La Burbujeante Chica Gorda

La fiesta

La última fiesta de verano había llegado. A partir del lunes todo sería diferente, y el miedo se apoderaba de mí, pero ésta noche no quería pensar en nada. Está noche sólo seríamos mis amigos y yo, este sábado era nuestro y algo me decía que sería inolvidable.

Fui a casa de mi mejor amiga para arreglarnos juntas. Sam se cambió de atuendo como 5 veces y al final optó por un jumpsuit corto sin mangas color negro y botines altos del mismo tono. Por mi parte, usé un vestido negro y encima me puse mi chaqueta, y unos botines del mismo color con plateado.

Jake llegó por nosotras en su auto a las 8 pm, a los demás los veríamos en la fiesta.

El lugar estaba abarrotado de adolescentes ruidosos que bailaban hasta el cansancio.
Nos costo trabajo encontrar a los demás hasta que los vimos a lo lejos sentados en una pequeña barda. Nos reunimos y al fin estábamos todos. Cam se veía muy hermosa como siempre, llevaba un pequeño vestido rosa entallado; los chicos también se veían muy guapos, de verdad, guapísimos. Nico había traído compañía, una alta y delgada chica de cabello oscuro que vestía un estilo vintage. Traté de ignorarla, realmente no me sentía muy celosa.

—Te ves guapísima.— susurro en mi oído Harry.

—Gracias— me sentí sonrojada— tú igual te ves guapo.

—Yo siempre— contestó con una sonrisa.—¿Cómo estás? Nico trajo buena compañía, ¿no?

—Estoy mejor que nunca, ¿sabes?. Hoy no me interesa si Nicolas se enreda con todas las chicas de aquí. Sólo quiero divertirme y ser feliz.

—Me encanta esa actitud. Te prometo que será una noche extraordinaria.—guiñó el ojo, tomó mi mano y caminamos hasta la pista de baile.

Las luces me enloquecían, la música me hacia vibrar y estar con mis mejores amigos bailando y riendo me hacían sentir invencible. Infinita.

Después de casi una hora de estar bailando y bebiendo, decidí salir a tomar un poco de aire. La noche estaba fresca y las estrellas adornaban el inmenso cielo.

—Hola.

Me gire para ver a Nico parado atrás de mí con una débil sonrisa.

—Eh, hola. —Sonreí.

—¿Estás bien?

—Mejor que nunca.

—Eso es bueno, me alegra ver que Harry te hace feliz.

—No sólo él, tenerlos a todos ustedes es lo que realmente me hace feliz.

—Estás enamorada de él, ¿cierto?- soltó de golpe y en seco.

—¿Qué?... No, bueno... ¿por qué preguntas eso?—estaba nerviosa y dudosa.

—Lo estás, más bien, lo están. Se nota por la forma en que se miran... Lo sé, porque...

—¿Por qué?

—Porque es la forma en que yo te miro.

Y sucedió. Me besó. Un fugaz beso.

De la manera menos esperada y no fue como yo imaginé cada noche desde que lo conocí. Pues no sentí nada.

—Te quiero, Nai.

—¡Wow! Yo también te quiero, Nico, pero... —agaché la cabeza y lágrimas comenzaron a caer por mi rostro.—No tienes idea de cuántas veces imaginé éste momento. Cuántas noches te soñé y espere. Pero ahora que lo hiciste, no fue como yo creía que sería. Y la culpa fue mía, por ilusionarme sin siquiera conocerte de verdad.

—Perdoname por decepcionarte.— dijo triste.

—No me decepcionaste. Te quiero, eres especial para mí, es sólo que, estuve confundida todo este tiempo y tú también lo estás, porque yo no te gusto.

—Sí me gustas.

—Pero como amiga, Nico. Esa es la manera en que tú me ves, sólo estás confundido.

—Entonces...

—Entonces seguiremos siendo los amigos que hemos sido hasta ahora, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

—Ahora volvamos a dentro y sigamos disfrutando la noche.—sonreímos.

Cuando regresé con Harry, me invitó un trago y volvimos a bailar. Reíamos todo el tiempo. Amaba eso.

—¡Joder, te quiero!— gritó Harry mientras encunava mi rostro entre sus manos.

—¿Qué pasa con esa palabra ésta noche?—contesté divertida.

—No sé a que te refieres, pero eso es lo que siento en este momento. Te quiero, eres la mejor chica que he conocido, Naira.

Seguimos moviéndonos al ritmo de la música mientras nuestras miradas estaban conectadas.
Y es lo último que recuerdo.