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Esto se ha acabado


Jos -.
Luego de cambiar mi ropa y pensar en un argumento lo suficientemente bueno para los chicos, salí disparado a la casa de Peter. El muy idiota me la pagaría por informarle a Joseph lo de la apuesta. Esto se había complicado y el chisme supongo que ya habrá corrido por toda la escuela.

El auto lo aceleré a fondo y pensé en darle a Peter una buena tunda para que se callar su habladora boca. Pero a la vez tenía algo de miedo, pues mi orgullo se doblegaría justo en unos minutos.

Llegué a su casa y bastante decidido, toqué o más bien, golpeé la puerta con el puño cerrado, al mismo tiempo que gritaba su nombre.
-¡Peter! –grité, y seguí haciéndolo hasta que alguien me atendió. Una chica rubia de maquillaje corrido estaba en la puerta a medio vestir. Me le quedé mirando algo incómodo y ella parecía tener resaca- ¿Dónde está Peter?
- El engendro del mal está en su cama, supongo que dormido... ¿quién eres? –preguntó la que parecía ser su hermana.
- Jos Canela –me presenté y estreché habíamomientras que ella me pasaba a su casa.
- Evelin Philips –murmuró, definitivamente era su hermana- ¿pasarás o quieres que le hable?
- Yo paso a su habitación, gracias –dije caminando escaleras arriba- y vístete –pedí y ella me torció la boca.
- Iba a ducharme idiota –respondió y yo sonreí, ya la recordé. Desde antes ella y yo siempre nos habíamos llevado así. Solo que con cariño no como con Tn__ .
- ¿Me extrañaste? –preguntó mientras subía detrás de mí.
- No tanto –admití y ella me dio un golpe en el hombro- bueno... tal vez un poco.
- Mentiroso, ya no me recordabas... -me dijo y yo reí.
- Admito que no recordaba ser amigo y casi novio de una chica tan bonita como tú. Tampoco que fuera tan amable conmigo.
- Odioso, me encanta tu cinismo... aún lo conservas intacto –murmuró y me besó la mejilla- No seas tan duro con él... ayer tuvo un mal día.
- Hoy tendrá uno peor –murmuré bastante convencido. Ella me frunció la nariz pero se fue a su habitación. Lentamente me acerqué a la de Peter y entré sin tocar ni nada. Él estaba enrollado en sus sábanas y abrazando una almohada. Me acerqué a él sin hacer ruido y noté que él estaba dormitando pero lágrimas corrían por sus ojos.
- ¿Peter? –pregunté moviéndolo lentamente de un brazo.
- No... -susurró dolido- hoy no quiero despertar... -murmuró y mas lágrimas salieron de sus ojos.
- ¿Peter qué tienes? –dije algo preocupado. Me senté a su lado y él seguía en silencio. Lo único que yo ver era cómo él lagrimeaba por alguna razón. Jamás lo había visto tan deprimido o tan dolido. Me preguntaba a mi mismo, qué rayos le habrán hecho. ¿Por qué no quiere despertar?

Caminé confundido por toda la habitación en búsqueda de algo que lo haya hecho romperse de esa forma. Pero por más que busqué indicios, o pistas de un posible motivo no encontré nada.

-¡Peter! –grité moviéndolo- ¡Despierta idiota! –le grité y él abrió los ojos solo para volverlos a cerrar.
- ¿Qué quieres Canela? –preguntó y yo suspiré.
- ¿Qué te pasó? –inquirí interesado.
- Nada –susurró con un nudo en la garganta- ¿a qué viniste?
- A romper la apuesta... -respondí y él soltó una pequeña risita.
- ¿Por fin admitirás que estás enamorado de ella? –preguntó y yo suspiré mordiendo mis labios.
- Sí –susurré.
- Bueno... rompamos la apuesta –dijo, tan fácil.
- ¿Qué? –pregunté- ¿Así, tan fácil? –dije viéndolo fijamente a los ojos. Él desvió la mirada.
- El daño lo hiciste... -susurró- pero lo increíble fue, el daño colateral que provocaste. No solo hiciste que ella sufriera, sufrió su hermano, sufriste tú, sufrieron tus amigos e incluso los padres de ambos... hiciste más de lo que pudiste alguna vez dañar.
- Eso no me hace sentir bien –dije agachando al cabeza.
- No debería, si lo fuera... serías un mal hombre –respondió- has ganado la apuesta y estoy seguro de que Natalie, no se opondrá a estar contigo.
- Pero yo no quiero estar más con Natalie yo...
- Jos ... la apuesta era la apuesta, pediste a Natalie a cambio –murmuró secándose las lágrimas restantes- no intentes reemplazar a un diamante con un carbón –respondió y yo desvié la mirada.
- ¿Quién se supone que es el carbón? –pregunté y él rió.
- Por supuesto que Natalie... no compares... -dijo él rodando los ojos- ¿qué te dijo Tn__ cuando se enteró?
- La verdad, siguió como si nada le pasara... como si estuviera dispuesta a ayudarme. Como si... no le doliera.
- ¿Y le duele? –preguntó y yo me encogí de hombros.
- Supongo que sí... algo –respondí apretando los labios- No lo sé... creo que me duele mucho más a mí.
- Jos ... mira ya rompiste la apuesta, solo espero que Natalie no se tome tan a pecho el hecho de que te enamoraste de su enemiga –advirtió.
- ¿Que te enamoraste de quién? –preguntó Natalie desde la puerta de mi habitación. Ambos nos sorprendimos de su presencia pues ella nunca viene a casa de Peter- ¡Dímelo! –exigió la rubia furiosa.
- ¿Ahora decidieron venir a asaltar mi habitación o qué? –preguntó él curioso.
- Vine a ver cómo seguías –murmuró la rubia y él desvió la mirada- ¿quién es la afortunada? –preguntó interesada dándole un tono un poco amenazante.
- Tn__ –susurré bajito. Natalie apretó la boca como si estuviera a punto de escupir las palabras más dolorosas que alguna vez pude escuchar. Pero negó con la cabeza y miró hacia el suelo.
- No te creo –respondió-. No puedes estar enamorado de alguien que ni siquiera te soporta. Ella te odia... no puedes estar con ella aunque quieras –murmuró- No. Tú no estarás con ella por el simple hecho de que yo te quiero conmigo.
- Pero y si...
- Nada -respondió ella dolida- ¿que no hacías eso para recuperarme?
- Sí pero...
- Pues aquí estoy... pidiendo que vuelvas conmigo... pidiendo que me des una oportunidad -me dijo llorando- pidiendo que me dejes estar contigo solo una vez. Como tú tantas veces quisiste... -lloriqueó- ¿Acaso ya no te gusto?
- Sí me gustas pero...
- Jos -dijo acercándose a mí y refregándome su pecho en el mío- ¿dejaste de amarme?
- No... -susurré- nunca te amé...
- Sé que no -susurró- pero por favor... no me dejes ir así. Sabes que yo a ti te quiero y no tienes idea de cuanto, sino no estaría aquí... luchando ahora por que te quedes conmigo.
- ¿Por qué quieres que me quede? -pregunté.
- Porque aunque no lo creas-dijo con su mirada cristalina- yo sí te amo.

Me le quedé mirando fijamente ante semejantes palabras y noté que Peter se condolía en su propia habitación. ¿Qué rayos le habían hecho? Me separé de Natalie y di unos pasos hacia atrás.
- Vamos Natalie... sé que solo me estás diciendo esto para que ya no me acerque más a tn -mencioné.
- Honestamente sí, sé que no me creerías ni en un millón de años que te amo, porque la verdad no lo hago. Pero Jos ... una noche -pidió- solo eso te pido.
- ¿De qué hablas? -pregunté confundido.
- Quisiera estar contigo una noche, y jamás volverás a saber de mí.
- ¿Te das cuenta de lo que me estás pidiendo? -pregunté levantando una ceja y ella asintió- ¿por qué?
- Porque te deseo, más que a nada en este mundo.
- Será sexo por lástima -susurré con el afán de que Peter no me escuchara, pero al parecer estaba demasiado concentrado en su dolor que en nosotros.
- Eso no me importa -susurró de vuelta- por favor, quiero estar contigo Jos ... por favor -volvió a pedir.
- Natalie, no puedo...
- Por favor -volvió a pedir- anda... -dijo acariciando mi pecho, haciéndome sentir más incómodo que nunca.
- Es que...
- Jos -dijo y me besó en los labios fieramente haciéndome trastabillar unos pasos hasta tocar con mi espalda la pared. Ella se pegó a mi cuerpo y no me dejó separarla de mí- ¿si?
- Solo será esta vez -dije al final.
- Solo una vez...

...

Tn__ -.
Estaba tirada en el suelo de la cosina cantando una canción para mí, viendo cómo mis ojos se nublaban debido a las lágrimas que empapaban mis mejillas. Quería morir, quería desaparecer un instante. Simplemente estaba harta de esto, de este verano, de estas personas, necesitaba desaparecer. Mi mano me dolía y mi corazón estaba partido en miles y miles de pedacitos. Sangrando y luchando por juntarse y seguir latiendo.
- ¿tn? -escuché decir a lo lejos. No me moví, no tenía ánimos para estar buscando a ese ser que me llamaba.
- ¿Por qué...? -susurré entre sollozos- ¿por qué todos luchan por lastimarme?
- ¡tn! -escuché de nuevo. Él con su mirada azulada, sus cejas levantadas y su enrojecida boca, se acercó a mí, negó con la cabeza y me tomó entre sus brazos y me atrajo a su cuerpo. Me hice pequeña y él me apretó dándome algo de consuelo, no me regañó, no me preguntó qué había pasado, no dijo nada. Solo presentó su hombro, sus brazos y su respiración en mi frente.

Cerré los ojos y esperé con mucha fuerza que este día desapareciera. Sentí que él me cargaba en sus brazos y yo no me opuse. Abrí ligeramente los ojos y Logan me dirigió fuera de la casa. Me metió a su camioneta en el asiento trasero y yo me quedé recostada allí. Luego de un rato y de notar que el cielo estaba comenzando a nublarse. Cerré los ojos de nuevo y cuando me di cuenta, estaba dormida.

- ¿Por qué? -preguntaban a lo lejos.
- No lo sé, pero en verdad necesito que hoy se quede aquí -pidió Logan.
- Está bien sabes que ella siempre va a ser bienvenida, solo... ten mucho cuidado -pidió una voz de mujer- ¿cómo se ve su mano?
- Está menos inchada y morada -murmuró él algo preocupado.
- Bueno, mantenos informados -pidieron y no escuché respuesta de él.

Abrí un poco los ojos y noté que estaba en la habitación de él. Logan se acercó a mí y se recostó a mi lado abrazándome y besando mi frente. Me acurruqué con él y suspiré. Las lágrimas de nuevo salían y él me arrullaba con canciones de cuna y algunos sonidos que me hacían callar por minutos hasta que mis lágrimas de nuevo empaparan su camisa.
- ¿Por qué todos me quieren lastimar? -pregunté y él suspiró.
- No lo sé -susurró- pero es algo que tú definitivamente no mereces...
- Pero igual lo hacen, igual me hieren... ya no quiero eso. Ya no quiero que me quieran, ya no quiero ser una apuesta, ya no quiero que me traten así -lloriqueé.
- Tienes razón... no es justo todo esto que te hacen -susurró-. Pero sé que Jos lo pagará, de alguna forma lo hará y aunque no sepa los detalles de lo que pasó, admito que sé que tu hermano y tú no están bien, sino no te tendría abandonada de esta forma...
- Casi en sus palabras me dijo que yo era una cualquiera por seguir con la apuesta de jos ... que me rebajaba a su nivel...
- Oh vamos -murmuró besando mi frente- sabes que Joe te ama y lo que más quiere es protegerte. No te preocupes, sé que más allá de una pelea, es más un roce... siempre habrá una reconciliación.
- Eso espero -respondí estremeciéndome- no me gusta estar así con él.
- No durarán mucho tiempo enojados...
- No pero se va a ir en tan solo unos días -dije dolida- ¿crees que estemos bien para entonces?
- Sí -respondió.
- ¿Por qué tú me cuidas? -pregunté curiosa levantando la mirada y encontrándome con su mirada cristalina. Sus ojos eran tan azules, tan profundos, tan centrados, como si te pudiera leer el pensamiento o el alma con tan solo mirarte.
- Porque me importas...

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¿Chicas la quieren jalonso o de TN? comenten si no tendré que hacerla como mejor quede :)

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