Primer día de clases

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Escuché sonar mi despertador unas cinco veces antes de levantarme, el verano había terminado y el primer día de clases estaba pateándome el trasero, había convencido a mi madre de inscribirme en la misma escuela que los chicos, así que este último año iba a ser genial a su lado.
Ya llevaba veinte minutos de retraso, me cambié, metí un par de lapiceros y libretas a mi mochilas y sin desayunar si quiera, salí corriendo hacia la preparatoria que me quedaba a seis cuadras.

Cuando al fin llegué me dirigí a ver mi horario, me tocaba Literatura a primera hora en el salón 502.
Me llevé una gran sorpresa al ver que no me había tocado con ninguno de mis amigos.
El profesor llegó dando ordenes, mientras yo seguía ahí, en medio del salón parada sin saber qué hacer o con quién sentarme.

—Tomen asiento, por favor. Yo soy el profesor Fletcher y espero no tener que reportar y sacar de mi clase a ninguno de ustedes.—dijo mientras escribía su nombre en el pizarron para luego voltearse hacia los alumnos.—¿Quieres sentarte, por favor?

Todos me voltearon a ver y sentí que la cara me ardía de pena, miré hacia todos lados buscando un sitio, hasta que sentí una mano que me jaló del brazo haciendo que me sentara.

—Eres de reacción lenta, ¿eh?—era un chico moreno de cabello oscuro y ojos color miel. No era tan guapo como Nico y mucho menos como Harry, pero parecía agradable.

—Sí, digo, no... Es sólo...

—Estás nerviosa—me interrumpió y yo únicamente asentí.

––Soy Chris.

Estaba a punto de contestarle para decirle mi nombre, pero el profesor nos calló.

Los primeros módulos pasaron lentos, pero al fin había llegado el descanso, me dirigí hacia la cafetería en busca de mis amigos.

—¡Hey! ¿cómo va tu día?— llegaron Nico, Sam y Jake a la fila para comprar su desayuno.

—Al fin los veo, no puedo creer que haya quedado sola en un grupo—me quejé.

—Tienes mala suerte, nena— dijo Sam—nosotros tres quedamos juntos.

—Los odio.

Caminamos a una mesa donde ya se encontraban Camile, Evan y Harry sentados. Todos hablábamos de nuestros nuevos profesores y compañeros.

—Ese chico se te queda mirando mucho, ¿no crees?— me susurró Harry señalándome con la mirada a Chris.

—Estás alucinando, querido.

—No lo creo. En fin, ¿te parece si voy a tu casa en la tarde?—hizo una pausa— necesito tu ayuda en una tarea de psicología.

—Claro, pídele ayuda a la loca—reí—llega como a las 6:00, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Sin darme cuenta, al fin había terminado el primer día de escuela. Caminé a casa, mamá no estaba así que tuve que prepararme comida para después bañarme y hacer mi tarea. Mientras esperaba a que Harry llegará, revisé facebook tenía una solicitud de amistad, cuando vi su foto de perfil lo reconocí al instante. Era Chris, mi compañero de clases.

«Qué raro»

Lo acepté y entonces tocaron a la puerta, fui a abrir de prisa y era Harry.

—Hola—me besó la mejilla y lo invité a pasar, fuimos a mi habitación y nos sentamos en el piso.

Pasamos una hora haciendo su tarea y luego él me ayudó con la mía, quizá sea difícil de creer pero, él es un genio en matemáticas.
Mi celular vibró y era un mensaje de Chris.

—¿Quién te mensajea?

—Nadie... Sólo un compañero.

—¿Tan rápido ya tienes nuevos amigos?—pregunto algo molesto.

—No soy una antisocial.

—Eso parecías antes.

Estaba empezando a molestarme su manera de hablar.—¿Qué te sucede? Si vas a seguir de ese humor es mejor que te vayas, no quiero pelear contigo.

—Perdón, yo tampoco quiero pelear. Sólo quiero saber quién es "tu amigo".

—¿Estás celoso?—pregunté con ademán burlón

—No.— agachó su cabeza tímidamente—Sí.

No pude aguantar la risa y él levantó su cabeza, entonces en un abrir y cerrar de ojos estábamos más cerca de lo habitual. Nuestras narices chocaron, podía sentir su respiración, su mirada directamente en mis ojos y sin querer retractarnos, nuestros labios se juntaron, ambos cerramos los ojos y entonces nos besamos, sin saber que ese sería el principio que destrozaría parte de nuestras vidas.

—¿Por qué hiciste eso?— pregunté confundida.

—Porque te quiero. Desde que te conocí me pareciste una chica maravillosa, tan diferente a las demás, y con el paso del tiempo me fui dando cuenta de que lo sentía por ti no era sólo amistad.—confesó.

—Si eso es real, ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque tú querías a Nicolas,  no quería estropear nada.

—¿Qué te hace creer que ya no lo quiero?

—Sé que lo quieres, pero sólo como amigo. Los vi besarse en la fiesta y te escuché aclarándole la cosas.
Estaba sorprendida, no podía asimilar las cosas.

—¿Estás seguro de esto, Harry? Tú eres guapo, podrías tener a las chicas más bonitas de la escuela.

—No me importan otras chicas, sólo te quiero a ti.

Y me volvió besar. Esta vez más convencido de sus sentimientos.

La Burbujeante Chica Gorda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora