Eres un idiota ~ |Midorima Shintaro| - EN EDICIÓN

Capítulo 5

Midorima se encontraba desayunando mientras escuchaba por la radio el horóscopo de Oha-Asa.

"Hoy será un día bueno para los Cáncer, ya que están en el segundo puesto. Su lucky item de hoy es un periódico, y su color de la suerte, el rojo."

El chico sonrió para sus adentros.

"Hoy será un día bueno."

~

Cuando Tachibana entró al instituto se percató de que había muy pocos chicos dentro.

"¿Qué pasa? ¿Por qué hay tan pocos hoy?"

Sacó su teléfono y miró la hora.

"¡Mierda! ¡Es temprano todavía!"

Se palmeó la frente. Al parecer, sin darse cuenta, había programado su alarma una hora antes. Por lo tanto, la chica había llegado 45 minutos antes del horario en el que realmente debería haber llegado al colegio.

Decidió ir a sentarse en el césped del patio en vez de ir a su aula. Una vez allí, tomó asiento y se puso sus auriculares.

La canción "Walk" de Foo Fighters invadió sus oídos.

Tachibana se sintió en el paraíso: la tranquilidad del ambiente al haber tan pocas personas, la soledad, la melodía y la letra de la canción...

"Creo que me gusta mucho este lugar." pensó.

Una leve brisa se hizo presente y revolvió un poco sus cabellos, y Tachibana más a gusto no podía estar.

Pasaron unos cuantos minutos cuando algo perturbó su paz: se sentía observada.

Como la joven era pésima disimulando, giró su cabeza como un búho, mirando hacia todas partes. Cuando pasó la mirada por una de las ventanas de su curso, se dio cuenta de quien la había estado contemplando.

Ese alguien era, nada más ni nada menos, que Midorima Shintaro.

Ojos negros y verdes se encontraron.

La canción llegó a su fin.

Ayame se puso de pie lentamente, aún intercambiando miradas con el idiota, se dio la vuelta, y se fue. Sabía que tarde o temprano tendría que disculparse. Mejor hacerlo cuanto antes.

Unos minutos después, Ayame entró al aula y se sentó a su lado.

—Hola —lo saludó.

—Hola —respondió secamente.

Le tomó unos minutos hallar las palabras adecuadas.

El ambiente era tenso.

—Disculpa la bofetada de ayer, pero... Tenía que hacerlo.

Midorima frunció el ceño.

—Es que... Me sacaste de mis casillas. Quiero decir... Yo no te hice nada, apenas me senté a tu lado y me corriste. ¿Por qué?

Midorima se cuestionó si esta chica era la misma de ayer. Y es que ayer demostró ser muy impulsiva, enojona e irritante, pero hoy... Hoy se estaba disculpando y hasta parecía un poco nerviosa al hablar con él.

—No me gustan los cambios. Y tú eres un cambio —la miró a los ojos—. Además, sinceramente, pensé que eras una vaga que no estudiaba.

La joven sonrió.

—Ah, eres muy conservador, al parecer.

—Sí.

—Con respecto a lo otro, que sepas, que a mí me gusta tener notas altas, por lo tanto no soy ninguna vaga.