Al fin libre

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Mis ojos no podian creer lo que veian.

-Dios no puedo creerlo.
Ayudennmeee, ayudenmee porfavor, ahi alguien, porfavor necesito ayuda -gritaba desesperada tocando la puerta de aquella casa que había encontrado de frente.

Toque muchas veces hasta que la puerta se abrio. Era un señor como de la cuarta edad.

-Ay Dios, gracias Dios, Dios mio gracias -dije mirando el cielo cayéndo de rodillas frente a aquel Señor.

-Esta usted bien -dijo mirándome atónito.

-Nooo, no lo estoy -dije llorando, muerta de cansancio.

Empezé a llorar, pero no sabía si de tristeza o felicidad. Sentía que me había quitado un enorme peso de encima, ya mi calvario habia terminado.

Se unió a el una Señora, que se presentó como la esposa. La misma me hizo pasar dentro de la casa sin reparo alguno y muy preocupada me trajo agua, también una toalla mojada para que me limpiara.

Les explique todo con lujo de detalles y se ofrecieron a ayudarme.
Me aconsejaron ir a la delegacion, ellos mismos me llevarian. Querian llevarme al hospital, pero yo no había querido, como tampoco había querido volver a mi casa. Me sentia muy avergonzada.

Lo que si acepte fue que me llevaran a la Ciudad, a casa de Criss, mi prima, la mas cercana que tenia. Estaba segura que ella me ayudaria. Mirna estaba fuera, así que con ella no contaria.

Que alivio sentia, me sentia libre, pero queria estar lejos de todo aquello y así se lo pedi. En menos de dos horas ya me habían llevado a la delegacion.

-Joven tienes que llevarnos al sitio donde pasaron los hechos. -dijo una mujer Oficial sin dejar de apuntar en una libreta.

No queria volver allí, jamás lo haría. Estaba atónita. Le hablé de cuánto detalle recordaba, de aquel hombre encapuchado, de lo poco que había visto de él y les explique donde era el lugar, pero yo esperaría, quería verlo ya arrestado.

Le habían levantado ley de arresto a un delincuente que yo no conocía. Un bocetista se había encargado de dibujar su misterioso rostro solo dejando a la imaginación sus verdaderos rasgos. El dibujo se dejaba ver de un hombre joven, calvo, con el tatuaje en el cuello. Ya habían pasado varias horas cuando ví regresar a los Oficiales, informándome que en aquel lugar si habia evidencia de lo que yo le había contado, pero él no estaba. No habia nadie, no habia rastro de el secuestrador. No habian ropas, ni nada de él. Desgraciadamente habia escapado.

Me quede en shock pensando que se había salido con la suya. Al no encontrarme habia huido. Era muy inteligente y listo.

Sentia mucho miedo y le imploré a el matrimonio que me llevaran a casa de mi prima Criss y asi lo hicieron no sin antes despedirse de mi, darme la bendicion y desearme buena suerte, yo le estuve tremendamente agradecida.

Cuando me encontre con Criss la abraze, ya a la hora le había contado todo. Ella era como mi hermana, era mucho mayor que yo, tenia 35 años.
Queria que fuera al hospital, pero le dije que no, la situacion me avergonzaba demasiado.

Criss me enseño su casa, me dio ropa de ella y me llevó a la regadera, donde pude darme un buen baño.

Me preparó un dormitorio y me dijo que me quedara con ella todo el tiempo que fuera necesario. Queria que yo me sintiera mejor y asi estuve dispuesta a hacerlo.

Ella vivia sola, nunca se habia casado, trabajaba y la mayor parte del tiempo siempre estaba afuera.

"Esta será tu casa"
Fueron sus palabras. A decir verdad fue muy complaciente conmigo.
Queria darme mucho dinero para que comprara ropa, pero no se lo acepte. Solo compré lo necesario ya que no estaba dispuesta a volver a la casa del bosque a buscar mis cosas.
Cuando todo se normalizara venderia la casa y compraria otra en la ciudad.

Me sentia mucho mejor, mas tranquila. El dormitorio era grande, muy cómodo, estaba dispuesta a pagarle su favor de cualquier manera, así que la ayudaria en todas las cosas de la casa.

-Daiana -la escuché llamar

Me sacó de mis pensamientos entrando al cuarto dispuesta a hacerme razonar.

-Debes recordar como era ese hombre -dijo haciéndome recordar cosas que yo no queria.

-No lo sé Criss, nunca le vi la cara, se la tapaba todo el tiempo con una capucha. Era alto, joven, hablaba fuerte. Se rasuraba la cabeza y tenia un tatuaje de la letra k en su cuello. No le vi nunca el rostro, Criss. -dije tratando de recordar

-Estás segura? -dijo ella pensativa

-Me quitó la virginidad Criss y ni siquiera pude verle la cara. -dije estallando en llanto

-Ay Daiana, no sé que decirte, tienes que distraerte, salir y conocer gente nueva.

Me quedé pensando. No me sentia preparada para esas cosas ahora. Solo queria olvidar.

Al salir Criss de la habitación me acomodé mejor en aquel dormitorio. Tenia una vista muy bonita de la ciudad de Cánada. Me gustaba el lugar.

Tenia hambre, asi que bajé a la cocina y ayude a Criss a cocinar.

Sentada ya en la mesa....

-Daiana que piensas hacer con ese hombre?

-No sé Criss, ya informe todo a la delegación y levantaron varias denuncias. Tiene cargos por secuestro y violación. Aunque no tienen registro médico, tienen mi informe.
Creo que no puedo hacer mucho Criss, solo esperar, la policia no tiene un sospechoso, nada, no hay un perfil, solo descripcción del hombre.

-Te entiendo -dijo Criss, frustrada.
-Bueno, no hablemos mas del tema, quiero ayudarte, no a seguir poniéndote triste -dijo Criss mas animada.

-Gracias prima.
Quisiera ahora poder descansar, recuperar todo el tiempo perdido. -dije agotada

Ya en el cuarto me miré al espejo. Mis ojos reflejaban miedo.
Si ese hombre me buscaba, si me encontrara tal vez se vengaria de mi. Miles de preguntas pasaban por mi mente, estaba muy ansiosa. Entré a la cama y traté de dormir, consiguiéndolo tres horas despúes.

SECUESTRADA (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora