Capitulo 40 [final]

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—Es que a mi, no me puede estar pasando semejante locura —sé quejó Miley mientras caminaba por toda la habitación sosteniendo una prueba de embarazo en las manos.

—Miley, te dije que llevaras condones, Harry... no suele llevarlos — le respondió Chelsea.

—Es que ¡es un estúpido! —gritó la chica de rizos y sacó la prueba volando por los aires

—Tranquila, todo va a estar bien —sé arrimó Melanie a Miley y le acarició la espalda.

—Supongo que vas a tenerlo ¿no es así? —preguntó Chelsea tartamudeando.

—Es obvio que si, no haré otra estupidez... —resopló Miley y comenzó a aplicarse labial.

Las tres chicas se quedaron en silencio, cada una acomodaba detalles de su maquillaje, vestido de graduación y/o peinados.

—Me he enterado de que Harry le ha escrito una canción a Emily —habló Chelsea rompiendo el silencio.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Melanie.

—He hablado con ella unas cuantas veces y ha sido lo único que me ha contado de Harry, ya que tuvieron problemas y pues no quiere perdonarlo

—Yo sé que tuvieron problemas, por aquella chica morena... A pesar de eso Harry sigue buscando a esa perra ¿qué tiene ella? —resopló Miley mirándose al espejo —Simplemente no lo entiendo, todo lo que han pasado juntos es para que ya la deje, debe dejarla ir, Emily debe alejarse de él —continuó hablando la rubia.

—¿Qué estás tramando? —preguntó Chelsea rodando los ojos mientras veía a su tercera amiga.

—Un bebé de Harry en mi vientre no vendrá nada mal en esta parte de la historia ¿saben? —respondió Miley con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pero bien sabes que...

—Cállate Chelsea —interrumpió Miley —no digas nada, déjamelo todo a mi —dijo mirando a su amiga mientras ponía una mano sobre sus labios.

Harry

—Metela más Harry ¡más fuerte! —me gritó Emily.

—Es lo que intento, pero es demasiado grande —me quejé un tanto fastidiado.

—¡Cuidado! —gritó haciendo que me sobresaltara y mi cabeza se golpeara con la puerta de la cajuela.

—Solo a tí se te ocurre hacerte cargo de llevar una estatua ridícula a la graduación —hablé bajo mientras sobaba mi cabeza.

—Es linda, deja de quejarte, sabes que no puedo hacer esfuerzo alguno —se defendió ella, ni idea de que era lo que tenía, según Emily, su doctora le había dicho que presentaba indicios de una lesión en la columna y yo trataba de ayudarla en lo que podía.

Me subí al coche y seguido de mi lo hizo Emily quien acababa de despedirse de su padre por cuarta vez.

—¿Por qué te has despedido de él tantas veces? —pregunté y encendí el auto.

—Nunca sabes cuando puede ser la última vez que veas a alguien —respondió ella simplemente.

Conducí hasta la escuela, ninguno de los dos mencionó nada durante el transcurso del viaje, Emily sigue resentida conmigo, pero como Louis no podía recogerla esta vez, yo amablemente como el caballero que la salva de cualquier apuro, me ofrecí a ayudarla en lo que quisiese, obviamente ella no estaba de acuerdo, incluso se puso de malas el día anterior, se puso a llorar como magdalena, eso fue sumamente extraño, pero aún así aunque la chica no me dijera nada yo estaba feliz de contar con su presencia dentro de mi auto, porque hace tiempo que no hemos hablado sobre nosotros, sobre lo que pasará, desde que le entregué la canción, sé lo que dije, sé que dije que la iba a recuperar y todo ese rollo, pero quiero despejarme, quiero tiempo para mi y quiero darle su espacio a Emily, yo le he recalcado que es un martirio estar sin ella, pero así somos los hombres lamentablemente, no podemos reaccionar muy bien ante nuestros sentimientos y cualquier paso en falso me va a llevar a la mayor pendejada de mi vida, es por eso que estoy esperando, en vacaciones todo irá bien y ahí entraré al campo de batalla.

Sólo un juego (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora