Capitulo 5

8 2 0
                                    

El Caribe. Un sueño paradisíaco que todo el mundo sueña con vivir. Playas de infarto, clima sumamente perfecto, relajación garantizada, hoteles magníficos y unas aguas cristalinas espectaculares. Lo que lo hacia todo mejor es poder compartir este sueño paradisíaco con la persona que quieres. Y yo ahora mismo era la mujer mas feliz del mundo. Por que si, hoy de madrugada había llegado tras 9 horas de avión en las cuales 8 me las pasé durmiendo. Y estaba viviendo este sueño con la persona que yo quería.

El Hotel Crystalline Waters era precioso. Su suelo era de mármol y tenia unas columnas gigantescas con techos impresionantemente altos. Nos tocó la habitación 505, donde teníamos una bonita vista del jardín trasero, la piscina y la playa. Me podía quedar mirando este espectacular paisaje por horas en el balcón. Unas manos me rodearon la cintura y yo apoyé la cabeza en su hombro y mi espalda en su pecho mientras inhalaba una honda bocanada de aire fresco caribeño.

-No me creo que estemos aquí. Tu y yo solos en el Caribe – dijo Trevor la mar de contento apoyando su mejilla en mi cabeza mientras me abrazaba.

-Aun que te cueste creérlo, yo tampoco consigo asimilarlo. – Admití – La de veces que hemos hablado de un merecido viaje por todo lo que hemos tenido que pasar para estar juntos.

-Y tanto nena... – me besó la cabeza y me sentí plena. No podría estar con nadie mejor que con él – ¿Como conseguiste tanto dinero para venir?

-Trevor, lo mío es tuyo, ¿Recuerdas? – me giré y entrelacé las manos en su cuello mientras él seguía abrazado a mi.

-Pero quiero saberlo, sin secretos ¿Recuerdas? – levanté una ceja mientras él sonreía.

-Estuve hablando con mi padre y..

-¿No me digas que lo ha pagado él? – cuestionó

-¡No! Lo único que ha hecho él ha sido reservarnos los billetes de avión y la habitación del hotel. Todo lo he pagado yo.

-¿Y de donde has sacado tanto dinero?

-Pues papá cuando cumplí 12 años nos abrió a mi hermana y a mi, una cuenta para cada una. Iba metiendo por lo menos mil euros cada mes. Si ahora tengo 20 hecha cuentas – me reí al ver los ojos tan abiertos de Trevor – a parte de su herencia, era para que en un futuro lo utilizáramos. Hablé con él y como ya tengo mi trabajo fijo donde pagan bastante bien, pues quise utilizar una pequeña parte para regalarte un viaje.

-¿Estas loca? Era para tu futuro Lauren, no tenias que haberte gastado ese dinero.

-Trevor escúchame – le agarré de las mejillas – Tú eres mi presente y mi futuro, te quiero, es mas me tienes jodidamente enamorada. Gastaría una y otra vez ese dinero por estar contigo, por viajar contigo, y hacer de todo contigo. No me arrepiento de la decisión que tomé y la haría una y otra vez.

El sonrió y me besó.

-Venga vamos a vestirnos y a cenar. Hoy hay un espectáculo hawaiano en el Hotel y tiene muy buena pinta. – me cogió de la mano y me adentró a la habitación. – ves a prepararte que yo voy a ver que mas hay programado para hoy ¿vale?

Después de un beso puso una camisa, un poco de colonia y se fue guiñándome un ojo. Me acerqué a la maleta y empecé a mirar que me iba a poner. Cuando lo decidí me fui a ducharme el cuerpo para refrescarme, rizarme un poco el pelo, maquillarme un poco y a ponerme colonia y desodorante. En poco mas de media hora estaba lista, me puse unas sandalias con un poco de tacón y salí de la habitación.

Él me estaba esperando en la mesa ya, en la terraza del hotel justo en frente del escenario. Cuando llegué y me vio, se levantó y me examinó de arriba abajo con los ojos bien abiertos. Llevaba puesto un vestido de tirantes blanco un poco ceñido y con una obertura en el lateral. Sin olvidar el escote en la espalda. Ese vestido hacia que mi piel morena, mi pelo castaño y mis labios rojos destacaran aun mas.

-El caribe te sienta demasiado bien, presiento que me voy a tener que pelear con alguno esta noche – dijo acercándose a mi.

-Habló el chico mas guapo y el que esta mas bueno de todo el hotel, donde todas las gatas en celo que hay se lo están comiendo con los ojos. – miré como varias chicas cuchicheaban mirando de arriba a abajo a Trevor y, seguramente, estarán pensando que hace conmigo. Y no las culpo, Trevor es guapísimo y tiene un cuerpo que a cualquiera volvería loca. Pero lo que mas bonito tiene y lo que me enamoró de el no es el exterior, que también ayudo para ser sincera, pero es esa personalidad tan característica que tiene, ese gran corazón que porta consigo.

-Pueden mirar lo que quieran pero... – entrelazó nuestras manos – la única chica que me importa que me mire, que me bese y... – se acercó a mi oído – que me folle, eres tú.

Me reí – y a mi el único que me importa que me bese, me mire, me toque y... – me acerqué a su oído – quiero que me folle hasta que no pueda mantenerme en pie, eres tú.

Trevor se mordió el labio. Y a mi me debilita cada vez que hace eso.

-Buf nena, o paras o mando a la mierda la cena y te arrastro a la habitación para quitarte ese vestidito que tienes. Me la estas poniendo dura – ronroneó

-Pero si no he dicho nada bobo – me empecé a reír.

-Hacer que me imagine como gritas debajo de mi has hecho, chiquilla.

-Anda, vamos a cenar y dejemos los gritos para esta noche – le guiñé el ojo y me adelante a la mesa mientras el me dejaba un pequeño azote en el culo.

Tras cenar bajo la luz de la luna caribeña y bailar un poco juntos. Nos subimos a la habitación. Nada mas cruzar esa puerta, mi vestido se fue al suelo y por un segundo, creí que ya tendríamos quejas del hotel por exceso de ruidos.

PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora