2.-Una entre miles

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Caminaba por la universidad con mis amigas a través del campus, la mañana estaba calurosa, probablemente treinta grados y ya estaba deseando que terminaran las clases. Estaba sentada sobre la mesa con las piernas cruzadas y apoyada en el banco observando en todas direcciones mientras Allison jugueteaba con mi cabello, recientemente lo había teñido de negro azulado y por algún motivo se había convertido en la novedad en el grupo.

Me encanta como se ondula en las puntas, el mío es demasiado liso y sin volumen —se quejó Allison haciéndome una trenza y acariciando suavemente los mechones largos de mí cabello.

He estado pensando en cortarlo, es pesado y gasto montones en acondicionador —me quejé solo por hacer conversación, estaba aburrida y mi siguiente clase no era precisamente un incentivo.

Me giré en dirección a la cooperativa, estaba empezando a darme sed y la máquina expendedora del edificio B estaba averiada y ni loca iba tomar agua del bebedero, los de ingeniería habían hecho una broma semanas atrás de modo que lograron que el agua del váter saliera disparada por ahí. De solo imaginarlo se me revolvió el estómago. Todos habían terminado expulsados, pero el mal ya estaba hecho.

Me encontraba sumergida en mis pensamientos cuando distinguí su figura en mi campo de visión, playera azul, gorra de rapero, trenza mal hecha y pantalones baggie, no me costó reconocerla, Tomina no era la clase de persona de la que podías olvidarte, no cuando tenía esos ojos impresionantes y la sonrisa de macarra. Tom se giró a lo lejos haciendo contacto visual conmigo, mi corazón tuvo un sobresalto, asumí que era por el recuerdo de lo que había ocurrido aquella noche, cuando Anis había intentado propasarse conmigo varios meses atrás. Desvié la mirada disimuladamente, incómoda por el recuerdo y noté de reojo que ella seguía su camino sin contratiempos. Me había topado con Tomina algunas veces en los pasillos, pero jamás me quedaba cerca el tiempo suficiente para entablar una conversación, de alguna forma creía que si la ignoraba también podía ignorar lo que había sucedido con Anis, que había conseguido afectarme más de lo que creía posible.

Chicas, ¿ustedes conocen a Tom Trümper? —Le pregunté a mi grupo de amigas: Allison, Gretell, Ellen y a Stella. Se miraron una a la otra e hicieron rostros desagradables

¿Así se hace llamar ahora? —preguntó Stella con un tono burlesco alejando su mirada de su Smartphone por un momento y dirigiendo su mirada allá donde Tom caminaba hacia el edificio A.

Su nombre es Tomina, en realidad, hace aproximadamente dos años dejó la preparatoria por un escándalo horrible —Explicó Allison quien era el mayor suministro de información que teníamos en el grupo, le encantaba meter la nariz en donde no la llamaban, pero eso era verdaderamente de ayuda cuando necesitabas conseguir los mejores apuntes para los exámenes teóricos.

¿Qué escándalo? —me apresuré a preguntar apretando la carpeta contra mi pecho tratando de no parecer demasiado interesada, aunque, a decir verdad, quería hasta el más mínimo detalle que ella pudiera ofrecer.

Estaba saliendo con una chica, ¿pueden creerlo? —exclamó Stella alzando una ceja indignada y sin dejar de mirarla. Tom caminaba un poco raro, pero asumí que se debía a los baggies que iban bien justos a sus chamorros pero holgados de las rodillas para arriba, reforzaban su actitud despreocupada y macarra.

¿Cómo novias? —Preguntó Ellen morbosamente que por alguna razón parecía bastante divertida con la plática.

¡Que repugnante! —dijo Gretell haciendo cara de asco

Salió con una chica llamada Gina Listing, era hija de la profesora Sharon —respondió Allison acomodándose la coleta hacía un lado y prosiguió —Cuando Sharon se enteró de lo que sucedía entre Gina y la hija del mecánico se mudaron fuera de Loitsche y nunca más se ha sabido de ellas.

Girls Like Girls Like BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora