Si todo fuera un sueño

363 20 2
                                    

Miré a todos lados. Alli no habia ninguna escapatoria, al menos que yo misma entrara a aquella jaula y eso era absurdo.  Lo vi voltearse hacia mi. Estaba muy serio, muy enojado.

Se acercó lentamente mientras yo me moria de miedo. Me miró de pies a cabeza con una sonrisa maliciosa lo escuché hablar.

-De ahora en adelante tu vas a pertenecerme.

Nooooooo..... nooooooo... no podia ser real lo que escuchaba, era el mismo sueño que habia tenido antes, lo sabia, queria que fuera asi, aunque fuera una maldita pesadilla, pero no, supe que no era asi cuando el encapuchado se acercó rapidamente sosteniéndome por la cintura, tirándome de golpes sobre una mesa grande que habia en el centro de aquel lugar. Estaba descontrolado, muy enojado, tanto que me jaló muy fuerte por las piernas hasta el filo de aquella mesa. Con las manos trataba de arrancarme lo poco que ya quedaba de mi pantalón.  Traté de luchar contra el como podía sin poder conseguirlo ya que me dolia mucho el cuerpo.  Tenia las piernas lastimadas y el era fuerte, muy fuerte.
Empezé a llorar, suplicándole con la mirada.

-No me toques, no me toquesss porfavor..... ayúdenmeeee..... -gritaba como loca. 

Lo empujaba, trataba de halarlo por el cabello recordando después que no tenia.  Queria morirme, aquello no me podia estar pasando.

A el no le importaron mis llantos, mis súplicas ni berinches, lograba arancarme la ropa, acomodándome debajo de el, me pillaba fuerte contra su cuerpo, ejerciendo fuerza con sus mismas piernas para que no pudiera moverme. Senti como se metia la mano en su pantalón y se bajaba la cremallera, mientras yo perdia mis fuerzas..... ya no me salian mas lágrimas, mas voz, estaba ronca de tanto gritar, de tanto suplicar.  Quizé luchar una vez mas y fué cuándo empezé a sentirlo, era algo perturbador y molestoso dentro de mi, sentia dolor, mucho dolor, y empezé a gritar.  Había llegado a mi ser un dolor insoportable que no conocía, pero ya sabia lo que era. 
Mi llanto ya no salia, me había quedado en shock, sentía que él me había arrancado la virginidad, la que  habia reservado por tanto tiempo, y yá para que?

El se dio cuenta y ya no se movió mas, se quedo inmóvil, tieso, se levantó de golpe apartándose de mi cuerpo repentinamente. Me miró asombrado, sin decir nada y luego bajó la vista hacia el suelo, se quedo un rato sin hacer nada, su reacción era extraña, no logré comprenderla, entonces ví que salía de allí, dejando la puerta totalmente abierta, sin importarle ya si me escapaba o no.

Amaneció.

No sabía ni cuantas horas había dormido, al parecer habían sido muchas, gracias al dolor, a la angustia y el peso que sentia en mi corazón.

El encapuchado no habia entrado allí desde que se habia ido la última vez, desde que me habia hecho suya a la fuerza, desde que me habia tocado sin delicadeza alguna. Recordaba todo y empezé a sentir asco, repugnancia, también mucho odio y dolor.
Queria bañarme, limpiarme, quitar las huellas de sus manos tocando mi cuerpo. Estaba llena de lodo, de bache, de sangre.

No habia escapado  porque no habia querido, estaba en un estado de paralización, de inmovilidad, me sentia aturdida.

Empeze a llorar, que pasaria ahora, me dejaria ir?, Me mataria?, No sabia quien era el?
De pronto pasó algo que me dejó aun más confusa. Lo escuchaba acercarse y corri hacia la jaula, esta vez si entré, tirándome en el suelo, haciéndome la dormida. El entró y ví que tiraba de la mesa donde segundos antes estaba yo acostada, donde minutos antes me había hecho suya a la fuerza. Estaba molesto, lleno de ira.    Pude ver por las rendijas como se sentaba en el suelo  agachado con las manos sobre la cara y pude ver que no tenia la capucha puesta. Esta vez podia verle un poco mas, aunque estaba un poco lejos de donde yo estaba.  Parecia afligido, preocupado, quizás arrepentido?
Veia el reflejo de su cuerpo. Estaba sin camisa y pude fijarme en su cuello.  Esforzé la vista mas y busqué el tatuaje.  Era pequeño, me parecia algún símbolo, quizás
una letra, no estaba tan segura hasta que pude comprobarlo cuando lo ví a él recostarse de la pared con las manos tocándose una y otra vez la cabeza.  Fue la oportunidad perfecta para estar segura de que aquel tatuaje era una letra muy pequeña,
cerca de la oreja, bajo el cuello.

Lo vi levantarse de golpe y ponerse la capucha haciéndome pasar un susto enorme,  entrando donde yo estaba.

-Ven para que te duches. -dijo tirándome un camisón azul que no había visto de donde lo había sacado.

-Donde?.... -dije sin poder hablar.

Me hizo señas para que lo siguiera, llevándome a una letrina doble.  En un lado tenia una regadera hecha de tubos y en la otra tenia un banco puesto, nada más.

-No, no, no tengo zapatos, perdi una sandalia.

Se rió sin ganas y lo odié con todas mis ganas, lo odiaba todo, completamente, queria verle la cara a ese cobarde, delatarlo a la policia. 

Lo ví agacharse a cojer unas botas del suelo y la capucha se le movió un poco, la traia mal puesta, como si quisiera no usarla mas y al fin logré poder verle el tatuaje.  No me había equivocado.  Era una letra, era la letra K.
De que seria esa K, seria de su nombre, de alguna mujer? algún hijo?  Y si le preguntaba su nombre?

"Que estupida eres Daiana, crees que te lo dira?" Sonrei por mi ocurrencia, pero al final lo hice.

-Co, co, como te llamas?  -dije muy nerviosa.

El estaba saliendo para irse, y se detuvo mirando hacia atrás, pero no contestó nada.
Siguió su camino esperando que yo me duchara.

Senti el chorro de agua helada caer sobre mi cuerpo desnudo y no me importó.  Llevaba dias sin bañarme y ya me sentia incómoda.  Estaba toda pegajosa y sucia, llena de sangre. Pero lo que realmente me importaba era limpiar mi cuerpo del sucio y asqueroso recuerdo de ese hombre. Vi una espuma que parecia algún líquido para manos y lo use en mi cabello lavándomelo como pude.  Estuve bastante rato bajo aquel chorro, lavándome vez tras vez, ya que no lograba sentirme limpia. 
Tenia dolor, mucho dolor en mi cuerpo.

Al terminar decidi  vestirme allí mismo.  No saldria desnuda para vestirme en el otro lado.  Me ponía el camison y las mismas pantaletas que traia ese dia puesta, aunque no estaban limpias ya no me importaba. El me había traido unas botas enormes que al parecer eran de él, y después de pensarlo mucho decidí usarlas.  No podia casi caminar con ellas, pero era peor estar descalza.
Al abrir la puerta, no quise mirarlo, pero él me sostuvo fuerte de un brazo llevándome a la jaula otravez. Pude notar que habia clausurado el boquete y habia puesto una bandeja con comida en el suelo.

Sin pensarlo dos veses empeze a comer.  Ya no me importaba nada, que podia ser peor de lo que ya me habia hecho?

Tenia hambre y me lo devoraba todo hasta quedar satisfecha. Empujé la bandeja con la pierna y empeze a llorar.  El me miraba desde la silla donde siempre se sentaba, pero pude ver que se levantaba, acercándose a mí.  Quiso decirme algo, pero se lo reservó.  Dio la vuelta y volvió a salir.

Pasaban las horas, eso  creia.  Me sentia tan sola, tan vacia, estaba indignada, no paraba de llorar. Ese infeliz me habia arrebatado a la fuerza lo que tanto deseaba entregarle al hombre del cuál me enamorara.  Con 20 años que tenia habia permanecido casta. Baje la cabeza y empeze a llorar fuerte, atacada en llanto, tenia que sacar todo ese dolor de mi pecho.  Lo escuché   entrar de golpe, se veia muy furioso.

-Cállaaateeeee.... que te calles te digo... -gritó dándole jamaqueadas a la reja.

Lloré mas, tenia mucho sentimiento guardado y el me tenia asustada.  Mis llantos al parecer lo tenían nervioso al punto que se puso agresivo.

-Caaaaaaaaaalllllaaaaateeeee, ya para de chillar niña estúpida, no voy a matarte, si es lo que quieres saber, -dijo dándole un puño a la reja.

Nunca lo había escuchado hablar como lo hacia ahora, esta vez quizas lo hacía sin importarle que yo pudiera reconocerle la voz en algún momento. Me daba miedo escucharlo y seguí atacada en llanto.

-Abusastes de miiiiiii.... -grite sin pensarlo mientras seguia llorando.

Sostuvo fuerte las barrandas con sus manos y dio un largo y profundo suspiro, agachando la cabeza.

-No sabia que eras virgen....
no lo sabia.  -gritó volviendo a jamaquear la reja, dando una patada muy fuerte al portón.

Al salir dio un manotazo a la silla restrayándola de golpe sobre la pared, antes de salir por la puerta.
Me quedé sin palabras.  No comprendía como a un secuestrador lograba importarle si su víctima era virgen o nó.  Estaría arrepentido?  Dios mio, quien era ese hombre?
Si no iba a matarme, porqué demomios no me dejaba ir?
Me preguntaba mil  cosas, hasta que me invadió un sueño agotador de tanto que había llorado.  Me recosté en el suelo y al pasar de un rato, me dormia profundamente.

SECUESTRADA (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora