Capitulo 1

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Cuando era una niña de tan solo 15 años, siempre pensé que algún día un chico me miraría de una forma especial. Si, ¿un poco tonto verdad? Era una niña pequeña, ¿como podía pensar en esas cosas? Supongo que era cuestión de pensamientos bobos, tendría que preocuparme mucho más por estudiar. Pero ahora lo pienso y estoy como "wow, en verdad se siente muy bien ver como eres la única en los ojos de alguien".

Aquí estoy yo, casi dos después, en un pisito de Londres arreglándome. Colocándome mi vestido de flores con la espalda al aire. Un tacón no muy alto por que iba a bailar y con unos zancos no aguantaría. Con mi melena cortada un poco más largo de los hombros, morena y ondulada. Ligera de maquillaje, me empezaba a gustar eso de ir apenas maquillada.

Oí la puerta y sonreí. Cogí mi bolso y salí de la habitación para dirigirme al salón.

Y ahí lo vi.

Llevaba una camiseta negra ajustada y unos pantalones beige que invitaban a pecar sin parar. Su pelo revuelto y esa sonrisa que cada día, me enamoraba más. Esos ojos marrones que me enloquecían.

Llevábamos ya 9 meses viviendo en este pequeño piso. Y hoy salíamos a celebrar nuestro 18 mes estando juntos ¿un poco apresurado para vivir juntos, verdad? Pero quien no arriesga, no gana. Y yo gané, por que todo era sumamente perfecto. Gané con este chico.

-Cariño, estas... Vaya, estas preciosa.

Sonreí y me acerqué a él para plantarle un beso en esos labios que me dejaban cada vez con sed de más ¿Como era posible? La verdad, no lo se, pero no quiero que se acabe.

-Tu si que estas precioso.

-¿Los otros días no lo estoy? – levantó su ceja y yo reí

-Tu siempre estas precioso, pero hoy estas sumamente precioso.

Sonrió y me dejó un pequeño beso en los labios.

-¿Lista cielo?

-Lista

Salimos de nuestro piso, entramos en el coche y dejé que me llevara donde él quisiera. Me llevó a un restaurante modosito pero que a la misma vez era precioso. Todo era magnífico con él. Estuvimos toda la noche de risas, todo era sumamente perfecto. Estoy enamorada de él y, por fin, las cosas nos estaban saliendo a nuestro favor.

-Tengo algo para ti - dijo rebuscando en el bolsillo de la chaqueta.

-Trevor no tenias por que comprarme nada, en serio. - mis mejillas se empezaban a teñir de rosa y no era precisamente por el ligero colorete que me había puesto.

me extendió una caja de terciopelo bastante gran y plana. Con las manos temblorosas la abrí y era un collar en forma del planeta Tierra color plateado y con pequeños detalles en color verde y azul marino. Puede que sea por el shock, pero ahora mismo no sabia que significaba esto.

-Wow, la verdad es que es precioso - comenté mientras tocaba la pieza.

Él con su sonrisa la cual no ha desaparecido en toda la noche me dijo - Dale la vuelta.

Hice lo que me pidió y mis ojos empezaron a aguarse. La inscripción que había en ella era especial.

''Aquí o allí, pero contigo. Una historia digna de recordar.''

Me quedé boquiabierta. No sabía bien que decir.

-¿Te gusta, amor? - me cogió la mano y yo levanté mi mirada para clavarla en sus ojos marrones.

-Es... es el mejor regalo que me han dado, cariño.

Me levanté y me senté encima suya para cogerle de las mejillas y besarle. Me daba exactamente igual quien nos estuviera viendo, pero estaba tan agradecida, que no hay nada mejor que un beso de agradecimiento. A veces, dice mucho mas que unas palabras.

-Te juro que esta noche te lo voy a recompensar muy bien - le dije.

-¿En que estas pensando? - dijo mirándome a los ojos.

Mi sonrisa lo decía todo.

-Mmmm.. mi niña traviesa - dijo sonriendo y volviéndome a besar.


Llegamos a casa después de salir un rato a bailar, pero no estuvimos mucho rato ya que tenía ganas de llegar a casa para pasar una noche magnífica con mi chico.

-Trev hazme un favor y espérame en el salón.

-Esta bien, cariño - me cogió por la cintura y me atrajo a él - Pero no te tardes, no se si me voy a poder aguantar.

Me reí y le hice una cobra para que se quedara con las ganas.

No tardé ni diez minutos en salir de la habitación. Salí descalza para no hacer ruido ya que se encontraba de espaldas mirando por la ventana. Y sin camisa. Madre mia, santa madona...

-Ejem

Entonces él se dio la vuelta encontrándome con un conjunto de lencería blanco y una bata de seda medio abierta de color negro. Vi como, a medida que me acercaba a él, me inspeccionaba de arriba a abajo y como tragaba la saliva acumulaba. Subí mis manos por sus abdominales y su pecho dejándolas en su cuello. Hizo el intento de hablar, pero no le dejé.

-Sh, no digas nada. - Le miré a los ojos, como llevaba toda la noche haciendo ya que son preciosos - Besame.

Y nada más terminar la frase me besó. Fue un beso lento que a medida iba aumentando su deseo y fuerza. Me cogió de los muslos haciendo que enroscara mis piernas en su cadera mientras me apoyaba contra el cristal. Estaba frío pero hacia que me estremeciera aun mas contra él. Sin dejar de besarnos me llevó hasta el sofá y me tumbó en él y seguimos besándonos. Le desabroché el cinturón haciendo que éste cayera al suelo. 

luego me llevó a la cama donde acabamos lo que yo había comenzado y pasé uno de los mejores días de mi vida. Aun que con él cada día, era maravilloso.

PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora