7. Confía

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Tobías

Su mano apretaba la mía con fuerza y agradecí mentalmente por este momento que aunque confuso era muy dulce.

Cuando estuvimos lejos de las miradas indiscretas ella se oculto detrás de los frondosos arboles de durazno y me arrastro frente a ella. Si cabello iba recogido en un moño y sus ojos brillaban por emoción.

No soltó para nada mi mano izquierda, y ella con su otra mano acaricio mi rostro, inició arreglando un cabello rebelde de mi frente y entonces toco mis cejas, mi nariz, mis mejillas y luego bajo a mi boca.

-Te extrañe tanto que duele.-dijo antes de abrazarse a mi. Sus manos presionaban fuertemente mis omoplatos para unir su cuerpo al mio, por un momento no supe que hacer y luego la apreté en un fuerte abrazo.

Seguía dudando que esto fuera real, no podía cerlo, seguro en cualquier momento despertaría y entonces tendría que casarme con Anisa.

Entonces lo escuche, a través de la ropa de ella y la mía, puede escuchar y sentir su corazón tan fuerte y tan alterado como el mio.

-¿Cómo es que estas aquí? ¿De verdad era Uriah?-a pesar de que ella trato de apartarse para hablar, no la deje, pensaba atesorar este momento y para eso no podía olvidar ningún detalle.

-Si, soy yo y es él. Tengo mucho que explicarte, pero no ahora, no es un buen momento. Primero quiero saber de ti, no te he visto en tres años, y yo no tengo mucho que contar.-cuando dijo eso me aparte bruscamente esperando ver algún tipo de broma en su cara, pero estaba seria.

-¿Porqué no ahora?¿Qué tienes que ocultar Beatrice?-de pronto estaba gritando. Sus palabras eran ridículas en ese momento, esperaba que me pusiera a hablar con ella sobre mi...no era yo quien se suponía debía estar muerto.

-Estoy parada frente a ti, no tienes que gritar Cuatro.-dijo con los ojos encendidos por la furia.

-No uses ese nombre en mi contra....

-Pues tu tampoco el mío.-ella se cruzo de brazos y miro al cielo, pude ver lágrimas acumulándose en sus ojos. Y de pronto volví a ser él Tobías en medio de la guerra de facciones, el chico que la veía como alguien fuerte y siempre se olvidaba que también era frágil.

-Oh Tris, lo siento, solo que francamente sigo sin creer que esto sea real, maldición eh pasado tres años esperando esto, que estés viva, y ahora que parece que es real, no se que hacer.

-Es que esto es real, estoy aquí contigo.-puso sus manos sobre mis mejillas y me miro directo a los ojos.- Lo que voy a contarte sobre donde estuve, es difícil para mi. Estos tres años han sido muy difíciles, y no sabes cuanto. Hay algo que tengo que contarte, pero solo quiero estar aquí cerca de ti, porque yo tampoco puedo creer que esto sea real, hace dos días estaba peleando por mi vida y creí que nunca volvería a verte, pero ahora que estas aquí frente a mi no quiero pensar en nada más que nosotros.

-Tris, pero yo estaba a punto de...

-Casarte, lo sé y es por eso que eh venido, solo quiero saber que la amas y que eres feliz con ella, si es así te prometo que voy a alejarme, tu podrás irte ahora y volver a tu boda. Pero si te quedas deberás darme al menos unos días para decírtelo, pero te pido que estés lejos de ella.

-Estoy confundido, no puedo tomar una decisión sin saber qué te paso o si estas bien. Tienes que decirme.

Tris

Sus palabras me estaban doliendo. Él no sabia si aun me amaba, y necesitaba saber que me había pasado para apegarse a su lado abnegado y al pasado.

-Si me amas debes confiar en mi y si no ya te dije loque puedes hacer -me solté de él y me di la vuelta adentrandome más en lis frondosos árboles, dejando que él tomara una decisión...

© Resurrección de los divergentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora