La Trampa Del Destino

capítulo 1

Don pedro vive en una de las zonas serranas mas bellas de Oaxaca donde la abundancia le aporta regocijo al lado de sus hijas. Muy pocos sabían de sus melancolías Mariel y Amelia eran las que mas veían esos aires de vista pérdida que sabían evocaban las épocas felices de su vida con las dos mujeres que ocuparon su corazón en su juventud temprana, eran tan seguidas pero habían crecido con esas ocasiones que para ella eran naturales cada que las miraba veían recuerdos de las 2 mujeres que tanto había amado, cada una era el retrato de sus madres.

-Papá no me haces caso. Dijo Mariel

-Hija dejame recordar a tu madre.

-Papá y a mi mamá también la recuerdas -replico Amelia.

-Amelia te vas a poner celosa...-graciosamente dijo Don Pedro.

-No solo quiero saber a quien quisiste más...

- ja, ja, ja, quieres que dos mujeres en el cielo se vuelvan a morir, ja, ja ,ja, cada quien tiene su lugar, las ame por igual en diferentes momentos... -Amelia y Mariel reían con él, era el remedio para no dejarlo tristear.

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Don Pedro de Arbizu no es viejo se casó joven muy enamorado al fallecer su esposa entró en terrible depresión, su hija apenas cumplía 2 años y no deseaba otra esposa se aisló y su hija era lo que le mantenía con vida, en más de una ocasión cruzo por su mente la fatal idea de un suicidio. Se enamora de una indígena y está da a luz a una niña.

La indígena corre con la misma suerte que su esposa al pensar que corría el con la suerte de algún maleficio decide no volver a casarse 16 años después era tiempo de emprender la búsqueda de un hombre a la altura de Mariel lo que no sería difícil ( al menos el encontrar candidatos) Mariel Arbizu era hermosa, muy hermosa su tez blanca de mejillas rosas de ojos claros aceitunados con la risa más graciosa. Sólo había que encontrar un buen hombre y que ella le quisiera. Era alegre Don Pedro conocido por su familiaridad su lealtad y su respeto a las diferentes clases y razas como pocos.

La presentación de Mariel fue un éxito pues estaba prevista de múltiples cualidades que las matronas daban por recomendación que terminaría casada con el mejor de los partidos de así ella desearlo pues notaban el apego al padre y la nula coquetería que predomina en las chicas de edad casadera.