Sólo un juego (h.s.)

capítulo 23

Emily.

Lo estaba besando, era lo más reconfortante que había hecho después de lo ocurrido con Chelsea.
Esto está mal, ahora tengo una pareja, pero siento que si no estoy de esta manera con Harrry no podré estar de otra más.
Me encuentro en una guerra interna, por una parte están los sentimientos que tengo hacia Harry y por el otro lado tengo los sentimientos hacia Alex. No tengo bien seguro cual de los dos puede ganar.

Sólo tengo una cosa segura, debo luchar del lado de los de Alex porque Harry no me ha dado ninguna señal de que yo pueda gustarle, así que no debo arriesgar lo que he hecho con Alex.

Me separé de Harry y lo vi a los ojos, él rápidamente volteó hacia otro lado, aquí otra prueba de que Harry no desea nada conmigo, yo carraspé y me paré del pasto, Harry adivinó mi petición y juntos caminamos a su auto sin decir nada.

Me subí y después él, prendió la radio y empezó a sonar una canción de Elvis Presley, una conocida por los dos, así que la comenzamos a cantar.

-¿Quieres ir a otro lugar? - me preguntó.

-No lo creo, ya hiciste demasiado - le sonreí tímidamente y él volvió a mirar al frente.

Su ceño era fruncido y sus labios estaban en una línea recta, algo le preocupaba, pude verlo.

-¿Sucede algo Harry? -me atreví a preguntar.

-Es sólo que... ¿cómo sabes cuando amas a alguien? -me dijo, a lo cual me causo confusión, no era esa clase de cosas que Harry se atreve a preguntar.

-Pues supongo que amas a alguien cuando, te agrada su presencia y la extrañas si no está contigo, he de suponer que también esa persona puede tener defectos pero al final aprendes a amarlos o por lo menos soportarlos ¿no crees? -traté de explicar pero la verdad era que ni siquiera yo sabía lo que es amar a alguien, es decir ¿cómo te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con esa persona?

-Supongo, aunque aún así me cuesta trabajo entenderlo - suspiró y después se quedó callado, de nuevo viendo hacia el frente.

Llegamos a casa, él se estacionó, me quedé sentada tratando de decir algo.

-Gracias -fue lo único que salió de mi boca.

-Por nada -contestó de manera tranquila, aún así los dos seguíamos en el auto. Por alguna extraña razón no quería entrar a mi casa, quería estar acompañada de Harry, aquí adentro del coche o en cualquier otro lugar -¿Piensas quedarte todo el día en mi auto? -preguntó Harry.

-Lo siento tanto -abrí la puerta y bajé, él se quedó adentro. Caminé hacia mi puerta y lo volteé a ver, él estaba en su celular, no se percató de que lo estaba viendo, ignoré el hecho de que me acababa de correr de su auto, rebusque en mi bolso mis llaves ya que seguramente mamá no estaba.

Al encontrarlas comencé a meterlas en la cerradura, abrí la puerta y me encontré con mi padre sentado en el sillón más pequeño de la sala con una botella de tequila en las manos, tenía la mirada perdida en algún punto fijo del piso.

-¿Papá estás bien? -corrí hacia él pero no me prestó atención -Papá te estoy hablando -lo agite levemente y me miró, sus ojos estaban inyectados en sangre, se veía enojado.

-¿No deberías estar en la escuela? -me preguntó arrastrando sus palabras, su voz sonaba como la de un ebrio. Jamás lo había visto en este estado, mi corazón palpitaba fuertemente y me dieron unas inmensas ganas de llorar.

-Tuve unos problemas, no serios... ¿Qué está pasando? ¿Dónde está mamá? -comenzaba a preocuparme así que hablé alterada.

-Tu madre se ha ido -habló bajo.