Y paso lo que tanto temi

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No podia dormir.  Me dirigi a la sala donde dormia Keinan y lo llamé. No tardó en despertar.

-No puedo dormir, tengo miedo -dije mirándolo en la oscuridad.

Se incorporo en el sillón, pasándose las manos por el cabello.

-Tranquila estoy aqui contigo.

-Lo sé, pero estas en la sala y yo sola en el cuarto.  Me dan miedo las ventanas.

-Quieres que te acompañe? esperar  que te duermas?

-Si, si porfavor -dije sin pensarlo dos veces.

Fuimos al cuarto y me acosté en la cama.  El se sentó en el suelo, a mi lado.

No podia dormir, estaba muy tensa y el lo percibió.

-Que pasa bonita? -dijo pasando su mano por mi cabello.
-Duérmete -decia.

Cerré mis ojos y no se cuánto tiempo paso en quedarme dormida.

Narra Keinan.....

No pude dormir en toda la noche, no podia hacerlo.  La conciencia me martirizaba por dentro, veia a Daiana dormir, muerta del miedo, la tocaba, la miraba, la deseaba tanto.

Mi Daiana, la chica que tanto busque y estaba conmigo ahora.  No podia dejar que se me fuera, no otra vez, me moriria.

El sentimiento que tenia por dentro me estaba matando, No sabia que hacer. Me sentia mal, el remordimiento me ahogaba, me atormentaba.

-No puedo perderte. -dije mirándola a ella mientras dormia.

"Quitame este peso de encima Dios."

Me levanté y miré por la ventana hacia afuera, la oscuridad era inmensa, mi bonita estaba pasando un mal momento en su vida.  Estaba tratando de vivir con un pasado y yo tenia que ayudarla, si eso haria, no podia lastimarla mas.
Volvi a sentarme en el suelo poniendo mis manos en mi cara.  Se me revolvia el estómago por dentro, tenia una guerra en mi mente. Me levanté otra vez, recostándome en el sillon de la sala,  quedándome dormido sin darme cuenta.

Amanecio.

Escuché ruidos en la cocina y me levanté sobresaltado.  Era ella, preparando el desayuno.

-Buenos dias dormilon. -dijo sonriendo

-Que hora es?

-Son las 10:00 de la mañana.

-Si que me quedé dormido.

-No importa, descansa, se que me cuidastes toda la noche, gracias, -dijo revolcándome el cabello.

-Lo haria siempre Daiana. -dije levantándome

De pronto sentia eso otra vez, el hueco en mi pecho, me sentia mal conmigo mismo.

-Voy al baño antes que sirvas la mesa.

-Claro, adelante.

Me dirigi al baño quitándome el abrigo. Tenia una camisilla blanca, pero no podia salir afuera asi, no debia.  Me heché agua en la cara, y volvi a mirarme. Tenia una guerra dentro de mi y no aguanté mas.
Me tiré al suelo y empezé a llorar como un cobarde.  Me sentia terriblemente mal.

  Me sentia terriblemente mal

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SECUESTRADA (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora