1. Llegada

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Nunca te dejes llevar por las apariencias, por más adorables que sean, nunca lo hagas. Muchas veces las personas no son lo que aparentan.

Una de las cuidadoras entra a mi habitación y me sonríe, le sonrio de vuelta y suspira.

—Ali, te compraron— trago saliva y la miro incrédula—. Sabía que algún día pasaría, pequeña— me sonríe y yo igual, pensábamos que por ser yo nunca pasaría.

—¿Sabes cómo es y quien es?

—Es un hombre a toda regla, alto, fornido, bonito de cara, buen cuerpo, tiene veinticuatro años y es frances. Se llama Sebastien Aubriot y eso es todo lo que se, Ali, debes acomodar tus cosas— asiento y comienzo a acomodar todo en la maleta.

No es mucho, pero tengo lindas prendas. Al terminar, bajamos al salón común donde estaban todas las chicas, me despedí de todas, las extrañaría, lo sé.

A las cuidadoras y maestras, a la directora. Mi corazón late fuerte, estoy emocionada y asustada. No sé qué intenciones tiene conmigo, espero que sean buenas.

Salí y una camioneta blindada negra me esperaba junto con un hombre que parecía ser el chofer, subió mis maletas a la parte trasera, me abrió la puerta y subí luego de darle gracias.

Juego con mis dedos nerviosa, el chofer me sonrió tras el espejo y yo le di una mueca que fue lo único que me salió en el momento.

—¿Cómo te va, Alice?— me pregunto, asentí, no me asustaba que supiese mi nombre ya que asumía que se lo habían dicho ya— Todo estará bien, tranquila.

—¿Cómo es él?— suelto con un nudo en la garganta.

—Linda, no te puedo negar que Sebatien es alguien bastante difícil, en todos los sentidos, pero no es malo, ten paciencia. Te debo decir algo...— suspiro— Son una familia, ¿okey? Y tienen sus prácticas, todos sus hermanos tiene mujeres, se astuta con ellos, puedes bajar la guardia con todos, menos con Tya, con ella nunca te confíes— me advierte y yo frunzo el ceño.

Al darme cuenta ya habíamos llegado, la gran mansión se hizo ver dejándome con la boca abierta pero una duda rondaba por mi cabeza, ¿por qué me debo cuidar de una chica? ¿qué tanto debo cuidarme con sus hermanos y por qué?

Abrió el portón y el sendero se hizo ve, unas chicas que parecían ser las mucamas tomaron mis equipaje y me hicieron pasar, seis pares de ojos se posaron en mi haciéndome sentir cohibida.

—Vaya hermanito no pensé que te gustaran tan...— una chica de aspecto masculino me mira de pies a cabeza— Gordas.

— A mí no me parece gorda— comenta un chico que tenía uno igual a un lado, con una chica sobre sus piernas.

El único que estaba solo se levanta mirandome con una sonrisa que parece inocente, pero sé que no lo es.

— Soy Sebastien Aubriot— me tiende la mano y la junto con la de él, un escalofrío me invade y él sonríe.

—Un gusto, Alice James— susurro con una pequeña sonrisa. Su mirada recorrer mis piernas tapadas por un pantalón y se lame los labios.

Nos sentamos en un mueble y todos me miran expectantes.

—Te presento a mis hermanos— me dice—. Lorian— señala al mayor—, Marciel, los gemelos— señala a los chicos parecidos, los cuales me sonríen— Franck y Pierre, y por último nuestra hermana menor, Tya.

—Bueno, ya saben, me llamo Alice, es un gusto conocerlos— los miro a todos con una pequeña sonrisa.

Todos siguieron hablando tranquilamente y yo suspire con disimulo, más tranquila de que no me sentía incómoda, se me hacía ameno estar allí.

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