Secreto. Parte 3.

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Jade no dejaba de mencionar a su padre cada dos segundos.
Estaba asustada, no sabía dónde se encontraba.
La mujer estaba demasiado entusiasmada en tener un bebé en casa. Tanto que no se lo quería regresar a su verdadero padre.

Así que la mujer y Jade emprendieron un viaje de Transilvana hasta Inglaterra.
Cuando llegaron rentaron un pequeño apartamento.
Cambiaron de nombre a la pequeña y con el paso de los años se olvidaron de Vlad.

Consiguieron un trabajo decente. Una vez a la semana se iban del país o la ciudad y no volvían dentro de meses.
Habían contratado a una nana para cuidar a la pequeña, hasta que la bebé creció y se independizó.

Los mejores amigos de Jade estaban demasiado preocupados por ella, estaba triste, incluso, se cortaba las venas sabiendo que no podía morir pero sí sufrir.

Habían transcurrido varios años desde que ella no salía de su habitación, sólo para comer, hacer sus necesidades, e ir al instituto.

Aquella que fue una chiquilla, no creía en el amor.
Aquella que fue la única hija de Drácula, odiaba el mundo.

Ella tenía miedo... Miedo de la vida... de como reaccionaría su vida ante ella, como pagaría sus errores, como la vería el mundo. Ella tenía miedo de no ser igual, de no poder encajar. Ella tenía miedo, miedo de la vida. Miedo de su vida.

Pero lo que ella no sabía es que era fruto de una humana y un vampiro.
Prácticamente imposible para las mentes más abiertas... pero lo era.

Ella tenía un alma, ella tenía una vida, no como el resto de los vampiros.
Ella sabía amar, ella podía mostrar cariño, comprensión.

Lo único que necesitaba era un poco de valor. Dejar a un lado el miedo.
Pero cuanto más lo pensaba, más temía hacerlo.
Ella siempre usaba una frase "Los libros me salvaron la vida".
Ella... la que menos deseaba vivir una eternidad... le tocó hacerlo.
La que menos deseaba vivir en un mundo lleno de sufrimiento... viviría.
La que menos creía en el amor... se enamoró.

Se enamoró y nadie le pudo quitar la felicidad.
Mas que su vida.

La vejez arrastró a su querido amado al que nunca le confesó su enamoramiento. Se había enamorado, y por temor jamás se lo había confesado; él había hecho su vida, pero... poco después había muerto.

Y así quedó.
Odiando mucho más el amor.

Aeternum.  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora