4- La niñera

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Comencé a caminar en dirección contraria a tal velocidad que terminé terminé tropezando de lleno con un hechicero que pasaba por ahí. Mientras ambos rebotábamos hacia atrás, el cuenco con papas que él llevaba se esparció por el aire y el suelo, ensuciando a todos los presentes. 

-Oye, ¿estás bien?-inquirió el extraño, tomándome del antebrazo para levantarme.

-Estoy bien-me sacudí el cabello lleno de grasa-. ¿Conoces a Rap Monster?

-¿Rap Monster?-repitió divertido, mientras se apoyaba a la pared con un brazo estirado-. ¿Y qué con él? ¿Te gusta?

-¿Qué...? ¡No! Sólo estoy buscándolos.

-Pues sí, tal vez se dónde está.

Pestañeé lentamente, ¿en serio íbamos a jugar a hacernos los imbéciles?

-¿Y vas a decir dónde?-insistí.

Se mordió el labio, acercándose.

-Mmm... tal vez...-ronroneó-. Pero necesito algo a cambio.

-No tengo dinero.

Lanzó una estruendosa carcajada que habría hecho que todos voltearan de no ser por lo fuerte que estaba la música.

-No quiero tu dinero, niña-chasqueó la lengua.

Asentí.

-Ha sido un placer hablar contigo-iba a rodearlo para volver junto a Jimin, pero el tipo apoyó el otro brazo en la otra pared del pasillo, encerrándome-. ¿Te vas a mover?

-Sólo quiero un beso, ¿qué creíste? ¿Que soy un tipo malo? Sé que eres de instituto, me lo ha dicho un chico ebrio de por allá-señaló con la cabeza a ninguna parte.

-¡Pues no pienso darte ningún beso!-exclamé, y el muchacho frunció el ceño de tal manera que hizo que mis rodillas temblaran.

-Oye...-murmuró con voz pastosa, acercándose tanto a mi que nuestros pechos casi podían tocarse-. No hay necesidad de ponerse rebelde. No olvides quién es el mayor aquí.

-¡Me importa una mierda si eres mayor o no! 

-¿Ah sí? Entonces déjame preguntarte una cosa: ¿a qué viniste a una fiesta de universitarios si no esperas ser follada?

Me hice hacia atrás, chocando con la pared. ¿¡Qué estaba diciendo!? De repente todo comenzó a darme vueltas, ¿¡por qué no había traído el celular conmigo!? Tenía ganas de llamar a la policía y mandar a la mierda a todos esos buenos para nada. ¿¡Por qué a mi!? ¡¡¡Yo sólo quería cocinar unos panqueques en la soledad de mi casa!!! 

-¡Oh! ¡Vaya! Espera un momento-el hechicero me levantó la barbilla agarrándome con dos dedos-. Aún eres virgen, ¿cierto?

Creí que me enrojecía, aunque no estaba totalmente segura. El ambiente de por sí era muy caluroso y el humo de tabaco hacía que me escocieran los ojos.

Tragué saliva y me rebatí entre sus manos, pero me tenía inmovilizada con su cuerpo. No tenía escapatoria.

-No te preocupes-su aliento a alcohol me impregnó la nariz-. Podemos arreglar eso...

Sentí su mano deslizarse por el interior de mi muslo y comencé a patalear con todas mis fuerzas.

-¡Suéltame!-grité; aunque no había nadie cerca que me escuchace.

-Tranquila nena. Sólo relájate-se rió-. Prometo que no dolera... tanto.

Lo único que me dieron sus palabras fue asco.

Why So Serious? [Kim Taehyung]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora