Por mi.

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Hola acosador no, no sigo bien y si me duele mucho la espalda, ya sabias que tengo que usar un soporte ¿cierto?, a eso te referías con la noticia, pero no entiendo ¿Por qué te disculpaste tantas veces? ¿Acaso es culpa tuya? NO, no lo es, la culpa la tiene ese idiota, el imbécil de Cristian. Hace tiempo me escribiste que si necesitaba algo te buscara y eso hago, ¡Te necesito! Yo no sé cómo tomar esta noticia, usare un soporte y no sé cómo reaccionar ¿Qué hago?, ayúdame, ya entendí el motivo por lo que te disculpaste tanto ¿es por qué piensas que no puedes ayudarme? sabes si puedes, en la tercera carta escribiste que si me veías llorar harías pagar al que me quito la sonrisa de mi cara, cuando Adrian me trato mal lo golpeaste, no te estoy pidiendo que le hagas algo horrible a Cristian, solo que el ama su popularidad, estoy segura que puedes quitársela, ¿lo harías por mí?.. 



-¿Qué haces?- hablo mi madre entrando al cuarto - disculpa si te asuste-






-No tranquila, pasa- 

-¿Ya lo sabes?- pregunto con un tono bajo.

-Sí, Johana me dijo- respondí.

-Hija, yo...-

-No digas nada madre- interrumpí. 

Mi mamá sonrió falsamente, se acercó y me abrazo. Entraron dos enfermas, eran bonitas, solo que una se veía más joven que la otra. 





-Señorita Irene tenemos que llevarte para tomarte algunas medidas- dijo la más joven. 




-¿QUE?- Grite sin darme cuenta.




-No te asustes solo serán unas medidas- hablo la otra.




Mi mamá ayudo a las enfermeras a sentarme en una silla de ruedas. 







-¿Qué hago con esto?- pregunto la más joven agarrando la carta.




-Déjela sobre la mesa- respondí. 




Me llevaron a una habitación oscura y fría, ahí me acostaron sobre una especie de camilla pero con un hueco en el centro. 




-Esto dolerá un poco, pero tienes que relajarte niña- dijo un médico que ni siquiera había notado. 

Tomaron mis medidas y comenzaron a pasar una especie de vendaje por toda mi espalda, al principio fue normal, pero poco a poco fue ajustándose a mí y comenzó a doler, tanto así que no pude contener las lágrimas, las enfermeras hablaban pero no las entendía, estaba concentrada en el dolor, pero algo llamo mi atención, cuatro chicos parados en la puerta de la habitación.

-Ronald, Ricky, Brian y Cristian- susurre.





Los cuatro se acercaron y ayudaron a ponerme en la silla, era tanto el dolor que ni siquiera note que habían terminado. Las enfermeras les dijo que me llevaran de vuelta a mi habitación. 

-¿Qué hacen aquí?- pregunte con odio. 



-Hey hey, no nos odies, solo vinimos aquí a pedirte disculpas- dijo Ricky. 

-Si ire discúlpanos- dijo Brian. 

-Mi nombre es Irene- hable fuerte.

-Chica lo sentimos, venimos en paz para disculparnos- dijo esta vez Ronald.




-No me interesa, lárguense, no los quiero volver a ver a nin..-






-Lo siento mucho, fui un completo idiota, de verdad me disculpo- hablo Cristian interrumpiéndome.


Me pregunto porque siempre me interrumpe y me deja atontada, no puedo negar que es muy bello y me encanta su voz. Me perdí en mis pensamientos, recordando las pocas veces que lo eh visto y me quede dormida, supongo que es algo que me pasara a menudo.

El Acosador Secreto (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora