Bebi como un loco

262 14 1
                                    

Me preguntaba como estaria la casa del bosque, pero en realidad no me importaba, no iria alla.  Detuve el auto cerca, pero segui la marcha.

Volvi a detenerme, no podia ni conducir, las manos me temblaban y las palabras de Daiana retumbaban en mi cabeza.

No queria volver a verme.  Las seguia escuchando en mi cabeza como si tuvieran un gran eco.

Se me saltaron lagrimas, las deje salir, me las merecia.

Tenia miedo de perderla, de que no me perdonara, pense que se le iria el mal golpe.  Dejaria que cayera en tiempo y la buscaria.  Daiana tenia que escucharme, mi bonita era mia, no me podia dejar, no, no lo soportaria.

No tenia ganas de estar en mi casa y me bajé del auto.  Saque una camisa blanca de rayas negras y me la puse. En camisilla no dejaban entrar a un bar, asi que me cambie y busque donde beber, beber hasta que no recordara mas.

Ya dentro del bar llame a un amigo, Jay, alli quede en encontralo.  Entraria solo, hasta que Jay llegara.

Pedi un trago y me lo bebi de golpe, sintiendo una quemazón en la garganta.
Lo unico que veia en mis pensamientos era a mi bonita, a mi Daiana.
La amaba, la amaba con mi vida.
Que rico habia sido hacer el amor con ella, con mi Daiana.
Yo habia sido su primer hombre, lo sabia perfectamente.

No sabia cuantos minutos habian pasado cuando llego Jay.
Me saludo y yo ya estaba mareado, casi ebrio.

-Tanto tiempo Keinan, si que has cambiado, -dijo mirándome

-Lo sé, ahora tengo cabello y estoy mas borracho que antes. 

El sonrió sentándose a mi lado. Estuvimos horas hablando, bebiendo, hasta que decidí contarle lo que me pasaba. 

Ya era tarde cuando me sentia muy mareado, muy mal, con ganas de devolver y me dolia mucho la cabeza, hacia tiempo que no tomaba de aquella manera.

Estaba herido, deprimido, no tenia ganas de nada.

-Keinan no voy a dejar que conduzcas asi, estas muy ebrio -dijo mi amigo quitándome un trago.

El habia bebido muy poco, solo par de tragos y estaba bien.

-Llévame, llévame con ella -le dije sin poder pronunciar

-Pero estas loco hombre. -dijo Jay.

-Por favor Jay, te lo pido, llévame a casa de Daiana.  Me dejas alli y te llevas mi auto, asi no tendras que pedir aventon.

-Keinan estas seguro que quieres ir donde ella?

-Porfavor. -se lo imploré con la mirada.

Me quede dormido en el auto cuando escuche a Jay llamarme.

-Keinan, Keinan ya llegamos.

Me ayudó a bajarme del auto, ya que yo estaba que no podia ni caminar.

-Vete -le dije.

-Estas seguro que ella sigue ahi?

-Si, si, -dije susurrando.

Jay se fue en mi auto quedando de acuerdo conmigo en lo que habiamos acordado.

Llegue como pude a la puerta, no sabia ni que hora era, pero pensaba que era más de media noche, las dos, dos y media, talvez.

-Daiana, Daiaaaanaaaaa, Daianaaaaa.. -empezé a llamarla como un loco, dándole golpes a la puerta.

-Abre la puerta bonita, -decia cayéndome, sin poder siquiera estar en pie.

Seguí golpéando con todas mis fuerzas y vi una luz encenderse, luego ella se asomó por la ventana.

-Que haces aqui? -te dije que no queria verte.

-Daiana, abre la puerta, abrela.

-Lárgate Keinan, o llamaré a la policia.

-Oye tranquila, no iras a dejarme afuera en plena noche.

-Estas ebrio, déjame en paz, vete.

-Daiana porfavor -dije cayéndome de rodillas al suelo.

Trate de levantarme, no podia, la vista la tenia toda mareada.  Me giré, recostándome de la pared, la cabeza me daba mil vueltas y sentia naúseas.  Me aguante la cabeza, sintiendo que me queria estallar, volvi a girarme, dándole un golpe a la puerta, esta vez con menos fuerza.

-Daiana, vamos chiquita, abréme la puerta por favor.

No hubo respuesta.
Dí mas golpes en la puerta cada vez con menos fuerza, sintiéndome muy débil.  Me tiré contra la pared y ya no dije mas nada, me venció la borrachera.

Me levantó la luz del sol dándome en plena cara.  Mire donde estaba.  Era el balcon. Me abia dormido en el balcon, abia pasado toda la noche afuera.  Me volví a mirar.  Traia la camisa sucia  desabrochada, tenía el cabello todo alborotado y la cabeza me dolia a punto de estallar. Tenia un olor fuertisimo a licor encima. De pronto recordé, se me venian  flashes a la mente.  Mi auto, mi auto no estaba  claro Jay, le abia pedido a mi amigo que me trajera.

Miré hacia atras, levantándo la cabeza.  La ventana, recordaba cosas. Anoche, Daiana. Traté de levantarme, pero me dolia el cuerpo. Quizás por haber dormido tirado al suelo como si fuera un perro.

Mi chica, dije pensando rápidamente en ella y me levante como pude.
Daianna,  recosté la frente de la puerta, cojiendo impulso.

-Daiana porfavor necesito un baño, dejame entrar. -dije con el tono de voz mas calmado.
-Daiana.

Que dificil se estaba poniendo mi bonita, pero no estaba dispuesto a darme por vencido, jamás lo haria. Ella tenia que escucharme, yo tenia que hablar con ella.  Convencerla.

-Daiana estoy muy mal te lo juro -dije con un taco en la garganta que no me dejaba hablar. 

Ya estaba ronco de tanto implorar, tambien me pasaba en ocasiones.  Se me ahogaba la voz, no sabia porque razón. A las chicas le gustaba eso, pero ya no me importaba ninguna mujer que no fuera ella.

-Porfavor dejame hablarte, dame la oportunidad de escucharme -dije en un llanto que se me quebró.

Ya no podia mas, ya no estaba aguantando esa actitud de ella, me estaba matando lentamente y ella no lo sabia.

Pasaron minutos, pasaron horas, el sol me quemaba, me quité la camisa, no me habia marchado, no me iba a ir hasta que ella me escuchara.

De pronto empezé a sentir una sed horrible. Tenia seca la garganta y la cabeza por Dios, me dolia como nunca.
Hacia una calor insoportable.  Estaba deseando ducharme.  Me miré dándome cuenta que nunca habia reaccionado asi por nadie, no era ese tipo de hombre que se rebajaba por una chica de esa manera.

Si me viera mi amigo Jay, se burlaría. No iba a venir a buscarme hasta que yo lo llamara y no estaba en mis planes hacerlo hasta que mi bonita me escuchara.

Que haria mi chica? -pense.

-Daiana.

Me levanté y empezé a golpear la puerta otra vez.  Y me quedé sin palabras cuando la puerta se abrió.

-Que quieres Keinan? -dijo tan desanimada como si de verdad le hartara verme.

-Quiero, quiero que hablemos.

-Ya todo está hablado.

-No me has dejado hablar, defenderme.

-Defenderte?, defenderte? de quien mentiroso, de la estúpida que confio en ti, la misma que se enamoró, la que engañastes mas de una vez acostándote con ella, aun sabiendo lo que te habia contado?, lo que ya sabias Keinan.  Ahora comprendo todo.  Por eso llevabas otra imagen, nunca te dejaste ver tu cara, nunca, tampoco el tatuaje, porque sabias que yo ya lo habia visto cuando me tenías secuestrada.  Por eso vestias todo el tiempo con camisas de cuello alto? por eso ahora dejas tu cabello largo?, eres malo Keinan, malo.  Lo has calculado todo cruelmente.

-Daiana -dije tratando de acercarme, ella se hecho hacia atrás.

-Para mi ya estas muerto.

Bajé la cabeza sintiendo un mareo fuerte, no sabia si por el dolor que tenia en el cuerpo, la borrachera o por el dolor que me causaban aquellas palabras en mi corazón.

SECUESTRADA (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora