Capitulo 16

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Trevor

No me dejaron pasar mas haya de las fatídicas puertas dobles. Ahora me tocaba esperar mientras ella estaba ahí dentro. No quería perderla, después de tanto tiempo buscándola por fin la encontré. No podía dejar que me la arrebataran de nuevo.

Sentado en una de las sillas en la sala de espera, observaba como el tiempo pasaba lentamente, cada vez se me hacia mas pesado y no tenía la cabeza para absolutamente nada. Pasaron dos horas y media y vi como una enfermera se acercaba con un vaso en la mano.

-¿Usted es pariente de la paciente Lauren Thomas? – nada más oír su nombre me levanté de la silla.

-Si, soy su novio. ¿Como está ella?

Amablemente me tendió el café.

-Esta bien, han conseguido reponerle la sangre que perdió y extraerle la bala. También esta desintoxicada del humo. En menos de una hora la bajaran a su habitación y podrá verla, aun que a lo mejor tarda un rato en despertarse. – sonrió tranquilizadoramente. – cualquier cosa puede avisar a alguna de las enfermeras, también tiene un teléfono donde puede llamar a algún familiar suyo.

-Muchas gracias, de verdad.

Tras irse, me acerqué al teléfono y marqué el número de su padre. Esperé varios pitidos hasta que por fin contestó.

-¿Si? - su voz sonaba apagada, llena de preocupación.

-Soy yo, la encontré. Estamos en el hospital.

-Gracias a Dios, ¿que ha pasado?

Le conté con todos los detalles posibles lo que pasó y que ya estaba fuera de peligro. Menos mal que se ofreció a llamar a su madre, Seth y a Noah, por que ahora mismo tengo muy pocas fuerzas para nada.

Han sido 4 meses duros. Cada vez que recuerdo aquel día, es como si me desgarraran algo por dentro. 4 meses sin saber de ella, 4 meses buscándola. 4 meses en los que creí que jamás la volvería a ver, a tocar, a besar.. ni su olor, sus ojos cafés que brillan cada vez que me paraba a verlos. Su sonrisa, su voz...

Flashback

Cuando llego a casa estaba vacía. Por las horas que eran ella debería estar ya en casa. La llamo al movil por lo menos 20 veces y no recibo respuesta alguna. No se por que pero no me gusta esto. Me decido a coger el coche e ir hacia las cuadras donde ella monta ya que me había dicho que iría a ver a sus caballos.

Una llamada entrante hace que a toda prisa ponga el manos libres del coche sin siquiera ver quien llamaba.

-¿Amor eres tu?

-Trevor a pasado algo – era su padre – ves para las cuadras lo más rápido posible.

-¿Que ha pasado?

-Es sobre mi hija – su voz se quebró y colgó.

Pisé al acelerador temiendo alguna gravedad importante. Quizás se ha caído entrenando o que se yo. Solo espero que esté bien.

En cuestión de minutos ya estoy allí y veo a su entrenador intentando calmar a la yegua de Lauren junto a su padre y algunos policías en la misma entrada. Bajo del coche y me acerco rápidamente a ellos.

-¿que ha pasado?

Su padre no podía ni hablar y Mikel estaba muy ocupado intentando calmar a la enorme yegua. Entonces uno de los policías se me acercó.

-Lo siento chico, Lauren a desaparecido y no la encontramos por ninguna parte.

Fue en ese preciso momento, donde las lágrimas empezaron a inundar mis ojos.

Aquella semana no pude pegar ojo, ni las siguientes. Pero ahora que la he visto de nuevo, un gran alivio se asienta en mi cuerpo. La reconocería aun que tuviera el pelo lila y llevara gafas de sol a todas horas. Se reconocer a la gente que me importa y quiero. Sobretodo, a la que amo.

Después de un rato me dan permiso para ir a su habitación. Cuando llego entro lentamente, dándome cuenta que es una habitación individual. La vi recostada en la cama, con su pierna derecha vendada y la mascara de aire puesta. Respiraba lentamente. Se veía tan pacifica, tan tranquila, que hasta me daba miedo. Quería volver a tener a mi pesada novia inquieta. Su pelo ahora era rubio, y aun que no sea el momento, me gusta mas su pelo chocolate. Me acerco a ella y le acaricio una de sus mejillas delicadamente. Unas lágrimas traicioneras empezaron a acumularse pero aun no salían. Le bese la frente, un beso duradero y apoyé su frente con la mía mientras agarraba una de sus manos y entrelazaba sus dedos con los míos.

-Trevor - susurró

Me separé y vi como poco a poco abría sus ojos. De nuevo, eran de ese color chocolate que me traían loco. Ella era preciosa, incluso adormilada.

-Hola pequeña terremoto. - sonreí, y esta vez no pude evitar soltar una lágrima. Ella lentamente me quitó la gota y acarició mi mentón.

-No llores... - habló bajito, seguro por la falta de fuerza y la anestesia.

-Lloro de felicidad mi amor, por fin estas de nuevo conmigo. - sonreí. Le quité la mascara de oxigeno y le di un dulce beso en sus labios.

-Aquí o allí pero contigo, ¿recuerdas? - dijo con una pequeña sonrisa.

-Por siempre. - concluí yo.

PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora