocolates para llevar, después voy al bar del hotel y cojo un par de paquetitos con nutella y subo a la habitación.

Él aún duerme por lo que preparo el desayuno y espero a que despierte.

Estos días he estado mirando un vestido la mar de bonito para Noche Buena, ya que mi madre me echo cosas en la maleta pero no contaba con que pasaría aquí Navidad, por lo que, creo que me comprare ese vestido, lo que pasa es que es demasiado caro, y con ese dinero me podría comprar medio Zara, con lo cual tengo una gran duda.

-¿Val? - escuchó la voz de Daniel - ¿donde estás? - por su tono de voz noto que acaba de despertar.

-En el comedor - le contesto.

Tarda unos segundos en aparecer por la puerta, y al ver los bollos pierde el culo en venir corriendo y sentarse.

-Buenos días - me da un beso con la boca llena de nutella - me gustaría despertarme todos los días así.

-Tonto - sigo riéndome - como te has puesto - cojo una servilleta y le limpio toda la cara de chocolate - ¿que haremos esta noche?

-Tenía pensado ir a un restaurante, pero podríamos quedarnos en el hotel - dice - siempre y cuando tú quieras, claro.

-Por mi nos quedamos, esta mañana conocí a un par de abuelos ingleses que celebraban sus cincuenta años y me han dicho que es la primera Navidad que celebran solos, podríamos acompañarlos - le sugiero.

-Si es lo que quieres, lo haremos - dice sonriendo - ¿que tienes pensado ponerte?

-No lo sé - me encojo de hombros - quizás vaya de compras.

-Val, es Navidad las tiendas están cerradas - dice obvio.

-La bollería estaba abierta - le digo y rueda los ojos.

-Déjamelo a mi - dice convencido.

-De acuerdo - digo levantándome y poniéndole las zapatillas.

-¿Dónde vas? - me pregunta.

-A una exposición de una galería de arte, no te lo he dicho porque sé que no te gusta - me explico.

-Si a ti te gusta a mí me da igual Val - me dice y niego con una sonrisa.

-Vengo a la hora de comer, espérame en el restaurante.

Me pongo el abriendo y cojo el bolso dispuesta a irme pero él me para cogiéndome la mano.

-Mi beso - dice con voz infantil, me río y le doy un beso - te quiero.

-Te quiero - me despido.

(...)

Cuando termina la exposición vuelvo al hotel y como junto a Daniel, también les presento a los abuelitos que conocí y con los cuales cenaremos esta noche.

Tomamos un café con ellos y después volvemos a la habitación donde Daniel me da otra sorpresa, de las miles que llévanos en este viaje.

Tomamos un café con ellos y después volvemos a la habitación donde Daniel me da otra sorpresa, de las miles que llévanos en este viaje

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En mi habitación esta el vestido que me gustaba pero que era carísimo.

-Te voy a matar Daniel - afirmo.

-¿No te gusta? - dice preocupado.

-Me encanta - le digo - pero ¿por qué haces todo esto Dani? Me pagas un viaje que no tiene pinta de costar barato, me compras este vestido que es más caro que nuestras maletas juntas... No quiero sonar desagradecida ni mucho menos, pero entiéndeme.

-Me encanta - dice con una sonrisa.

-¿El qué te encanta? - le pregunto sin entender nada.

-Tú, tu forma de ser, si le hubiese regalado todo esto a Nerea me habría dado las gracias con una sonrisa y habría disfrutado de mi tarjeta tal cual ella quisiese, y tú, en cambio me insinúas que pare que no quieres que gaste más dinero en ti, eso es lo que me gusta, cualquiera habría aprovechado y luego estás tú, que me das lo más grande de la vida me haces sentir el chico más feliz de mundo y me pides que pare de darte cosas, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no voy a parar de darte todo lo que pueda y más.

-¿Crees que en mi estado me puedes decir todo esto con lo moñas que yo soy? - le pregunto y se ríe.

-Te quiero, te quiero, te quiero - dice comiéndome en brazos - espero que no me dejes nunca.

-No sé cuánto me queda, no sé cómo voy a estar mañana, y si volveré a caer en coma o quizás mejore en un tiempo, pero te prometo que todo lo que pueda vivir, lo quiero hacer contigo - le digo abrazándole - gracias por aparecer en mi vida y darle una vuelta de ciento ochenta grados.

Después de estar recordando los mejores momentos de este año nos arreglamos para esta noche.

La verdad es que en mi estado, hace falta poca cosa para ponerme moñas, y es lo que menos quiero ahora porque me debilito muchísimo, y necesito toda la fuerza del mundo para celebrar la Navidad, porque quizás no vaya a volver a celebrarla.

Nunca había pensado en Daniel como algo más que un amigo, ni si quiera me había planteado una pequeña posibilidad de tener algo. Ni cuando lo vi por primera vez, ni cuando dormíamos juntos, ni cuando casi nos besamos en casa de Raul, quizás no quería ver justo lo que tenía delante, puede ser que estar con Jesus fuera un error y estuviese equivocada, no lo sé, lo que se es que ahora nada me hace más feliz que estar con la persona que me ha dedicado todo su tiempo cuando peor estaba. No me había parado a pensar en todo lo que le debo, dejo la universidad para dedicarse a estar conmigo, se ha pasado día y noche en el hospital y siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado, simplemente ha sido lo mejor que me ha podido pasar.

(...)

Hemos estado cenando junto a la adorable pareja inglesa, cuando se han ido a dormir hemos hecho Skype con la familia y después nos hemos ido a la fiesta del hotel, aunque no con muy sabor de boca ya que mi padre estaba bastante raro y me preocupa que algo malo haya pasado.

Terminamos la fiesta a las ocho menos cuarto de la mañana por lo que directamente nos vamos a la cafetería a comer ya que me muero del hambre, y cuando vamos a subir a la habitación alguien nos interrumpe, ¿que hace aquí mi padre?

-Hija, hay algo muy importante de lo que debemos hablar cuanto antes - dice preocupado.

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora