Quería mostrarle a Bills como debía afrontar la realidad, ¿qué había de malo en que te gustara una chica? ¿Qué de malo tenía que alguien le celara de frente? ¿Y qué si yo era una chica? No, no estaba celosa, Adam era coqueto con todas las chicas, al igual que con los chicos y no, Bills no era "mi chica" pero el solo ver la rojez en su rostro pálido hacía que valiera la pena incomodarla un poco.
Billie gruñó exasperada y desapareció caminando por el terregal entre las torres de coches y chatarra luciendo como una heroína en un mundo postapocalíptico. Adam se atravesó irrumpiendo en mi fantasía y me miró con los ojos bien abiertos y después señaló con el índice hacia donde Billie se había dirigido, ordenándome con el ceño fruncido que la siguiera.
Para llevar unas botas altas Bills realmente caminaba rápido, seguí el rastro de sus huellas a paso lento, quería darle algunos segundos para que se le bajara el cabreo. Cinco minutos después la encontré sentada en un bote de pintura volteado al revés, estaba a la sombra de una puerta de coche mallugada que sobresalía de una torre de chatarra. Cuando me miró volteó el rostro y cruzó los brazos con dramatismo.
—Biiills —le nombré y ella me volteó la cara
— ¡Le dijiste! ¡Dijiste que jamás le dirías a alguien y le dijiste a él! —Gritó molesta alzando los brazos con exageración.
—Billie...
— ¡al cuerno con Bills! ¡Confié en ti y mira lo que has hecho! —señaló roja de la rabia
—Billie —la nombré intentando calmarla
— ¡Le dijiste! Sabrá dios a quien más le habrás contado ya—se quejó con dramatismo y yo rodé los ojos en blanco.
—No le he dicho a nadie más —argumenté sin conseguir tranquilizarla
— ¿Quién puede creerte ahora? Le dijiste en mi cara y no estaremos aquí para asegurarnos de que se guardará el secreto para él —siempre pensé que cuando alguien decía "te ves linda cuando te enojas" era una estupidez, hasta que la vi a ella, sabía que estábamos hablando de algo serio y que yo había tocado una fibra sensible, sin embargo estaba demasiado distraída mirando sus gestos, sus ademanes y su cuerpo porque se veía como la reina del infierno maldiciendo con elegancia sentada en el jodido bote que ella había convertido en un trono con su sola presencia. Cuando Bills guardó silencio intenté concentrarme y suspiré pesadamente rebobinando para asimilar lo poco que había escuchado antes de perderme en ella.
—A diferencia de la mayoría de las personas de las que te rodeas, yo no voy a hablar de ti a tus espaldas, le dije a Adam y lamento haberlo hecho, no pensé que reaccionarias de esta manera, yo no quería meterte en un predicamento, quería darte libertad.
— ¡Pero yo no te la pedí!—reprochó con toda la razón, yo no tenía el derecho de exponerla ante nadie, pero Bills parecía tan tensa en su realidad que se me había hecho fácil, quería que se sintiera cómoda, pero conseguí todo lo contrario.
—Ok. Fue mi error, pero justo de esto hablábamos en el coche, de aceptarse para ser aceptada, Adam no irá por el mundo diciendo que Bilibelle Eloise Kaulitz es una bollera porque a él, como a muchas otras personas, no le interesa, no es tema de conversación, no es algo por lo que alarmarse. Para él eres una chica igual de maravillosa y despampanante que hace cinco minutos.
—Lo dices porque la has cagado e intentas solucionarlo, seguro Adam estará ahora aguantando las arcadas por el asco que le produzco, o incluso carcajeándose de mi desdicha —dijo tristona cubriéndose la cara con ambas manos. Prefería verla enojada que triste, si no se hubiera visto tan negativamente afectada tal vez me hubiera reído de la imagen de Adam dando arcadas mientras se carcajeaba.
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Girls Like Girls Like Boys
FanfictionEstando en mis cabales jamás hubiera entablado conversación con Tomina Trümper, no porque me faltaran ganas de hablar con ella, siendo honesta, había creado en mi mente un escenario perfecto en el que platicábamos de forma natural y fluida sobre las...