Visitas inesperadas

2.3K 129 28
                                    

Narra Natasha.

Al día siguiente, desperté con muchísima hambre. Me levanté a las 5:30, tomé una ducha, y me vestí, mientras mi prometido seguía durmiendo. Era nuestro día libre, pero el hambre me estaba volviendo loca. Así que me vestí y salí sin hacer ruido, a la cocina por algo de fruta, aunque en realidad lo que quería era una hamburguesa con papas y un refresco grande.

Llegué, junté toda la fruta posible en un tazón, y volví a mi habitación con Steve.

Creo que está agotado después de estas noches y días tan especiales. Lo voy a dejar dormir. Voy a la mitad de mi segundo plato de melón con manzana y piña, con granola y miel, cuando siento las náuseas llegar a mí para quedarse. ¡No quiero devolver la fruta tan deliciosa que me comí!

Pero tal parece que no hay remedio, y corro al baño, y en mi camino tiro un vaso de cristal que traje con leche (Stark me va a reclamar), y Steve se levanta de inmediato por el ruido.

"Nat, ¿qué tienes? ¡Ay amor! ¿Otra vez las náuseas? Me siento mal de verte así, y no poder hacer nada para ayudarte..."

Mientras él se disculpa, yo saco toda la fruta que me comí. Algo es definitivo. El bebé no quiere fruta ni cosas dulces. Quiere proteínas, carne, y comida salada. No cabe duda que es el hijo de su ilustre padre.

Cuando termino de devolver la fruta que el bebé definitivamente no quiere, Steve me toma en sus brazos y me lleva de nuevo a la cama. Luego se dispone a limpiar el desastre que hice con el vaso. Y se hace una elegante cortada en la mano izquierda.

La sangre, por supuesto, no ayuda mucho a mis náuseas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La sangre, por supuesto, no ayuda mucho a mis náuseas. Lo mando a lavarse bien y rápidamente le acomodo la piel de los cortes, porque sé que en menos de 10 minutos empezará a sanar. Y así sucede. Media hora después, ya casi no tiene nada.

Después de que él se baña y se viste, bajamos a desayunar con todos los demás. Tenemos varias noticias importantes, y queremos compartir nuestra felicidad con ellos. Sin embargo, no contaba con la presencia de Bruce. Qué fastidio.

En el pasillo nos encontramos con él. Se sorprende al vernos juntos, supongo que le llegaron los chismes de que tuvimos alguna clase de líos y pensó que habíamos terminado. Así que su cara de molestia cuando nos ve, es imposible de ignorar.

"Vaya, pero si es el Capitán Rogers y su mujercita pelirroja. Par de traidores."
Siento como Steve se tensa, al escuchar como se expresa de mí. Desde que descubrimos lo de mi embarazo, ha sido muy sobreprotector. Sigo caminando como que no escuché a Banner, y nos grita: "¡Disfrútala, Steve, antes de que te deje por otro!" Entonces es cuando me colma la paciencia, y lo enfrento: "Mira Bruce, déjate de ridiculeces. Por favor. El que se largó fuiste tú. Y creíste que te iba a esperar por siempre, pero no fue así. Entiéndelo Bruce, me enamoré de otro. Lo amo. Él es perfecto para mí. Tanto, que me ha cambiado la vida. Y voy a ser su esposa dentro de muy poco tiempo. Él, con su amor y su ternura, me lo ha dado todo. Todo lo que tú jamás podrías darme. Y no tienes idea de cuánto me ha dado Steve. Ya lo sabrás, junto con los demás, porque no tengo porqué darte a tí primero una noticia tan maravillosa sabiendo lo que piensas de nosotros. Como diría Thor, no eres digno. Así que si no eres capaz de entender que no te amo, que nunca te amé y que el verdadero amor de mi vida es Steve, no quiero saber nada de tí. Ni como amigo. Hasta luego, Bruce..."

Tu Amor Derribó Mis MurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora