Oigo la puerta cerrarse como si estuviera más lejos de lo que realmente está, como si fuera totalmente ajena a nosotros. Levanto los brazos, aceptando ese pequeño momento de separación para que Hyukjae me quite el jersey. Pero, en cuanto lo tengo pasando sobre mí nariz, sus labios vuelven a abordar los míos. No hace ni diez minutos desde nuestra conversación en la terraza, no hace ni uno desde que se ha deshecho de nuestras chaquetas y ahora mismo hace un par de segundos desde que estamos los dos sin ropa de cintura para arriba. Si antes tenía mucho frío, ahora tengo mucho calor.
Nuestras bocas se amoldan perfectamente una y otra y otra vez. Sus dedos me acarician los costados hacia abajo, hasta la cintura del pantalón, donde los mete para desabrocharlo. No puedo hacer más que apretar sus hombros, respondiendo lo que yo mismo he comenzado porque me encanta que me bese y besarlo y que me levante del suelo para sacarme los pies de los pantalones que no sé cuándo ha dejado caer. Ni siquiera me da tiempo de abrazarme a su cuerpo antes de dejarme sobre la cama y arrodillarse entre mis piernas.
Mete la lengua en mi boca, besándome de tal forma que aprieto los ojos y gimo. Cuando mis propias manos comienzan a bajar por su torso, no me reconozco. Pero las dejo bajar porque es lo que quiero que hagan. Quiero que mis dedos lleguen a sus pantalones y deshacerme de ellos. En mi cabeza todo parece perfecto; acaricio su abdomen despacio, delineándolo a ciegas, rodeo su ombligo, bajo hasta conseguir llegar al botón de sus vaqueros y con un sencillo movimiento están fuera.
En la vida real, a pesar de lo bien que salen los primeros pasos, de lo bien que sienta que suspire mientras me chupa los labios, no logro hacer pasar el botón por donde debe salir. No puedo desabrocharle el pantalón.
—Donghae —suspira, separándose de mis labios. Respiro agitado, tratando de coger aire sin abrir los ojos. Mis manos se mueven ansiosas y nerviosas y que sonría no me ayuda. Debe estar pensando que soy un torpe. Aún más de lo normal— Puedo hacerlo yo...
—No —me muerdo el labio. Muevo el botón hasta hacerme daño en el pulgar. Tiro de la tela, busco el ojal con el dedo, suelto aire por la nariz y lo escucho aguantarse la risa— N-no es gracioso.
—No lo es —lo miro, frunciendo el ceño. ¿Me está dando la razón como a los tontos?— Vale, sí lo es.
Hago un mohín cabreado. No con él, sino conmigo mismo. Estoy en uno de los momentos más excitantes de mi vida, tengo ganas de hacerlo, quiero hacerlo, necesito hacerlo con Hyukjae. Se supone que todo tiene que salir perfecto, rápido y sensual. Y sin embargo estoy oyendo al chico sobre mí intentando ser bueno y no reírse mientras trato de quitarle unos dichosos pantalones vaqueros.
Apretando los párpados para no verlo, cojo mucho aire y vuelvo a intentarlo. Es solo un movimiento lo que tardo en oírlo suspirar y me doy cuenta de que lo he conseguido.
—Al fin —gime. Abro los ojos, sonriendo satisfecho. Hyukjae ríe un segundo antes de volver a lanzarse sobre mi boca y no dudo absolutamente nada en empujar todo lo que puedo sus pantalones antes de abrazarme a su espalda.
Él se mueve casi bruscamente para quitárselos. Oigo el caer de sus zapatillas, el choque del botón de metal contra el suelo, mi propio gemido cuando se empuja contra mi entrepierna. Nos besamos más, ladeando la cabeza, de una forma en la que nunca creí que me besaría con nadie y paso mis dedos por su espalda, subiendo hasta sus hombros.
Entonces, me doy cuenta de que yo todavía llevo mis zapatillas puestas. ¿Cómo me ha sacado los pies de los pantalones sin quitármelas? Enredo los dedos en su pelo y trato, sin romper el buen camino de la situación, de deshacerme de ellas con los pies.
Trato...
Le muerdo el labio a Hyukjae sin querer cuando, después de la tercera o cuarta vez, me hago daño en la pierna.
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Hanyauku [EunHae +18]
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