Tres semanas después del baile de bienvenida muchas cosas habían cambiado. Y otras no tanto.
Claire Harrington se había pasado los días cuidando de su hermano, ya que su abuelo tenía que dirigir al bando de los plateados. Claire y Nick entrenaban cada día más y más, esforzándose para ser los mejores. En cuanto a Juliette Mason, se había encargado de formar a la chica en su condición de nargge, así como contarle algo de historia sobre su propia especie. No había habido progresos en cuanto a controlar su don, Claire seguía fracasando en ello, y Juliette Mason no le gustaba que Claire hurgase en hechos de su pasado. Juliette Mason y George Peterson por fin estaban juntos, era una noticia que alegraba a todo el mundo, se habían ido a vivir juntos, aunque ninguno de los mencionaba nada de alguna boda, era demasiado pronto para pensar en aquello después de todo lo ocurrido.
Joan Harrington había conseguido despertar, y poco a poco iba recuperándose. Sus amigos nargges estaban deseosos de que él volviese a estar con ellos. Lisa y Oliver, quienes nunca tuvieron gran aprecio por el hermano mellizo de su mejor amiga, se habían ablandecido por la noticia de que Joan había sido atropellado por un coche y había estado en coma. Aunque la historia no fuese del todo cierta, algo debían contar a los mundis sobre la ausencia del chico rubio.
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Nick miró por la ventana de aquella habitación, y contempló los campos verdes que se extendían a lo lejos, hasta donde finalizaban y daban paso a la Academia Dorada.
–Leisy. –pronunció el nombre de su novia con cautela, ella, sentada en un sillón leyendo una revista de moda, alzó la mirada sorprendida ante la repentina interrupción–. Hay algo que debo contarte. Algo... algo malo... No te va a gustar.
Nick respiró hondo, y girándose se acercó al sillón que había vacío en frente de Leisy, se dejó caer, y miró el rostro preocupado de su chica. Tragó saliva, y cogió sus manos.
–Es gay. –dijo Joan Harrington entrando a la habitación repentinamente, estaba vestido únicamente con una bata de hospital. Nick suspiró, y contuvo las ganas de arrancarle la cabeza.
–Te podrías ir. –le sugirió Nick, y Joan revoleó con los ojos.
–Oh, venga. –se quejó Joan–. Llevo tres semanas durmiendo, y esta habitación me ha parecido de repente realmente acogedora.
Y dicho eso, se tumbó en un sofá en frente de la pareja. Nick hizo una mueca, y miró a Leisy. Esta se encogió de hombros sin saber qué decir.
–Podéis continuar. –sonrió Joan cogiendo la revista de moda que había dejado Leisy. La abrió y se puso a hacer que leía la revista, aunque realmente lo que quería era escuchar la conversación–. Como si yo no estuviera.
–Tu presencia me abruma. –le soltó Nick borde.
–A mi tu cara. –dijo Joan sin despegar la mirada de la revista. Nick cogió aire y lo soltó poco a poco. Leisy sonrió débilmente.
–Venga, cuéntamelo. –le animó con la mirada. Nick sonrió débilmente y volvió a coger las manos de su novia.
–El líder de los plateados y los representantes de cada familia han negado nuestra petición de que seamos pareja en el torneo. –Nick lo dijo todo de un tirón, y Leisy no dijo nada, su rostro se volvió inexpresivo–. Lo siento, no he podido hacer otra cosa... Me han puesto con Claire Harrington.
–¡¿Con ella?! –saltó Leisy indignada.
–¡¿Con mi hermana?! –saltó Joan estupefacto, y puso cara de asco.
–No hay opción, es la única manera. –se limitó a decir Nick tragando saliva e ignorando a Joan.
Leisy se puso en pie, y comenzó a caminar de un lado para otro, nerviosa. Siempre hacía lo mismo cuando estaba nerviosa.
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Nubes de Tinta
Science FictionLos nargges plateados y los nargges dorados se han odiado desde hacía siglos atrás. Cuando la abuela de Claire Harrington muere, esta descubre un secreto que no sólo ocultaba su familia, si no todo un pueblo entero. Para proteger ese secreto, Claire...