33. Tres meses en coma

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Y aunque me digan que no, siempre tendré en que tú, estas hecha para estar junto a mi

Cuando siento unos pasos atrás nosotros me muevo y apartó a Marciel y a Lorian de mi. Siento un dolor en mi abdomen y le disparo al hombre frente a mí y caigo de rodillas al suelo.

Oigo a Sebastien hablar a los lejos, a Marciel gritar y quedó inconsciente.


Siento dolor en mi abdomen, duele, quiero gritar, quiero abrir los ojos y no puedo, la pesadez en mis ojos no me deja.

Quiero mover algo, no puedo, siento el cuerpo pesado.

Oigo la voz de los chicos. No sé qué pasa, los oigo discutir. Quiero levantarme y decirles que no peleen.










Tya Aubriot.

—Tiene tres meses conectada, Sebastien, los médicos ya no dan esperazas— le discute Lorian.

No sé qué decirle a mi hermano, solo le aprieto la mano.

—Si en esta semana no reacciona yo haré que la desconecten, Lorian— dice Sebastien devastado.

Lorian y él discuten mucho últimamente por el estado de Alice, Alice no reacciona, la indujeron al coma para que no muriera ese día, pero los médicos ya ni dan mucha esperanza.

Entro a la habitación y los dejo discutiendo afuera. Nunca le hablo, pero sé que ella debe estar escuchando todo. Le aprieto la mano ligeramente y veo que su corazón se acelera un poco, sonrió.

Me acerco a su rostro. Acarició su mejilla, es una mujer preciosa, tiene un alma hermosa. No se confundan, el amor de mi vida, la única persona que he amado con cada parte de mi ser es y siempre será Lillian, pero es innegable que todos queremos y mucho a Alice.

Le deposito un beso casto en los labios y siento uno de sus dedos moverse. Me acerco a su oído divertida.

—Seré clara, necesito que despiertes, hermosa, tienes que despertar, Alice, todos te extrañan y si, soy yo, soy Tyana— digo divertida—, Sebastien necesita de ti, Alice, te necesita muchísimo y yo también, necesito que estés jodiendo a mi alrededor como siempre, haz un esfuerzo, sé que que me estás escuchando y que entiendes, hazlo muñeca, por favor.

Le doy un beso en el frente y siento su mano apretarme la mía fuerte. Me detengo y la siento removerse. Abre los ojos y se levanta de golpe, la vuelvo a empujar porque si no el tubo de su garganta la ahogara.

Me mira asustada.

—Quieta, muñeca, quieta, tienes un tubo en la garganta— ella asiente un poco.

Corro a buscar y los chicos al verme correr entienden lo que pasó. El médico y una enfermera van a retirarle el tubo.

Ella está tal cual como la deje. La enfermera le retira el tubo de la nariz y de la boca. La ayuda a sentarse y Alice no se mueve, nisiquiera abre la boca.

—Muñeca ¿quieres…—pregunta Sebastien y ella le hace una seña moviendo un poco la mano.

Mueve su pie y luego el otro, mueve lento su cuello haciendo una mueca, mueve tambien los hombros. Hace círculos con las manos y mueve sus dedos, cierra las manos en puños y las vuelve a abrir.

Asiente y hace una seña con la mano de algo de beber. La enfermera le moja un poco los labios y Alice toma agua con ayuda de la pajilla.

Mira un poco la luz y cierra los ojos. Se toma la botella de agua completa y mueve un poco la lengua, imagino la debe sentir dormida.

Nos mira a todos y el doctor le sonríe.

—¿Puedes hablar?— le pregunta el doctor y ella se encoge de hombros con lentitud—, inténtalo.

Hace un sonido con la garganta y pasa saliva.

Ho-la— nos dice con una sonrisa mientras mueve su mano, su gesto divertido me hace reír, su mirada se posa en Sebastien y le guiña el ojo torpemente.

Se pasa las manos por la cara y se da un poco en los ojos. Vuelve a pasar saliva varias veces y toma aire.

—¿Qué me pasó?— habla ronco y lento, pero mejor que antes.

—Recibiste un disparo, Alice, hubo que inducirte al coma para que no murieras—Alice asintió levantó su pulgar indicando que estaba bien—, ¿no tienes dolor de cabeza? ¿Mareo?

—Hambre— respondió ella, haciéndonos reír—, mucha hambre, quiero comida de verdad, no eso— señaló el suero en su brazo

Sebastien rió y la enfermera también.

—¿Qué es lo último que recuerdas?— pregunta el doctor.

Ella se queda pensativa, con la mano en su barbilla.

—La discusión contigo— señala a Sebastien y parece recordar algo—, el enfrentamiento, estaba con ustedes— señaló a Marciel y Lorian los cuales asienten.

Mira el anillo en su mano izquierda y sus ojos se abren grandes. Miro a Sebastian sin entender.

—¿Y este anillo?— pregunta en voz baja. Miro la mano de Sebastien y vio el anillo en la de él.

Su boca se abrió ligeramente, tomó su cabeza entre sus manos. Le hicieron una revisión y ella estaba bien, no recordaba algunas cosas, pero el doctor dijo que con el paso de los días recuperaría sus recuerdos.

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