Hanyauku [EunHae +18]

Capítulo 4

Jungsoo me da el libreto que tengo que aprenderme y me sonríe. Le ignoro con un gran nudo en la garganta, sintiéndome fatal. Intenté explicarle ayer a mamá que son buenas personas, que me "caí por las escaleras" y Jungsoo ha estado cuidándome todo el domingo mientras mi compañero de cuarto estaba a saber dónde. No le he dicho absolutamente nada sobre la fiesta ni sobre Heechul o Hyukjae. No puedo dejar que lo sepa. Pero ella no atiende a razones; me ha vuelto a amenazar con meterme en una fraternidad y, de algún modo, me gusta la libertad que vivir en una residencia, en el campus, supone. Así que no quiero irme.

Parece que no se ha dado cuenta y no sé si eso es bueno o malo. No quiero que se enfade conmigo, pero es que precisamente eso es lo que necesitaría para alejarlo de mí. Pero me gusta mucho quedar con él. Ayer hizo mi colada y me acompañó a la enfermería a curarme de nuevo la nariz. No puedo llegar ahora y no decirle ni hola, aunque eso es lo que estoy haciendo.

Me muerdo el labio y me aparto el flequillo de la frente temblando. Es el primer ensayo. Aún no sé quién es la chica que va a hacer de Julieta y a la cual tendré que besar. Va a ser tan raro besar a alguien que no sea Jessica. Porque a Hyukjae no lo besé yo, fue él quien lo hizo. Sacudo la cabeza. No debo pensar en eso. Ni en él ni en Heechul ni en Jungsoo o Kangin ni en nada que tenga que ver con fiestas o tatuajes. Simplemente tengo que centrarme en hacer todo lo que la profesora Shin diga que tenemos que hacer.

Aprieto el libreto en mis manos cogiendo aire profundamente y levanto la mirada. Jungsoo sacude la mano para despedirse porque le han cambiado el turno para ahora, por la tarde, y me lanza una simpática mirada que me hace girar la cara. No puedo desobedecer a mamá.

Cuando la puerta se cierra de golpe, mi pecho duele con culpabilidad. Se habrá dado cuenta y se ha enfadado. Seguro. Giro la cara lentamente hacia ella y ahora es mi estómago el que me molesta. Hyukjae entra con las manos en los bolsillos de sus pantalones, con una camiseta de tirantes negra y una camisa roja atada a la cintura. Me sorprendo al notar un dibujo nuevo en su hombro y un plástico que lo rodea. ¿Se ha hecho un tatuaje nuevo? ¿Ahora?

¿Qué hace aquí?

Camino lejos del borde del escenario atemorizado. Después de aquello que no quiero ni recordar desapareció, hasta ahora. Tal vez ha estado en un local de mala muerte, esperando su turno para atravesarse el brazo con agujas. Todo mi cuerpo se estremece. En mal sentido, por supuesto...

—Lee Hyukjae —exclama la profesora Shin mientras él sube las escaleras y le dedica una mueca.

Se apellida Lee también...

Llega hasta el círculo amorfo en el que estamos todos listos para comenzar y se pone junto a ella porque lo toma del brazo con una sonrisa divertida. Hyukjae la mira sin humor.

—Heechul está enfermo —dice, zafándose de su agarre—, si me das su libreto, me iré.

Mi yo interior asiente; por eso no ha aparecido por clase esta mañana tampoco. Un abismo de preocupación aumenta el movimiento nervioso de mis dedos en el libreto. Lo miro esperando que ella le dé el libreto de Heechul y lo deje irse.

Pero la profesora mueve la cabeza y se engancha a su brazo. Oigo que una chica le dice algo a otra y luego ríen coquetas cuando Hyukjae las mira. Sin embargo, cuando me mira a mí, me obligo a no ruborizarme. Sale bastante mal.

—Te lo daré cuando terminemos la clase de hoy —le aprieta el brazo. ¿No le duele con el tatuaje recién hecho? De nuevo hay murmullos y de alguna forma sus ojos terminan en mí, que no he dicho nada en ningún momento. Doy otro paso atrás, saliendo del círculo. Me acuerdo del beso y sacudo la cabeza.

—Creo que a alguien le gusta Hyukjae —canturrea un chico a mi lado.

Mis mejillas se encienden y abro la boca para explicarle que solo fue un beso que él me dio a mí, que tengo novia, que Hyukjae es un chico, que no es más que mi compañero de habitación. Pero sus ojos están clavados en la mujer de treinta y tantos años y suspiro avergonzado.