Capítulo 36

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Harry.

—Hola mamá —saludé a mi madre en cuanto entré a la casa.

—Hola Harold —habló un poco seria.  La verdad es que desde que le confesé que me había acostado con Emily ella ha estado así de rara, jamás creí que le iba a afectar. Desde que lo mencioné no hemos hablado del tema, por mi parte de da pena y no quiero ni imaginar lo que pasa por la cabeza de mi madre cada vez que me ve.

—Mamá, por favor, tenemos que hablar, no puedo estar viéndote todos los días y que te comportes de esa manera, no me siento agusto —confesé y me senté a su lado esperando a que me dijera algo.

—Harry, ya eres una persona mayor, ya casi vas a la universidad, así que no creo que deba meterme en tus asuntos —respondió y puso el libro que estaba leyendo, sobre sus piernas.

—Pero no me gusta verte así, por favor dime lo que no te parece —insistí tratando de que me dijera por qué estaba así.

—Me dolió que toda la vida nós hemos contado todo y sé que quizá las relaciones sexuales no son algo simple de decirle a las personas y sobre todo a tu madre —me miró a los ojos, se veía un poco más relajada.

—Madre, tu misma lo acabas de decir, no es algo sencillo y la verdad da pena, me da pena hablar de estos temas contigo, es decir, se trata de mi y de nuestra vecina, que hemos conocido desde que tengo memoria aunque tengo entendido que tu tenías una amistad de años con el papá de Emily —le expliqué de manera tranquila, la conversación iba bien.

—Entonces... ¿estás saliendo con ella? ¿Por qué te metiste con ella si tenía novio? —me preguntó de la nada, ella obviamente no quería rodeos.

Suspiré pesadamente y le expliqué todo o por lo menos la mayoría, es decir, mi madre piensa que sólo nós hemos acostado una vez, no sé que pensaría de mi si le digo que andaba con Miley pero la engañé repetidas veces, es algo de lo que no me alegro.

Engañar no es bueno.

La pequeña charla terminó, subí a mi habitación y me recosté en mi cama, me quedé mirando el techo y sin ninguna razón Julieta apareció en mi mente, tenía que olvidarme de ella, no había estado bien lo que acababa de hacer. Fue un beso, Un estúpido beso, pero si Emily se llegase a enterar, sería el fin, sé en el fondo que Emily me ha gustado desde hace mucho y yo no lo sabía y ¿por qué ahora que la tengo conmigo la estoy engañando? No comprendo lo que sucede dentro de mi, eso me causa conflictos en mi yo interno.






No me di cuenta de cuando me quedé dormido, solamente empezó a sonar mi alarma y me di cuenta de que era tiempo de ir a la escuela.
Me levanté y me di un baño muy rápido, me puse unos jeans limpios, mis botas de siempre y una camisa abotonada.

Bajé las escaleras y mi madre estaba desayunado, sentí el ambiente pesado, quizá a ella aún no le caía el veinte de que estuviera saliendo con Emily. Desayunamos en silencio lo cual fue muy incómodo, jamás había estado tan incómodo con mi madre.
Salí de la casa y le envié un mensaje a Emily diciéndole que estaba afuera esperándola. Ella salió inmediatamente.

—Hola cielo —me saludó.

—Hola tontita —la saludé y me acerqué a ella, tenía la necesidad de besarla, quería borrar los labios de Julieta,  quería borrar todo lo que tuviera que ver con ella.

La comencé a besar, la tomé de la cintura y la pegué a mi cuerpo para poder sentir bien su cercanía, sentí que había sido el beso más intenso de mi vida con ella, es decir, estaba cargado de emociones. Y ahí me di cuenta de que a pesar de lo que me estaba pasando en mi interior, mis sentimientos hacia Emily no cambiaban y me sentía la persona más idiota de este mundo.

Sólo un juego (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora