Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2

78. Exsuegra

Una bocina suena y una mujer con unos lentes oscuros sale de un coche último modelo. Una mujer con pinta de empresaria que reconozco enseguida, al quitarse los anteojos negros.

―¿Se puede saber qué están haciendo? ―pregunta mi exsuegra y en mi distracción, Máximo logra zafarse.

―Madre ¿Qué haces aquí? ―Él frunce el ceño.

―No me contestas el teléfono.

―Lo rompí porque no quiero que me llames más.

―Disculpen, estaba en una conversación yo aquí ―me quejo.

―Ah, Carina, tanto tiempo, ya no eres nada de mi hijo, así que no tienes el derecho a lo que estás pidiendo. ―La malvada mujer muestra su verdadera cara―. Por suerte, con solo mirarte me doy cuenta. ―Sonríe.

―Ah, ¿sí? ¿Qué es lo que ve? Si se puede saber. ―Pongo las manos en mis caderas.

―Una prostituta barata. ―Uh, la mato, juro que la mato.

―Madre, deja de decir estupideces y ya vete. ―Máximo rueda los ojos.

―Vengo hasta aquí por ti ¿Y así me tratas...?

―Ya estoy bastante grandecito para que vengas, si me disculpas, me estaba yendo ―la interrumpe para girarse, para poder irse.

―¡Tú no te vas a ningún lado! ―le grito, pero me ignora.

Su madre lo persigue y yo voy detrás de ella, Milen me sigue a mí ¡Esto parece un trencito!

―¡Máximo, escúchame! ―le exige su madre.

Él se detiene y la mira enojado.

―¿Qué es lo que no entiendes de que no quiero ninguna entrevista de matrimonio? ―¡¿Qué?! Esto parece una película ¿Dónde están las palomitas? ¡Concéntrate, Carina! Máximo nos mira―. ¡¿Quién les da permiso de andar oyendo conversaciones ajenas?! ―Se enfurece.

―¡Pues si me respondieras lo que te pregunté antes, no tendría que estar siguiéndote! ―Me enojo yo también.

Su madre se da vuelta.

―¿Y qué es lo que te tiene que responder mi hijo?

―Pues...

―¡Carina, cállate! ―él exige en tono dominante ¡Lo mato!

¿Quién se cree que es?

―No me digas lo que puedo o no puedo hacer ―me quejo.

―¡Te lo diré, pero aquí no!

―¿Qué estás ocultando, Máximo? ―Vuelve a mirarlo su madre.

―Nada ¡Deja de molestar, maldita sea! ―Se gira para irse otra vez.

―¡Espera! ―Lo sigo.

¡Esta vez va a tener que decírmelo!