Ojala no sea mi culpa (Jake)

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Estaba acostado cuando escuché el canto de las aves al salir el sol... no había dormido absolutamente nada, si acaso en intervalos de no más de quince minutos, pero estaba acostado, la desesperación que me causaba darle vueltas una y otra vez a lo mismo me tenía los sesos fritos y el cuerpo hormigueante, así que de un salto me incorporé para levantarme de una vez por todas.

Ayer por la noche me sucedió algo que nunca imaginé, mi mejor amiga Mónica me confesó estar enamorada de mi... tal vez fue estúpido de mi parte, pero estaba tan nervioso que se me salió como el vómito verbal del más inepto de los seres humanos. De todas las formas en que pude haber rechazado a Mónica, ¿por qué tuve que decir la verdad?, ahora todo el mundo sabrá que soy homosexual, pues no hay razón para que Mónica me guarde el secreto... después de todo le rompí el corazón.

Me lo merezco por idiota.

Papá sabe lo de mis preferencias desde hace unos años y le costó mucho trabajo aceptarlo, fueron un par de meses en que lo escuchaba llorar por las noches , pues  yo soy su primogénito, en el que tenía puestas todas las esperanzas, quería verme formar una gran familia con mujer e hijos... además después de que mamá decidiera dejarnos y llevarse a mis hermanos; Leo con edad de tres años y Jessica con edad de dos años y que papá se rehusara a dejarme ir, yo fui el único que decidí quedarme con él, cuando yo solo tenía siete años; al menos al final logró asimilarlo, pero las cosas no volvieron a ser las mismas.

Todavía le duele un poco, pero aun así me quiere mucho, ni siquiera se enojó cuando deje la escuela en tercer grado de secundaria, me sonrió y me dijo que me heredaría la tienda de especias... no sé cómo podrá reaccionar si todo el bosque se enterara de mi preferencia sexual, supongo que a estas alturas de la vida ya no le importaría tanto. Pero a mí sí.

Sabía que ser la comidilla de las ancianas chismosas era un hecho bastante cercano, para que luego me ataquen u ofendan como sucedió en la secundaria. Sé que las personas que viven aquí no tienen tolerancia hacia los que son como yo, lo que me entristece mucho.

El primero en saber... después de Mónica por obvias razones, será Daniel, porque además de ser mi mejor amigo... también es la persona de la que me enamoré hace tantos años. Pero eso me tiene tronándome los dedos, ya que siempre he sido alguien muy nervioso.

Bajé de mi cuarto que se encontraba en el segundo piso y entré al baño; me miré en el espejo que estaba sobre la pared arriba del lavamanos; mis ojeras eran enormes y más negras que purpureas, incluso creo que me note con más arrugas...con apenas veinte años; decidí bañarme, para despabilarme un poco de mi desvelo, salí y subí a mi cuarto.

Cuando terminé de vestirme me quedé viendo a través de la ventana hacia el horizonte... me encantaba ver el amanecer porque el color del cielo a esa hora, me recordaba los ojos de él, lo que me sacaba una sonrisa.

Miré en dirección al rio y observé a Daniel cruzar el puente, me puse nervioso de nuevo y se me aceleró el corazón, era momento de confesar ya. Luego me aterré al ver que se dirigía hacia acá... ¿será que Mónica ya le contó? Me empecé a marear, tenía mucho miedo y me ardía el rostro.

Corrí bajando las escaleras hasta la puerta y asomé mi ojo por la mirilla de la puerta y escuchaba los alterados latidos de mi corazón, hasta que lo vi pasar hacia un lado, donde papá acondicionó la casa para poner el negocio, suspiré aliviado, entonces seguro Mónica no le ha dicho nada.

Yo debía hacerlo ahora mismo, salí de la casa haciendo el menos ruido posible y me puse en la parte lateral de la construcción para esperar que pasara de vuelta y cada segundo se me hizo eterno hasta que lo vi regresar y...

Con la misma silueta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora