Claire permaneció varios segundos en silencio hasta que comprendió que significaba eso.
–¡¿La abuela supo que iba a morir y no hizo nada?! –gritó.
–Me apuesto lo que sea a que no murió por un ataque al corazón. –se limitó a decir Joan.
Fran miró a Isabelle, esta le devolvió la mirada.
–No, Hannah Harrington no murió por un ataque al corazón. Ella era tan fuerte, que ni un ataque al corazón hubiese podido con ella. Creemos que un nargge dorado la mató, porque ella no dijo donde se hallaba la máscara plateada. Dio su vida por todos nosotros, protegiendo nuestro bien más cuidado. –suspiró Isabelle.
–Ella sabía que... iba a morir... y no hizo nada... No se defendió... –murmuró Claire para sí misma.
–Claire, tu abuela sabía lo que hacía. Nos protegió a todos nosotros. –dijo Isabelle. Claire alzó la mirada del suelo, y miró a su abuelo a los ojos.
–Todo este tiempo... Lo has sabido. Sabías que no era un ataque al corazón. Que la mataron. No dijiste nada. Has mentido a todo el mundo. –los ojos de Claire comenzaron a humedecerse.
–No, no, Claire. Todos los plateados sabíamos cómo había muerto la abuela y porqué. Fue para protegernos a todos nosotros. Tuvimos que hacerles creer a los mundis que ella había muerto por causas naturales... No podíamos desvelar la verdad. La abuela era muy querida en Stayville, tenía muchos amigos mundis. Teníamos que proteger el secreto. –le explicó su abuelo. Claire negó con la cabeza varias veces, las primeras lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Se levantó del sofá y señaló a su abuelo.
–¡Nosotros somos su familia! ¡No me puedo creer cómo nos hemos podido creer esta gran mentira que hemos tenido durante toda nuestra vida! –gritó Claire enfadada, y añadió–. ¡Te odio!
Salió corriendo, subió las escaleras de dos en dos, entró en su habitación y cerró la puerta de un portazo.
Joan suspiró. Y miró a Isabelle.
–¿Hay algo más que deberíamos saber? Se lo diré a mi hermana.
–Sí, mañana será la ceremonia de nargges. Deberéis acudir, tu abuelo como representante de los plateados, tú, acompañando a tu hermana, ya que sois familia. –hizo una pausa y prosiguió–. Los familiares de los nargges que realizan la ceremonia deben estar presentes. Es un momento muy importante. Tu hermana deberá llevar esto.
Isabelle sacó de su bolso grande, una caja blanca ancha pero no alta. Isabelle se limitó a decir que simplemente era una túnica blanca.
–Los nargges que se van a convertir y provienen de familias plateadas, llevan túnicas blancas en la ceremonia. Y los dorados, amarillas. Los familiares que son nargges plateados llevan una túnica negra, y los dorados una túnica naranja. El representante de los plateados, lleva una túnica plateada, y el de los dorados, dorada. –explicó Isabelle.
–¿Y yo? Yo soy un mundi... ¿Qué llevaré? –preguntó Joan preocupado.
–Tampoco es para tanto, es sólo una vestimenta para saber qué lugar ocupas en cada bando. –suspiró su abuelo cansado. Frank Harrington siempre había odiado todo aquel mundo de nargges desde que tenía uso de memoria. Y siempre, había permanecido al margen, no destacando entre los demás. Y le resultaba sencillo, ya que él no tenía un don tan poderoso como otros.
–No te preocupes, Joan. Eso está a punto de cambiar. –Isabelle hizo caso omiso a Frank. A ella siempre le había entusiasmado explicar todo sobre los nargges. En su tiempo, ella fue de los miembros más importantes de los nargges del consejo, ahora llamados nargges plateados. Aunque todavía seguía siendo uno de los miembros con más poder entre los plateados. Era la representante de los plateados en funciones. Ella debía ser quién guiase a Frank Harrington, y posteriormente a Claire Harrington en la misión de ser representantes de los plateados.
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Nubes de Tinta
Science FictionLos nargges plateados y los nargges dorados se han odiado desde hacía siglos atrás. Cuando la abuela de Claire Harrington muere, esta descubre un secreto que no sólo ocultaba su familia, si no todo un pueblo entero. Para proteger ese secreto, Claire...