Cuando Takao dejó de reír los tres se quedaron en silencio.
Justo en ese momento sonó el timbre de fin del recreo. Una vez que todos sus compañeros entraron al salón, Tachibana sintió miradas en su espalda y se avergonzó mucho: debido a los nervios, había olvidado presentarse ante todos los demás.
Entonces, antes de que Takao (bueno, Kazunari, aunque Ayame no se sentía lo suficientemente lista como para llamarlo así), o ese tal "Midorima" pudieran decir algo, la joven se paró justo en frente de la pizarra, completamente nerviosa y temblando, y con su mirada en el piso tardó unos segundos tratando de pensar qué decir, hasta que por fin habló:
—Bueno, quisiera pedirles una disculpa, olvidé presentarme —rió por lo bajo. De los nervios de verdad había olvidado hacerlo, y se había enfocado más en conseguir un asiento—. Me llamo Ayame —levantó la vista y se percató de que, en efecto, todos la estaban observando.
Nunca le había gustado que tantas personas la miraran a la vez, la hacía sentirse extraña e incómoda.
Pensó en cosas rojas, así como estaba su cara en ese momento: ajíes, manzanas, frutillas, tomates...
Sonrió de lado al recordar el apodo que Takao le había puesto, pues era totalmente ridículo, y más aún cuando con ese apodo la había relacionado con el idiota de pelo verde.
Una pregunta la sacó de sus pensamientos.
—¿De dónde vienes? —preguntó una chica, que parecía ser de esas a las que les gustan los chismes y vestir a la moda. A Tachibana nunca le habían agradado ese tipo de chicas, muy... superficiales en su opinión. Pero, espera, ¿primer día de clases y ya criticaba a sus compañeros nuevos?
—De Estados Unidos —volvieron a escucharse los "cuchicheos"—, pero nací aquí.
Antes de que alguien pudiera preguntar otra cosa, entró el profesor, y Tachibana no podría haberse sentido más agradecida. Se sentó en su lugar y, esta vez, sí prestó atención a la clase, que era de Historia.
Después de explicar el tema nuevo, el profesor dijo algo que no le gustó para nada ni a Ayame, ni a Midorima:
—Van a hacer una maqueta y a exponer sobre el tema en dos semanas. El trabajo lo van a hacer con su compañero de al lado, y esta nota vale dos puntos para el semestre. Buena suerte.
Por primera vez, Tachibana se sintió atraída por el suicidio.
El idiota levantó su mano.
—¿El trabajo no puede hacerse de forma individual? —todos sus compañeros lo miraron, sorprendidos.
A Tachibana la invadió la furia, pero trató de ahogar el enojo. Tomó un lápiz con su mano derecha, y lo quebró.
—Lo siento, alumno. No hay opción. El trabajo tiene que ser en pares. No hay otra opción.
El peliverde apretó los labios.
—Bien.
Sonó el timbre del segundo recreo, y el profesor se despidió y se fue.
—Yo haré la maqueta, no quiero que te entrometas. Tú solo estudia, claro, si es que puedes —la retó, acomodando sus lentes.
Tachibana no respondió.
—Woah, Shin-chan, esa no es la forma de tratar a tu medio tomate.
—Cállate, Takao.
Midorima se puso de pie y salió del aula. Por el contrario, Takao se sentó al lado de la joven.
—Aya-chan, ¿estás bien?
Tachibana comenzó a hacer una lista en su mente.
"Razones por la que soy una maldita desafortunada
1) No pude ingresar a Seirin, porque ya no quedaban vacantes.
2) Conocí a Midorima Shintaro.
3) Me tuve que sentar a su lado.
4) Tendré que convivir con él todos los días de semana, hasta que sean las vacaciones.
5) Es un idiota.
6) Los idiotas no me agradan.
7) También es arrogante.
8) Y los arrogantes tampoco me agradan."
—¿Aya-chan? —repitió Takao, sacándola de sus pensamientos.
—Quiero matarlo.
Takao rió fuertemente, su risa era tan contagiosa que Ayame no pudo evitar sonreír.
~
A la hora de la salida Ayame buscó a Midorima, no le tomó mucho trabajo, pues una cabellera verde nunca pasará desapercibida.
El idiota estaba parado cerca de los casilleros, rodeado de chicos, entre ellos, Takao. Todos reían menos él, que tenía un semblante serio. Claro, el señor es muy serio y todo, pero eso sí, con un títere de sapo en la mano. Ahora entendió el por qué de las risas de los demás, y, de no ser porque estaba hecha una furia, ella también se habría reído.
Comenzó a caminar a paso rápido hacia ellos. Antes de que se acercara del todo, Midorima la notó y empezó a caminar, y con él, todo su grupo, a la salida.
"Maldito cobarde. Pero no lograrás huir de mí."
Tachibana empezó a correr. Cuando se acercó lo suficiente, lo llamó:
—Midorima.
Pero al parecer ninguno la escuchó, porque seguían avanzando como si nada.
Tachibana, entonces, intentó abrirse paso entre dos ellos, tratando de empujarlos. Era consciente de que no sería capaz de lograr tal cosa, por favor, estaba intentando empujar jugadores de basketball, se notaba porque uno de ellos llevaba una pelota entre sus manos, pero al menos consiguió que los chicos se dieran cuenta de su presencia, al principio se molestaron, pero al ver que era una chica solamente la dejaron pasar.
La joven se puso en frente de Midorima y lo miró a los ojos.
Todos los demás enmudecieron.
—Muévete —ordenó.
Tachibana no se movió, ni tampoco le respondió, solo lo miraba.
—¿Estás sorda, niña? —preguntó, molesto.
La bofetada que Tachibana Ayame le propició a Midorima Shintaro ese día no se les iba a olvidar jamás a todos aquellos que tuvieron la dicha de ver cómo el ex capitán de la Generación de los Milagros era agredido por una, en ese entonces, desconocida.
Tachibana suspiró, y luego de eso, esbozó una gran sonrisa. Ya no había más enojo, solo sentía una paz enorme.
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Eres un idiota ~ |Midorima Shintaro| - EN EDICIÓN
Fanfiction→De momento esta historia está pasando por un proceso de corrección. Si la lees ahora, ten en cuenta que algunos capítulos serán modificados de igual manera próximamente. ---------------------------------------------------- "Midorima Shintaro", para...