De vuelta a la realidad...

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Sharon Carter estaba muy contenta. Se había enterado de la huída de Natasha y de que Steve no tenía idea de dónde estaba.

También se había enterado que el Cap había salido solo a una misión, muy importante según le dijo a Sam Wilson, y que volvería pronto. Y ella iba a estar lista cuando volviera. Esta vez, el Capitán América iba a ser para ella. Si la rusa estúpida no lo supo valorar, ella sabría darle el amor y comprensión que necesitaba. Después de todo, ella es una Carter. Ella está genéticamente favorecida para ser irresistible para él.

Así que en los tres días que tardó Steve en regresar, ella planeó todo, organizó las cosas, y se preparó para recibirlo en su habitación.

Ella estaba segura de que Steve, al volver herido por el abandono de Nat, caería en sus brazos y por fin disfrutaría haciendo el amor salvajemente con él.

Poco sabía la pobre Sharon, que Steve había estado haciendo el amor esos tres días, Nat lo había vuelto loco con la noticia de su embarazo, y que eran insaciables. Se habían despedido de Laura y los niños a la mañana siguiente de que Steve llegó, después de tomarse fotos con ellos y jugar toda clase de juegos, incluso Steve acompañó a los niños a la escuela, y los amigos de Barton jr., que lo molestaban sin descanso, entendieron que era mejor no meterse con el amigo del Capitán Rogers.

Llegaron al hotel, cerraron la puerta, se quitaron la ropa, y se dedicaron a hacer el amor por tres días.

Sólo paraban de vez en cuando, para comer, o ducharse juntos (lo cual siempre derivaba en sexo en la regadera), y descubrieron que durante las 72 horas que duró su encierro, hasta que Fury llamó a Steve, Natasha no tuvo náuseas ni otras molestias, mas que hambre, mucha hambre, de comida y del padre de su hijo.

Pero, tenían que regresar en algún momento. Y ese momento llegó.

Así que tomaron cada quién su Quinjet, y se dirigieron a la base de los Vengadores. Fury, al parecer, estaba muy enojado con ellos por haberse llevado dos Quinjets de la base, para su uso personal. No uno, ¡dos!

Natasha, con su habitual tono sarcástico de cuando la están fastidiando, le contestó que haber salvado al mundo dos veces les da derecho no sólo de usar los Quinjets cuando se les pegue la gana, sino de tener cada quién el suyo si así lo deseaban. Que no sólo Tony por ser el dueño tenía derecho. Ellos también habían luchado y dado todo por el planeta. Un Quinjet era poca cosa.

Cuando terminaron de alegar y Fury quedó más o menos satisfecho con sus explicaciones, le dieron la noticia. De alguna forma, Fury sería una figura de abuelo para su hijo. Estaba impactado. Pocas cosas logran sorprender a un hombre como Nicholas Joseph Fury, pero, esto si logró dejarlo sin palabras. Sólo atinó a felicitarlos y desearles lo mejor. Y decirle a Steve que quería que hiciera de Nat una dama. Lenguaje de hombres.

Pero Steve comprendió. Entendió perfectamente a qué se refería Fury, y en realidad él ya lo estaba planeando. Nat sería su esposa muy pronto.

Llegaron a su habitación. Ellos llegaron, se quitaron la ropa otra vez, y volvieron a lo que habían hecho por días y días. Nunca se cansaban de estar juntos. De ser uno solo.

Ni idea tenían, que alguien los estaba viendo y escuchando mientras hacían el amor. Sharon, que escuchó la noticia de que Steve había regresado con Natasha y que estaban peleando, pensó que era el momento ideal como ella lo había planeado. Inocente. Pensó que Steve y Nat peleaban entre ellos, y en realidad peleaban con Fury. Las lágrimas rodaban por sus mejillas al escuchar las hermosas palabras que Steve le decía a Nat, cuánto la amaba, lo feliz que lo hacía, y cuánto había soñado con tener lo que ahora tendría con ella...

Una familia. En un momento dado, le dijo algo como "Nat, el hijo que vas a darme, es el mejor regalo que jamás alguien me podría entregar. Y que tú precisamente seas su mamá, es lo mejor de todo. Gracias amor, por ese regalo tan hermoso. Te amo con todo mi corazón..."

El corazón de la pobre Sharon se rompió. Simplemente no pudo soportar escuchar esas palabras. ¡Un hijo! ¡Natasha Romanoff iba a darle un hijo a Steve! En ese momento, no pudo más y lloró fuerte, y eso asustó a Nat y a Steve.. Ya habían terminado de hacer el amor y se acariciaban en la cama, y al escuchar el llanto, Steve se puso su bóxer y Nat se envolvió en la sábana, y prendieron la luz para encontrar a Sharon en el armario de Steve, llorando y temblando.

Steve la sacó, la llevó a la cama y le preguntó qué le pasaba. Qué estaba haciendo en su cuarto y metida en su closet y además, llorando. Y porqué los había espiado mientras hacían el amor... Woow, eran muchísimas preguntas.

Ella le confesó que quería intentarlo otra vez con él, porque le habían dicho que él y Natasha habían terminado, y que ella se había ido. Pero que nunca esperó que regresaran juntos, y menos verlos así.

Les pidió perdón, se levantó y se salió, no sin antes felicitarlos por el bebé que venía en camino.
Esta vez, le había quedado bastante claro que no podía hacer nada por tener a Steve. Él le pertenecía a Natasha Romanoff, y sería así para siempre. Ahora serían padres, tendrían un hermoso hijo, y ella no iba a separar a una pareja que esperaba un bebé.

Por fin entendió que había perdido cualquier oportunidad de estar alguna vez con Steve Rogers.

Mientras tanto, Steve rebuscaba entre sus cajones algo, hasta que por fin dio con una cajita de terciopelo negro y se la escondió detrás de la espalda. Natasha todavía estaba molesta de que Sharon los viera teniendo intimidad, pero a Steve le importaba poco. En realidad, a Steve todo lo que no fuera Nat o su hijo le importaba poco últimamente.

"Nat, olvídalo. No se lo va a decir a nadie, porque tendría que admitir que vino aquí a ofrecerse. Y eso es muy humillante. Además, ¿qué más quieres, si ya nos vio amándonos y ya sabe que estás esperando un hijo mío? No va a volver a molestar... Ven, dame un beso. Te amo..."

Y después de besarla, se puso de rodillas y sacó la cajita y la abrió, mostrando un hermoso anillo antiguo que hizo llorar a Nat...

Y después de besarla, se puso de rodillas y sacó la cajita y la abrió, mostrando un hermoso anillo antiguo que hizo llorar a Nat

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"Este anillo, era de mi abuela. Es una de las pocas cosas de valor de mi familia, que logré rescatar. Lo mandé limpiar y lo guardé para la mujer que fuera digna de usarlo, y esa mujer eres tú. Natalia Alianovna Romanov, ¿me harías el gran honor de ser mi esposa?"

"Woow, claro que sí. Por supuesto que seré tu esposa, Steve Rogers. Te amo, siempre te amaré. Por lo que me resta de vida, serás mi más grande amor..."

Seré la esposa de Steve.

Black Widow va a casarse con El Capitán América.

Tu Amor Derribó Mis MurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora