Maratón 3/3 Perdóname

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Narra Steve.

Han pasado tres días con sus noches desde que Nat se fue. Y si pensé que iba a ser difícil superar lo que pasó entre ella y Bucky, es mil veces peor vivir sin ella. La necesito.
Me estoy volviendo loco, un poco más cada día, por no saber nada de ella.

Hoy es la mañana del cuarto día. Hace ya cuatro días que se fue. No he comido casi nada, no he dormido casi nada tampoco, y tengo un hueco en el pecho del tamaño de Manhattan.

No tengo idea de dónde está. Sólo sé que se llevó un Quinjet, una pequeña maleta, y se fue sin decirme adiós y sin decirle a nadie a dónde.

Necesito verla, necesito decirle que no me importa nada, que el pasado es eso, pasado y que para mí, ella es más importante que cualquier otra cosa. Que no me importa lo que pasó con Bucky, que puedo vivir con eso, pero no puedo vivir sin ella.

Necesito verla, abrazarla, besarla, olerla, sentirla... Necesito hacerle el amor... La quiero entre mis brazos para siempre. Estoy decidido, si ella me acepta, le pediré que sea mi esposa. No veo porqué esperar más.

Salgo a correr, por horas y horas, hasta que comienzo a sentirme cansado. He llorado casi todo el tiempo mientras corría, y me he detenido bajo un árbol mientras cae la lluvia. Las gotas de lluvia se confunden con mis lágrimas.

Veo una figura que se acerca a mí, se trata de mi amigo Sam. Nunca pensé que podría tener un amigo después de Buck, y sin embargo, Sam me ha demostrado su amistad incondicional.

"Steve, ¿qué te pasa viejo? ¿Sigues sufriendo por Nat?"
"Si Sam, la verdad, me estoy volviendo loco. No puedo vivir sin Natasha, es todo lo que quiero en mi vida, la necesito Sam, y no sé dónde está. No sé dónde encontrarla. Quiero verla, decirle que no me importa nada más que estar con ella, pero no sé dónde está y siento que la perdí para siempre..."

"Steve, si de verdad quieres verla, yo te diré dónde está. Pero tienes que prometer que arreglarás las cosas con ella y volverán juntos, ¿si?"

"Te lo juro Sam, no descansaré hasta que Natasha me perdone y vuelva conmigo. Dime por favor dónde está y me iré ahora mismo a buscarla..."

"Nunca digas cómo lo supiste, pero está en casa de Barton. Ahora consigue las coordenadas y búscala. Te hará muy feliz verla, y a ella verte a tí. Vuelvan juntos, ¿ok?"

Le digo que si y me despido de él. Parto hacia la casa de Barton sin muchas esperanzas, pero con el corazón dispuesto a recuperar a Nat. Llego y pongo el Quinjet lejos, donde nadie lo vea. Quiero sorprenderla.

Camino hasta la puerta de Barton, toco y espero paciente a que me abran. Oigo ruidos, risas de niños, un grito, y de pronto la puerta se abre y una niña rubia y hermosa se lanza a mis brazos...
Es la hija de Clint y Laura, que está feliz de verme y grita "¡Mami, el Capitán América está en la puerta!"

Laura llega corriendo, me saluda y le dice a la niña que me suelte. Yo la encuentro adorable, quisiera poder algún día arrullar entre mis brazos una niña así de hermosa, pelirroja como su mamá. Pero para eso, primero necesito que Nat me perdone.

"Buenas tardes, señora Barton. ¿Puedo hablar con Natasha? Por favor, sé que está aquí, y necesito verla. Se lo suplico señora, tengo que pedirle perdón..."

Laura es amable, pero estoy seguro que Natasha le dijo que no quería verme y que no va a salir a recibirme. Lo que no esperaban ninguna de las dos, es que la niña entrara corriendo y gritando: "¡Tía Nat, cuando acabes de vomitar, baja porque te vino a buscar el Capitán América! ¡Está guapísimo y te espera en la puerta tía!"

La alegría que me producía el gesto inocente de la niña, se esfuma en cuanto me entero que Nat está enferma. Ella jamás se enferma de nada, tiene que ser algo grave lo que le pasa.

Entonces le digo a Laura: "Señora Barton, por favor déjeme ver a Nat. Ella me necesita tanto como yo a ella. Por favor, se lo suplico, yo amo a Nat señora, déjeme verla..."
"Pase, Capitán. Pero que Nat nunca sepa que yo lo dejé pasar, si no, me mata. Y tengo tres hijos. Pase por favor..."

Y subo corriendo las escaleras, para encontrar a Nat abrazada al inodoro vomitando. Sostengo su cabello y cuando termina, la levanto y la ayudo a ir al lavabo a lavarse la cara y los dientes. Cuando termina, la tomo en mis brazos y la llevo a la cama, donde la deposito con suavidad y me recuesto a un lado de ella, para reconfortarla un poco.

Ella abre sus ojos, me mira, y me dice "Steve, pensé que no querías volver a verme. Pensé que no podías perdonarme lo que pasó. ¿Qué haces aquí? Dime, ¿a qué has venido?"

"Nat, todos tenemos un pasado. En mi caso, mi padre era un alcohólico que golpeaba a mi madre, y yo era un asmático flacucho y enfermizo. No escogimos en dónde nacer ni cómo vivir. Sé que Bucky es importante en mi vida, y que siempre te he dicho que cuando no tenía nada, lo tenía a él. Pero ahora Nat, ahora te tengo a tí. Nada me importa más que tú. Tu eres mi mujer, eres mi corazón, y no puedo vivir sin ti. Perdóname Nat, pero tenía que procesar todo lo que me dijiste porque me volvía loco pensar en ustedes dos haciendo el amor, pero en realidad, eso no es de mi incumbencia. Ahora eres mía y si me aceptas, quiero ser tuyo para siempre también. Te amo."

" Claro que te perdono Steve, y te necesito. Me dolió mucho que te fueras así sin decir nada. Honestamente pensé que me habías dejado. Y no pude soportarlo... Perdóname por no haber sido sincera desde el principio, pero tenía miedo de perderte. Yo también te amo. Y tengo algo que mostrarte. Mira..."

Y saca un papel de un laboratorio, con un sólo resultado, no entiendo, ¿está enferma o qué tiene?
El papel dice algo así como:
"Fracción Beta de Hormona Gonadotropina Coriónica Humana: POSITIVO."

"Amor, y esto, ¿qué quiere decir?"

Y entonces me dice las mejores palabras que jamás me pudo decir:

"Steve, ¡ESTOY EMBARAZADA!"

Nat está embarazada.
Voy a ser papá
Va a ser mamá.
Vamos a ser padres.

Es una locura...

Tu Amor Derribó Mis MurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora