Epílogo

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~un tiempo después...~

Nos sentamos en una mesa parecida a la de aquella cena de hace unos tres años. Aquella cena siempre la voy a recordar, por que me regalo ese hermoso collar que ahora mismo llevo puesto.

Me he embutido en un vestido color vino de tirantes y largo. Hacía bastante calor en pleno 1 junio por la noche. Esta noche Trevor cumplía los años, y decidimos ir a cenar los dos solos en una bonita terraza mallorquina. Sí, decidimos venirnos a España de nuevo, conseguí un trabajo de auxiliar veterinaria en el hospital veterinario de la isla y a Trevor le subieron de puesto en su trabajo y trasladaron aquí. La cena fue tranquila y llena de risas, pero había llegado la hora.

-Cierra los ojos - le pedí

-¿Para que amor?

-Ay tú ciérralos - reí y me sonrió cerrando a la vez los ojos. Deposité la caja enfrente suya y le pedí que los abriera. - Para ocasiones especiales - Miro la caja y la abrió encontrándose un caro y precioso Rolex color negro con detalles dorados.

-Me encanta cariño - sonrió aun más- muchas gracias de verdad.

-No es solo por el Rolex, amor. Míralo bien. - me miró extrañado y una pícara sonrisa se poso en mi rostro mientras lo veía buscando a que me refería.

Le dio la vuelta al reloj y si su sonrisa era gigantesca, ahora lo era el doble. Tocó la parte trasera sintiendo el relieve.

La parte de atrás del reloj tenia detallada de manera que no dañaría la piel, un mundo en color dorado, y con una frase muy peculiar escrita en cursiva en color negro.

Le miré a los ojos y sonreí.

-Aquí o allí, pero contigo. Una historia digna de recordar - me dijo, sabiendo que esa era la frase que me puso en el collar.

-Te amo, Trevor. Eres el amor de mi vida, y pienso recordártelo siempre.

-Mi pequeña locuela, cada día te amo mas.

Y aquí seguimos, viviendo una maravillosa vida juntos. Como toda pareja, tenemos nuestros momentos mas retorcidos, pero lo lográbamos superar con paciencia y corrigiendo los errores que teníamos cada uno. No éramos perfectos, ni siquiera rozábamos la palabra "perfección", pero nos amábamos, y sabíamos que cualquier obstáculo, ni siquiera la distancia del principio, podía romper esa magia que teníamos y tenemos cuando estamos juntos.

PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora