Extraño despertar.

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Día 10.

Thomas se removía demasiado en su cama. Las mantas que cubrían su cuerpo habían caído al suelo las suficientes veces como para que el monstruo se cansará de juntarlas, así que simplemente le había puesto una y se había alejado para no tener la tentación de cubrir al descuidado humano de nuevo si esta volvía a caer.

Estaba algo apenado con su vecino. Sabía que había sido algo precipitado el salir asi del armario, el humano había estado inconciente desde entonces y el temía haberle dado, literalmente, un susto de muerte; El pobre monstruo incluso había estado revisando el latido de su corazón cada cierto tiempo para asegurarse de que Thomas seguía vivo, sintiendo un tremendo alivio al comprobar que no lo había matado.

Cuando Thomas despertó, el monstruo estaba en la cocina, era demasiado alto para estar en aquel pequeño apartamento, tanto que incluso tenía que inclinarse para no estrellarse contra el techo, sus cuernos no ayudaban mucho.

-¿Cómo llegue aquí? - Preguntó Thomas en voz alta.

El monstruo sonrió, mostrando todos y cada uno de sus afilados colmillos y tomó una plato de sopa fría -él no sabia como calentarla-, y un vaso de agua, dispuesto a ayudar a su vecino y disculparse por lo ocurrido.

-Yo te puse ahí. - Informó la criatura acercándose.

Thomas se puso rígido y comenzó a temblar. Giro su cabeza y ahí, cruzando la puerta, se encontraba el monstruo de la noche anterior, con comida en sus garras. Algo del pelo que tenia en sus manos se había ensuciado de sopa, pero a él parecía no importarle demasiado.

Nadie, ni siquiera el monstruo, hubiera podido reclamarle al humano lo que ocurrió a continuación: Thomas grito.

Grito tan fuerte que dejo algo sordo al monstruo por unos segundos. Sus oídos eran muy sensibles y no soportaba aquel ruido, aunque no se quejo.

Dejo la sopa y el vaso de agua en un mueble cercano y se acerco a Thomas, tapando su boca. Y pese a los intentos que hizo el monstruo por no parecer amenazante, todo fue en vano cuando vio al chico desvanecerse de nuevo.

-Oh, vaya. Parece que no soy bueno haciendo amigos. - Se lamento el monstruo soltando un cansado suspiro.

Querido Monstruo En El Armario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora