capítulo 10

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Emily
—¿Es una broma? —reí al verlo caminar hacia mí.

—No lo es —sonrió de lado.

—Pero, tu... Yo... No entiendo —comencé a balbucear, no sabía como reaccionar ante todo esto ¿Louis? ¿Louis Tomlinson?

—No digas nada Emily, desde primaria nos conocemos, no me había dado cuenta de que en verdad siento algo por tí, estos últimos meses han sido maravillosos contigo, eres una niña tan diferente, tan linda... Te quiero demasiado ¿podríamos intentar algo?  —dijo Louis como si cada una de las palabras las hubiera ensayado desde hace días, como cuando vas a recitar un poema en el kínder para 10 de mayo.

¿Dios, qué más quieres de mi?

—Louis, aprecio todo esto pero, cielos santo ¿Harry puedes ayudarme? —comencé a decir nerviosa y terminé pidiendo ayuda a Harry.

Harry salió de su "escondite" Louis debió estar apenado porque se puso tan rojo que casi su tono de piel se perdía con el color de su sudadera adidas.

—No hay necesidad de nada, mira yo me voy —soltó una gran bocanada de aire —Quizá no era el momento, Harry ahórrate tus cosas, luego hablamos —dijo y se fue corriendo por la puerta trasera de la cancha.


—¡Dios mio! ¡Ya llévame! —grité al aire y me jalé los cabellos.

—J-j-juro que yo no sabía nada —Dijo Harry tartamudeando, estaba tan sorprendido como yo.

Es hermosa mi vida ¿no creen? vean, Harry mi mejor amigo me encanta y él no me presta atención ¿que recibo a cambio? Un beso de uno de sus mejores amigos y una declaración de amor de su mejor amigo ¿que quiere el mundo de mi?

—Ahora no se que hacer, Harry esto es un grave error, pobre de Louis —me comencé a morder las uñas.

—Basta, odio que hagas eso —Harry tomó mis manos —Mira, intentaré hablar con él y todo irá mejor ¿si? Juro que será pasajero.

—Harry, es que no puede ser que me pase esto a mi, con todo lo que siento esto no es justo —me sentía completamente desesperada, necesitaba que en ese momento llegara el australiano de mis sueños montado en una tortuga y tomara mi mano y me dijera que escapara con él. Pero que va, esta es la vida real y a Emily no le pasan estas cosas porque tiene una suerte bien jodida.

—Mira, mejor vámonos a la cabaña y ya nós relajamos, desaparecemos todo el fin de semana y listo... —me consoló Harry y me abrazo, que de igual forma esto era mejor que mis fantasía australiana.


•••

Entré a mi casa y mamá estaba en la cocina con Anne.

—Emily cielo, me estaba diciendo Anne que se van a las cabañas a hacer tarea —me dijo mi mamá.

—Asi es —entré a la cocina y las besé a las dos. —Voy a preparar mis cosas, las amo.

Corrí escaleras arriba y saqué una valija pequeña en donde metí ropa interior, tres pares de pantalones, unas playeras cómodas, una chamarra, un gorro, guantes, calcetines y una cobija... Por si acaso, si en la ciudad hacía frío en el bosque aún más.

Me miré al espejo y no estaba tan bien del todo, me quité la ropa que traía y rebusque en mi armario ropa.

—¡Ey! —me gritó Harry por detrás y me asusté demasiado —Deberías dejar de ser tan asustadiza cielo —me sonrió y me miró de los pies a la cabeza.

—¿Qué miras? —le dije y seguí buscando ropa.

—Tu lunar en la pompi, maldición está divino —Harry dijo acompañado de un gruñido.

Sólo un juego (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora