All I Ask [2] || Dakota Johnson & Jamie Dornan

I

Belfast, Irlanda del Norte

He pasado unos días en casa de mi papá. Estuvo un poco delicado de salud pero va mejorando cada día.

No sé si soportaría perderlo.

                Últimamente estoy peleado hasta conmigo mismo. Mi hermana lo noto aunque sé que no me dice nada porque sabe que no suelo contar mis cosas a menos que este ahogado en ellas. Como en este momento, solo que no quiero contárselo justo a ella.

Todo ha pasado tan rápido. Terminar de grabar, el divorcio, no ver a mis hijas, mi padre a punto de morir. Siento una carga enorme sobre mis hombros y lo único que rueda todos los días a toda hora y en todo momento por mi cabeza es saber si Dakota leyó la carta. ¿Lo habrá hecho? ¿Cuál es su respuesta? He intentado comunicarme con ella varias veces pero todas han sido intentos fallidos.

La otra semana viajo a Londres y de ahí a Los Ángeles, si su respuesta es NO por lo menos merezco que me lo diga de frente. Quiero ver a mis hijas y tengo que estar aquí escuchando las charlas discriminatorias de cierta parte de mi familia acerca de los divorcios. Es como si adivinaran que ya me divorcie. Por supuesto, aun no digo nada, pero no lo digo porque mi padre está mal y no tiene porque lidiar con los asuntos de su hijo, estoy seguro que la familia entera le caería encima porque no es lo que se enseña en mi hogar.

El divorcio es casi un pecado en Irlanda.

Por eso, las personas o la gran mayoría de estas crecen infelices y con serios problemas en los hogares. Yo agradezco no haber pasado por nada de eso, sin embargo, en mis planes jamás estuvo divorciarme pero claro, jamás estuvo tampoco enamorarme perdidamente de una mujer que no fuese mi esposa.

Eso ya es tema cerrado de todas maneras.

¿Daktoa si quiera pensara en mí? Han pasado semanas, ¡Demonios! Parezco alguna especie de acosador vigilando cada uno de sus pasos a través de las páginas de fans o por el instagram de mi hermana.

-          Jamie, ¿Estás aquí? –Pregunta una de mis tías chasqueando los dedos enfrente de mí.

-          Escucho, sí. –Resoplo sin ganas.

-          No ha tenido unos días fáciles. –Explica mi padre- Deberías de ir a dormir un poco James.

-          Estoy bien. –Respondo y todos en la mesa me miran sabiendo que esta es una gran mentira.- Bueno, está bien... me iré.

Me levanto con todo mi humor de la mesa y camino hasta dentro de la casa. No quiero seguir escuchando estupideces. Camino por los pasillos hasta llegar a mi habitación de cuando era pequeño, me trae ciertos recuerdos estar aquí. Mi celular se perdió en el aeropuerto de camino a desembarque y nadie lo devolvió, por lo menos estaba sin batería y Apple tiene este gran programa de seguridad donde pude bloquearlo además. Ya me compre otro pero para recuperar mi línea, tengo que regresar a Londres, además, necesito ver que tan instaladas están mis hijas en la nueva casa.

Amelia consiguió a alguien con quien compartirla y aunque no me agrade el hecho de que alguien comparta la casa con mis hijas, no puedo decirle absolutamente nada porque armara un escándalo. Al final, la casa está a nombre de mis pequeñas.

-          Toc toc. –Pregunta Lisa

-          Pasa. –Le digo haciéndome espacio en la cama.

-          ¿Qué tienes? –Pregunta despacio lanzándose a mi lado.

Es más fácil responder qué no tengo.