Habían pasado unos cuantos días desde el incidente del periódico —que hizo que Midorima perdiera los estribos—, en los cuales Tachibana tuvo la oportunidad de conocer mejor tanto al peliverde como a Takao, los cuales eran las únicas personas con las que había podido entablar conversación desde que había ingresado a Shutoku.
Algo que ambos chicos tenían en común era que formaban parte del equipo de baloncesto del instituto, y que los dos eran muy buenos en dicho deporte. Takao poseía el Ojo de Halcón y Midorima era un prodigioso tirador, y el as del equipo.
Tachibana se sentía a gusto con ellos, seguramente porque el que jugaran basket la hacía recordar a sus viejos amigos de EE.UU, que había dejado atrás a causa de la decisión que había tomado de volver a su lugar natal.
Takao era muy sociable, optimista y risueño, siempre sonreía, y Tachibana no entendía por qué, pero de alguna forma deseaba ser un poco como él.
Midorima, en cambio, era todo lo contrario a Takao, era muy serio y reservado, y era obvio que socializar no se le daba para nada bien. Además, estaba obsesionado con la suerte y el horóscopo, y tenía una extraña manía de vendar sus manos para cuidarlas.
Ayame nunca se caracterizó por ser sociable, de hecho, la única forma en la que ella comenzaba a hablar con alguien era si ese alguien le hablaba primero, tal cual lo hicieron Midorima y Takao, y ella en el fondo se lo agradecía bastante a ambos, porque sino, el ir al instituto Shutoku, aparte de que para empezar no estaba en sus planes, hubiera sido algo triste ya que habría estado sola todo el tiempo.
Tachibana se extrañó al escuchar el tono de mensaje de su celular.
¿Quién podría ser? ¿Su madre? No, porque ella siempre la llamaba, además, ya había hablado con ella anoche. ¿Kagami? No, imposible, él no tenía su número pues ella había cambiado de celular, y esto último también descartaba a algún otro amigo de EE.UU.
La joven suspiró al darse cuenta de que la lista de posibilidades acababa allí. Definitivamente la lista de personas con las que trataba era muuuuy corta, aunque, siendo sincera, le importaba poco y nada, pues, ella prefería tener pocos buenos amigos que muchos de mentira.
Convencida de que se trataba de esos mensajes de promoción de su línea telefónica, tomó su celular y leyó el mensaje.
"¡Aya-chan! Hola ('◕ฺω◕ฺ`)"
A pesar de que era un número desconocido, se dio cuenta de quién era.
"Takao, ¿por qué tienes mi número de teléfono?" escribió.
"¿Cómo sabías que era yo? ಠ~ಠ"
"Primero: por el sobrenombre "Aya-chan". Segundo: por ese ¿emoticón? Ahora responde a mi pregunta, ¿por qué tienes mi número de teléfono?"
"Tienes razón XD, era muy obvio que era yo por el apodo, pero, ¿qué tiene que ver esa carita conmigo? O_o"
Tachibana le sonrió a la pantalla.
"Porque de me pareció simpática y divertida, así como tú."
"Awww :3"
"Ya, dime, ¿POR QUÉ TIENES MI NÚMERO DE TELÉFONO?"
"Jajajaja, bueno, pero no te enojes XD. ¿No recuerdas ese día que te pedí que me prestaras tu celular para ver qué jueguitos tenías? Bueno, mientras revisaba eso memoricé tu número lol"
"Ya, jaja, está bien. Ahora, ¿qué sucede?"
"Nada, sólo quería hablarte XD"
La joven rió, este chico sí que tenía la habilidad de hacer sonreír a cualquiera, salvo a Midorima Shintarou, ése sí que era de piedra.
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Eres un idiota ~ |Midorima Shintaro| - EN EDICIÓN
Fanfiction→De momento esta historia está pasando por un proceso de corrección. Si la lees ahora, ten en cuenta que algunos capítulos serán modificados de igual manera próximamente. ---------------------------------------------------- "Midorima Shintaro", para...