Capitulo 8

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Son la 1 de la mañana y Trevor sigue sin aparecer por la habitación. Seguro que esta super cabreado, por que sino no tardaría tanto. Yo en el mini bar que tenemos en la habitación ya me había bebido un par de copas, y estaba un poco pasada, sin siquiera cenar. Estaba sentada en la cama mirando un punto fijo. Quería ir a buscarlo. Me levante y cogí la tarjeta de la habitación y cerré detrás de mi. La cabeza me daba un pelín de vueltas, pero he llegado a ir peor. Consigo caminar casi recta, con algún mareo indefenso por los efectos del alcohol.

Cuando bajé al vestíbulo me dirigí hacia la zona del bar, buscando la cara de mi novio. Miré por todos lados y no lo encontré Así que fui hacia la zona de la piscina que también tenia un pequeño chiringuito. Lo vi apoyado en la barra con un cubata en la mano y hablando con la camarera que era una belleza de estas caribeñas que hace que quieras ser como ella. La sangre empezó a hervirme de tal forma que tenia ganas de saltar encima de la barra y arrancarle ese pelo largo y negro. Pero iba a guardar las formas, o al menos, lo iba a intentar.

Me acerqué intentando caminar lo mas recta posible y apoyé en la barra una vez llegué. Trevor fijo su mirada en mi, sorprendiéndose de que yo estuviera aquí

-Lauren, creí que estarías ya dormida. – dijo el, haciendo rodar su copa con los dedos.

-No podía irme a dormir sin hablar contigo primero, amor – no me gusta cuando me llama por mi nombre cuando hemos tenido una pelea, pero es entendible.

-Si, ya me iba para la habitación. Gracias por todo, Maya. – se despidió de la camarera y a mi me subieron los celos que por poco mas y me saldrían por los poros.

Cuando llegamos de nuevo a la habitación, él vio en mini bar abierto. Su mirada se petrificó en mis ojos, buscando un buen por que del mini bar abierto. Sabia que no le gustaba que bebiera tanto, pero pese a todo me controlé.

-¿Por que has bebido?

-¿Por que te has despedido de la camarera?

Se acercó hasta quedar a centímetros de mi. Estaba enfadado, pero sus facciones se suavizaron un poco.

-Será mejor que nos vayamos a dormir. Vamos.

Me tumbé en mi lado de la cama y él en el suyo una vez nos hemos quitado la ropa y quedado en ropa interior. Apagó las luces después de decir 'Buenas noches' y yo no podía dormir.

-Trev – susurré. Él hizo ruido con la boca, como un 'mmm' –Yo... lo siento...

Se giró y se quedó mirándome lo poco que podía, ya que la luna nos daba un poco de luz.

-Dejémoslo para otro día, ¿si? Y duérmete que te hace falta. – me acarició la frente y me retiro un mechón de la cara.

-Sabes que te quiero, ¿verdad? – me dije, y una lagrima involuntaria se escapó por mi mejilla, brillando gracias a la luna. Me sentía culpable por todo, aun que, que este aquí Brett no es culpa mía. La cuestión es que se que a Trev no le gusta verlo, y yo no hice nada.

-Yo también te quiero a ti, chiquilla. – sonrió y me dejó un pequeño beso en los labios.

Se removió y me abrazó por la espalda, pegándome contra su pecho. Y aun que sabia que no todo estaba arreglado, pude dormir un poco tranquila.

*******************

Bajamos del avión después de pasar los últimos días en el Caribe. Da gusto saborear el ambiente londinense. Echaba de menos estar en casa, en lo que era conocido para mi. Esta experiencia junto Trevor a sido maravillosa, pese a los últimos días que han sido un poco turbios, se que podremos salir de este bache. Como siempre habíamos conseguido.

Me suena el móvil cuando íbamos dirección a casa. Es un mensaje de Mikel. Cuando lo leí me embobé tanto que hasta Trevor se percató de que estaba extremadamente callada.

-¿Que pasa? ¿Quien era?

-Mikel – digo sin salir aun de mi asombro.

-¿Y? ¿Que te ha dicho? – pregunta curioso.

-Es Éragon. Fue envenenado.

PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora