Capítulo 7

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Al parecer, hoy era de esas mañanas en las que se despertaba sin ni siquiera poder recordar qué día era, y tuvo que mirar su celular para enterarse de la fecha.

Domingo 15 de mayo, 9:03 de la mañana.

¿Qué tenía que hacer hoy?

Nad... ¡MIERDA! ¡HOY EL IDIOTA DE PELO VERDE VENDRÍA A SU CASA!

Tachibana saltó de la cama y entró a su baño. Se cepilló los dientes, se lavó la cara lo más rápido que pudo y bajó las escaleras a toda prisa. Su desayuno fue un café con unas cuantas galletas.

Luego de desayunar, en el estéreo del living, colocó una canción a todo volumen, que por alguna razón, amaba escuchar cada vez que limpiaba: I Want To Break Free, de Queen. La voz de Freddie Mercury inundó sus oídos y Ayame comenzó a barrer, bastante animada, mientras cantaba y hacía de la escoba una guitarra eléctrica.

"I want to break free

I want to break free

I want to break free from your lies

You're so self satisfied

I don't need you

I've got to break free

God knows, God knows I want to break free"

Son este tipo de cosas las que ella amaba de vivir sola, el poder hacer esta clase de tonterías sin que nadie estuviera allí para verla. De alguna forma no extrañaba a sus padres, porque como había vuelto a la casa donde habitaban antes de mudarse a EE.UU, los recuerdos que le traía cada una de sus habitaciones los volvía presentes en todo momento.

Cuando terminó de limpiar, revisó la hora en su teléfono: 11:18 am.
Midorima había quedado de venir después del almuerzo, Tachibana calculó entonces, que vendría aproximadamente a eso de las 3 de la tarde.

Después de prepararse el almuerzo, Tachibana volvió a revisar la hora: las 13:21.
Encendió la televisión e hizo zapping. Revisó el horario: 13:48. Siguió haciendo zapping. Miró la pantalla de su teléfono: 14:02.

¡Joder! ¿Por qué carajos estaba tan pendiente de la hora? Podría ser que... ¿estuviera ansiosa por la llegada de ese peliverde?

Tembló.

¡Pero ni siquiera se sentía cómoda a su lado! Los silencios siempre fueron incómodos. Lo único que disfrutaba de la compañía de Midorima Shintarou eran los insultos mutuos: ella era una tonta y él era un idiota; y que las charlas eran interesantes la mayor parte de las veces. Otra cosa que disfrutaba ver era cuando Midorima se sonrojaba por algo que ella dijera. Y quizás, cuando se acomodaba los lentes o rodaba los ojos. Y su ceño fruncido la mayor parte del tiempo, ese chico sí que era un amargado. Y...

A Tachibana le agarró escalofríos al darse cuenta de que lo único que le molestaba de Midorima Shintarou era cuando ambos se quedaban sin decir nada, y de que le gustaba todo el resto. Bueno, gustar es una palabra muy fuerte. Mejor dicho, de que le agradaba todo el resto.

Se puso de pie y se encaminó a la cocina a por un vaso de jugo. Al pasar cerca de la ventana de la misma, vio su reflejo.

Todavía seguía en pijama y no se había peinado.

Maldijo para sus adentros, y corrió escaleras arriba. Al principio quiso ponerse la remera gris (su favorita en todo el mundo, pues se la había quitado a Kagami), pero declinó ante tal idea porque recordó que ya la había usado el día anterior.

Sintió asco por sí misma cuando se percató de que no sabía qué ponerse, se sintió como las típicas adolescentes que tanto criticaba. Tachibana no se vestía como una princesita, porque para empezar, odiaba el color rosa y no usaba vestidos, aunque claro que si la ocasión lo requería podía usarlos sin quejas, pero no eran de su preferencia. Lo suyo eran las remeras anchas, los colores oscuros, y, por supuesto, las camisas enormes de hombre.

Eres un idiota ~ |Midorima Shintaro| - EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora