Desperté tarde, por la posición del sol probablemente pasaban de las doce, el ruido proveniente de la habitación de Georg me despertó, fue entonces que recordé lo que había pasado la noche anterior. Después del beso en el estacionamiento Tomina había conducido el Tsuru rumbo a casa con una sonrisa en el rostro, ambas permanecimos en un silencio que para mí sorpresa fue cómodo, como si aquel beso fuera algo que estaba destinado a suceder, como cuando le debes dinero a alguien y pasas a saldar la cuenta. Al bajar del auto frente a mi casa Tomina me había deseado buenas noches con una sonrisa que me dejó las rodillas temblando y me quedé parada en el pórtico hasta que se había marchado.
La sensación de aleteo en mi estómago reaparecía cada que pensaba en ella, en su beso y en lo que ahora sabía sin lugar a dudas: estaba enamorada de ella.
Dos golpes en mi puerta me hicieron salir de mis cavilaciones infestadas de Tomina y me enderecé rápidamente para cepillar mi cabello antes de abrir la puerta.
— ¡Hola bonita! —saludó Geo con las manos enguantadas, sosteniendo un rodillo y una cubeta con pintura. Estaba usando ropa de trabajo y tenía manchas multicolor a lo largo y ancho del overol —mamá dijo que tu cuarto necesitaba una remodelación.
—oh, claro, lo olvide, pintaríamos mi habitación el día de hoy
— ¿Qué hay de malo con el rosa pastel? —Preguntó dejando sus implementos en el suelo —la pintura se encuentra en perfecto estado —asumió después de echar un vistazo alrededor.
—Geo, soy universitaria, no quiero seguir teniendo una habitación infantil, ya es hora de un cambio —me sentía diferente, incluso hasta feliz y quería celebrar esa sensación que brincaba en mi interior. Tomina había querido darme libertad contándole a Adam sobre mis inclinaciones, pero la verdadera libertad me la entregó cuando había puesto sus labios contra los míos, me hizo sentir capaz de todo, porque algo que se sentía así de bien no podía estar mal.
—Creo que deberías ir con mamá, volvió muy cansada la noche anterior, ahora mismo está intentando cocinar, pero la vi echarle azúcar a la sopa de fideos —advirtió haciendo una mueca graciosa.
— ¿Qué hay de ti? Aún tengo que cubrir los muebles y empapelar el suelo —pregunté comenzando a recoger los zapatos que tenía en el suelo para despejar.
—Yo me encargo, solo ayuda a mamá antes de que nos veamos forzados a comer lo que sea que esté preparando, prometo que tendré mucho cuidado de no manchar nada —aseguró con una sonrisa. A veces me sentía la persona más afortunada por tenerle a él y a Simone.
—gracias.
Me dirigí escaleras abajo vestida en mi pijama la más cómoda y fodonga dando saltitos. Unos shorts cortos de algodón rosa y una playera negra de tirantes parecían adecuados para andar por la casa con el calor que estaba haciendo, más tarde, si tenía que ir con mamá al supermercado, me cambiaría.
—Buenos días cariño —saludó mamá cuando me vio aparecer bajo el arco de la cocina. Ella aún estaba usando el pitufo y se veía ojerosa, su cabello castaño iba en una cebolla deshecha, a pesar de eso lucía muy linda. Me acerqué hasta ella y le quité la cuchara.
—Yo me encargaré de esto, ve a descansar, te lo mereces —dije alentándola
—Pero cariño, Georg necesitará ayuda para pintar tu habitación —argumentó
—Me uniré a ayudarle después de encargarme de la comida, anda, ve a la cama y deja de preocuparte — ella sonrió para mí y me abrazó con ternura depositando un beso en mi cabeza.
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Girls Like Girls Like Boys
FanfictionEstando en mis cabales jamás hubiera entablado conversación con Tomina Trümper, no porque me faltaran ganas de hablar con ella, siendo honesta, había creado en mi mente un escenario perfecto en el que platicábamos de forma natural y fluida sobre las...