capitulo 5 la llegada de Arturo

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Regresó Catalina Montealban sola con la promesa de que en una semana su esposo arribaría con un hombre hermoso. La felicidad inundó la casa una semana después de cumpleaños de Amelia.
Catalina anuncio a Don Pedro que llegaría Arturo, en compañía de un español noble del cual guardaba la esperanza de quedar prendado de alguna de sus hijas asegurándole que era poseedor de corazón lleno de nobleza como el que sus hijas anhelaban.
- Solo es cuestión de que le den una oportunidad es un hombre joven y apuesto perfecto para cualquiera de ellas-confeso con sincera alegría y con cierta suspicacia, agregó- aunque hermano, me gustaría más para Mariel no quisiera que mi hermosa sobrina se convirtiera en una solterona, se que estás de acuerdo quizás si hablamos con Amelia podría ayudarnos, pues se preocupa por ella tanto como nosotros.
- Tonterías Catalina Ami no se prestaría a algo así. Dejemos que el destino nos ayude, si ese hombre se enamora de mi niña y veo en el nobleza, aún cuando mi hija no le ame la casaré. Ya tendrán tiempo para perdonarme cuando tengan una familia llena de hijos.
- ¿Tendrán?
- Si tendrán.
- Acaso ya tienes un prospecto para Amelia, como es que no me habías escrito sobre ello- asombrada, confundida, atolondrada, sin duda esa no era una buena señal- que escondes, habla-su voz se tornó sería, baja por temor a que sus amadas sobrinas escucharan- que no vez lo que estoy pensando.

Después de un silencio incomodo dijo:
- Amelia es mestiza hermosa noble pero también desobediente hay cosas que ella hace, que no debería que le perjudican, además tú sabes que las razas en muchos tienen demasiada importancia lo cual me ha llevado a pensar en que hay alguien que habla con intensa admiración hacia ella. Un hombre que tiene todo mi respeto y sería un buen partido y mi conciencia estaría tranquila.
-Que es toda esta palabrería hermano no le puedes hacer esto solo por ser mestiza donde está tu amor actúas como un hombre calculador - en un acto desesperado por hacerlo desistir de esos pensamientos Catalina se ofuscó, tan sólo de pensar que Amelia se casará con una opción honorable por ser mestiza, rodaron lágrimas por sus mejillas, no supo en que momento se rompió su tranquilidad y su esperanza. Más se repuso y decidida a indagar y dispuesta a rebatir, continuo- ¿quien es?¿por que te apresuras?¿acaso por ser mestiza no tiene derecho a elegir?¿quien eres? Te desconozco.

La situación se tornó difícil la dejo llorar y una vez que se acabaron sus reproches atisbó a decir.
- Tienes razón en estar molesta creo que puede ser un acto apresurado pero Joaquín De Toledo es un hombre noble enviudó hace ya demasiados años y a encontrado gracia en mi hija. Es trabajador, honesto y leal.
Antes de que terminara de hablar Catalina inteligentemente le dijo las palabras que terminaría esa alabanza.
- Y viejo lo cual no supone una ventaja para una mujer joven de apenas 19 años. No hagas algo de lo que puedas arrepentirte o peor aún, de lo que Amelia pudiera lamentarse el resto de su vida, deja que llegue Arturo, que el acompañante se enamore de alguna de ellas y si se casará con Mariel aún así sería apresurado, condenar por ello a un matrimonio desgraciado a Amelia tendrías que darle la misma ventaja y esperar a los 22 años de Amelia, así como lo has hecho con Mariel por que aun no hay razones suficientes para tomar acciones desesperadas. No seas hipócrita Pedro- escupió Catalina exasperada- no lo harías por tu hija lo harías por ti, por tu deseo de llenarte de nietos.
- Eres muy dura Catalina, le daré a Ami el tiempo que tiene derecho según tú. Es su derecho pero también debo cuidar de su futuro-escondió el dolor que le ocasionaron aquellas palabras y esperando con la aducía de Catalina no necesitar de medidas extremas.

Transcurrida semana y media después de aquella conversación llegó Arturo la mañana de un viernes.

Catalina lo esperaba muy alegre lo amaba locamente, los días que pasaban separados eran terribles.
Había levantado muy temprano a sus sobrina y les dijo que estuvieran listas ya que su querido tío llegaría muy temprano al lado del "hermoso español" que había prometido y ella siempre cumplía sus promesas.
- tía somos dos y es sólo un "hermoso español"-dijo a las risas Amelia-no podemos repartirlo.
- Una a la vez Ami no seas desesperada, los hombres que valen la pena no los hacen a montón. Espero que Miel se enamoré, y después tú.
- entonces lo traes para ella-se cruzo de brazos, hizo una mueca y empezó a reír-.
- Jamás me enamoraré -afirmo Mariel en un tono serió.
- Mariel cállate este hombre es perfecto, tiene una naturaleza como la de tu padre, honrado noble, sin distinción de razas.
Mariel deseaba bajar para conocer si la naturaleza del hombre que su tía describía con sumo respeto era cierta, aunque ni por ello se casaría.

*****
- Mi amor al fin llegaste.
El beso que recibió Arturo una vez que Catalina abrió la puerta haciendo a un lado al mayordomo hizo sonrojar al tío más alegre de todos los ríos del mundo.
La enorme casona se lleno de alegría y carcajadas francas de Don Pedro.
-He llegado vida mía.

La Trampa Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora