115. Plan de fuga parte 3

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Tic, toc, tic, toc, el reloj suena.

Un, dos, tres... ¡Tres chicos!

¡Y uno de ellos es Camilo!

¿Por qué está aquí? ¿Qué hace aquí?

Estoy muy confundida.

Se sienta y se come una galleta. Miro a Máximo y no se altera ante su aparición.

¡¿Pero qué rayos?!

―¿Pueden dejar de comer y decirme que está pasando? ―exijo.

Máximo se toma otro vaso de chocolatada y yo ruedo los ojos, luego miro a la madre de Nico.

―Usted es la adulta, hable.

―Deja que Maxi te lo diga, está nervioso ―me responde.

Yo lo miro de refilón ¿Cómo se da cuenta? Suspiro.

―¡Bien! Yo hago las preguntas. ―Entrecierro los ojos―. Como por ejemplo... ―Señalo a Camilo―. Alguien me va a decir, ¿por qué él se encuentra aquí? Dijiste que todos los presentes sabían porque estabas aquí, ¿él sabía?

―Yo solo me enteré de lo del plan de fuga, nada más ayer, es que Tiffany me llamó ―explica mi tatuado.

―Sí, Tiffany. ―Máximo se queda pensativo.

―¡¿En qué estás pensando, idiota?! ―Le tiro una galleta en la cara.

―En que es rubia natural y tú no. ―se ríe y yo me enojo más―. Bueno, dejémonos de juegos ―comienza a hablar serio―. Si vamos a proteger al bebé, debes irte hasta que consiga una manera segura para que vuelvas. ―Señala a Camilo y frunce el ceño―. Te presento al voluntario para ser tu acompañante. Les daré mi auto.

―¡Espera! ¡¿Qué?! Esto es una locura ¡¿A dónde quieres que me vaya?! ―exclamo preocupada.

―Fuera del país.

Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora