capitulo 10 Después de la partida

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Catalina notó la tristeza de Mariel ante la partida de Lorenzo, aunque desconocía la naturaleza de sus sentimientos. Mariel en la noche previa a la partida de su futuro esposo y de la discusión del salón, no pudo dormir reflexionando lo que sería su vida después del matrimonio. Las palabras de Lorenzo resonaban en su cabeza generando temor "A un esposo se le debe obediencia, no eres mi esposa aún y no me respetas", obediencia, respeto, esposa. Sorprendida cuando su padre autorizó una entrevista a solas con su prometido, fue informada por don Pedro de que su futuro esposo exigió una entrevista con ella en contra de lo que las costumbres del lugar, el que su padre accediera, presumía autoritarismo en Lorenzo de León... preocupado por mi, vaya escusa, quiere dejarme una lista de lo que debo aprender para cuando sea su esposa. De la entrevista nadie indago nada, ni comentarios, preguntas, afirmaciones como si tal entrevista no se hubiera realizado. En la noche reflexiono que no sabía cuándo recibiría la primer carta, y menos podía imaginar el contenido de la misma, solo era cuestión de esperar pacientemente y como estaba dispuesta que su vida girara en torno a la espera de ¡la estúpida carta! retomo sus actividades con cierta nostalgia, en la primer mañana que salió a jugar por el área boscosa del lugar con Amelia evitaron pasar por el lugar del incidente Amelia hizo su primer comentario al respecto de lo que Lorenzo le había aclarado sobre aquella confusión.

- Miel el Señor Lorenzo me aclaro lo que sucedió aquel día, yo fui estúpida al creer que pudo seducirte, al no dejarte hablar y no escucharte, te he empujado a casarte con hombre sin amarle, espero que algún día puedas perdonarme, me consuela pensar que todos absolutamente todos son felices por ti, todos tienen la seguridad de que Lorenzo de León es un hombre excelente. Soltando un suspiro después de pronunciar las palabras que con tanto cuidado estuvo buscando para expresarle su sentir a su amada hermana soltó un pensamiento en voz alta.

- Espero que me perdone, y que sepa amarte, que no se amargue ni te amargue por el hecho de que no quería casarse.

- No te lamentes -repuso Mariel- el no trato de convencerte de escuchar, simplemente dejo en tus manos nuestra suerte y yo no pelee por mi libertad. Estoy esperando a que el tiempo de mi partida llegue, se que no podré estar en comunicación con ustedes después de la boda por "las costumbres", pero en cuanto se cumpla el periodo de separación, te escribiré sobre lo que encontré en mi nueva vida como regalo del destino, jamás dejaré de amarte,sabes, espero lo inesperado, mantendré ánimo alegre hoy y siempre.

- Se feliz, Miel y yo seré feliz, yo me quedaré al lado de mi padre envejeceré con él abnegadamente. Se abrazaron jugaron y en una carrera se fueron a caballo hasta la casona extrañarían todos sus juegos sus travesuras se dividiría el corazón pero Amelia deseaba con toda sus fuerzas que Mariel fuera feliz.

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A las 2 semanas siguientes:

No hubo carta para Mariel, Amelia estaba alerta ante la ausencia, Mariel nada impresionada con la indiferencia de su prometido. Lorenzo tenía diversas funciones en España y Francia negocios en Puebla, Veracruz y Guadalajara atendidos por distintos administradores todos ellos de moral intachable, se mantenía en contacto con ellos y lo que lo mantuvo realmente ocupado fue encontrar un tierra fértil con un lugar cálido para su esposa el lugar ideal que no la mantuviera alejada de su padre o Mariel no sería feliz. Pasó la primera semana arreglando detalles significativos, la segunda encargando visitas a las tierras más prometedoras a uno de sus encargados, la tercer semana asimilando como podría ser su vida después de casado, la cuarta escribiendo cartas, un mes entero hablando con su nana comprando regalos para su amada Miel, su futura esposa, no sentía más allá que el evidente deseo que aporta la novedad de alguien bello durmiendo a tu lado "o no durmiendo" Meditaba sobre sus fogosas amantes, y el que podría representar un problema serio, una mujer virgen con un hombre impetuoso y demasiado bien dotado.

Lorenzo de León tenía una fama indiscutible entre las mujeres era una amante glorioso, con un muy pronunciado miembro, incansable, seductor y honesto jamás prometía amor solo pasión era honesto llegaba aparecer un contrato de pasiones un encuentro con el, disfrutaba y hacía disfrutar a cualquier mujer que tuviera la madurez para amarlo sin enamorarse o ir tras él después de un romance, a los 2 meses pasó un tiempo despidiendo a sus amantes, ya había mantenido correspondencia con Mariel, no tuvo intimidad con ninguna ya que deseaba respetarla, como su naturaleza honesta le dictaba, no quería alguna amante dolida e imprudente visitando su casa. El último mes entre preparativos en la casa en la que se instalarían amueblando y la casa donde pasarían su luna de miel.

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A un mes de la boda.

- Miel, mi querida Miel, soy tan feliz, solo puedo desear que habiéndote casado con Enzo, es decir, Lorenzo, pueda encontrar al hombre adecuado para Amelia. Al escuchar estas palabras Mariel contesto ofuscada.

- El hombre adecuado tia porque no hablas de alguien enamorado. Hablas como mi padre.

- Sucede querida que tu padre casará a Ami, con algún viejo respetable, está tan preocupado por su futuro por verlas felices con hombres dignos de ustedes y la edad pueda no ser un factor importante. Confío que llegará un hombre que sea lo que tú hermana merece.
Mariel entendió que su tía haría lo posible para encontrar ese hombre adecuado que fuera mejor que lo que pensaba su padre. Un hombre del cual se pudiera enamorar su hermana
Lorenzo era un enigma, pero no podía negar que era un "hermoso español" y que si esperaba demasiado su papá eligiera por ella. Como tampoco podía negar que llamaba su atención todas sus facciones, era un hombre honesto y definitivamente no preferiría un hombre viejo.

La Trampa Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora