Amable.

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Día 5.

Thomas estaba sentado en su cama, sus brazos parecían aferrarse a una almohada que mantenía cerca de su pecho como si fuera un salvavidas.

Había anochecido hacia unas horas y él, aunque cansado, no quería dormir. Las pesadillas lo habían estado atormentando cada vez que lo intentaba y eran demasiado reales como para tratar de ignorarlas.

Las luces se encontraban apagadas y la única fuente de iluminación era su teléfono, el cual lo había ayudado a mantenerse distraído. Thomas poseía algunos juegos en su celular, los cuales no usaba muy seguido, pero no borraba por momentos así, cuando eran necesarios. Ahora él simplemente intentaba lograr que aquella gelatina saltarina en su celular pasará aquellas molestas abejas.

Thomas había intentado dormir varias veces esa noche, pero cada vez que perdía la conciencia, las pesadillas lo aquejaban hasta que llegó al punto de darse por vencido y tratar de entretenerse con su celular. No paso mucho antes de que el escuchara un ruido venir del armario.

Con temor, dirigió la tenue luz del aparato hacia la fuente del sonido justo a tiempo para ver como las puertas se cerraban haciendo un pequeñísimo "Click".

Desconcerrado pero igualmente curioso se acerco y logró ver otra nota junto a lo que parecía ser un vaso lleno de un líquido tibio.

"Querido humano:
He escuchado que la leche tibia ayuda a conseguir el sueño y a alejar las pesadillas.
Espero haber ayudado en algo.

Atentamente: El monstruo en el armario.

Querido Monstruo En El Armario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora