106. Sueño revelador parte 6

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Máximo mueve los ojos de un lado a otro.

―Los unicornios no me prepararon para esto. ―Se tira del cabello―. ¡Ag! ¡Me duele la cabeza y los unicornios no existen!

Hago una seña con mi mano para que se acerque, pero él me esquiva y camina confundido.

―Eh, regresa aquí Maximino. ―Lo abrazo por la espalda.

―¿Eh? Déjame, hueles a alcohol...

―Tú también, idiota.

―Pos yo ya estoy más cuerdo.

―Ah, ¿sí? ¿De qué color es la pared?

―¿Naranja? ―Intenta sacar mis manos de su torso.

―Ja, ja, ja ¿Dónde has visto tú una pared naranja? ―Me río fuerte.

―En... en... no sé, veo doble, no me culpes, digo, veo distorsionado ―exclama confundido.

―Vamos a jugar.

―Me duele la cabeza, otro día. ―Se toca el pelo y deja de forcejear.

―Pero Camilo se durmió y Milen se divierte con Tina, solo me queda la basura.

Se gira y me mira enojado.

―¿Soy basura?

Sonrío.

―Sí... ¿Recuerdas? Salías conmigo para llevarme a la cama, eres basura. ―Me río.

Estoy tan borracha que no sé ni lo que digo e igual me causa gracia.

―Perdóname. ―Me abraza.

―No, yo quiero sexo.

―¿Eh? ¿Por qué? ―Se separa de mí, sorprendido.

―Porque estoy borracha y no me importa con quién lo haga en este estado. ―Me río otra vez.

―¿Eres boba, cierto? Un día vas a estar borracha y te vas a acostar con un viejo.

―Pos debe estar muy sexy el viejo para que me acueste con él. Déjate de pavadas y vamos a hacerlo. ―Agarro su chaqueta.

Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora