12- Cheetos

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-No tienes que estar triste-murmuró una voz a mi lado.

Mis parpados temblaron, amenazando con abrirse. No quería hacerlo, ¿y si estaba soñando? ¿Si esa profunda voz a mi lado no era real?

-Abre los ojos, Cassie-sonrió, pude oírlo sonreír-. Y deja de llorar ya.

Apreté los labios y me obligué a abrirlos.

-Te quiero, pero eres una tonta-dijo, y sentí que acariciaba mi rostro-. Ábrelos.

Los abrí.

Taehyung, a mi lado, acariciaba mi rostro anestesiado. El sol le daba en el rostro y en el cabello, y su sonrisa tranquila me daba una paz interna sobrecogedora. Yacíamos recostados sobre el césped bajo un precioso cielo azul de verano.

-Te quiero, Tae-murmuré, sin despegar la mejilla de la tierra.

El muchacho acentuó más la sonrisa y volvió a acariciar mi mejilla. Se me escapó un suspiro desesperado, de esos que se escapan luego de llorar mucho; y Taehyung dejó de sonreír.

-No quiero verte así.

-Estoy bien, te lo prometo.

-Entonces... ¿por qué llorabas?

-Porque no quiero verte triste.

Se mordió el labio.

-¿Cómo podría estar mal si te tengo conmigo?-acercó su rostro a mi y yo abrí los ojos como platos-. Eres todo lo que necesito.

Acorté la distancia que nos separaba y...

... Y desperté de golpe en medio de la oscuridad.

Tragué saliva y miré la hora. Faltaban dos horas para que sonara la alarma; y como me sería imposible volver a dormir después de tal sueño, decidí simplemente levantarme y comenzar con la rutina del día. Había soñado con Taehyung, pero... ¿qué...? Oh, bueno. Ya había olvidado casi todo el sueño. Solo recordaba que había soñado con él.

Mi madre abrió un poco la puerta de mi habitación y metió la cabeza. Levanté la vista de mi computadora, como un animalillo enfurecido, y la miré a través del cristal de mi anteojos de descanso.

-Va a dolerte la cabeza si sigues tecleando de esa manera-comenzó-. ¿Hace cuánto estás sentada ahí?

Me quité los anteojos y los dejé sobre el escritorio, para luego entrelazar mis dedos y apoyar los codos sobre el escritorio.

-El suficiente, estoy inspirada el día de hoy.

-¿Sigues con tu novela?

-¿Necesitas algo?-no tenía ganas de tener ese tipo de charlas con mi madre, pues al final siempre terminaba burlándose de mi.

Mi madre sonrió y enarcó una ceja.

-Pues tienes visita-dijo y, cuando abrió un poco más la puerta, vi el cuerpo que se encontraba a su lado.

Casi me ahogo con mi propia saliva. Me levanté de golpe y mis anteojos salieron volando del escritorio.

-Oh-Jungkook se apuró a juntarlos del suelo y volver a dejarlos en su lugar-. Hola, Cassie.

-Les dejo solos-mi madre se marchó, cerrando la puerta de mi habitación, y yo traté de tragar saliva para alivianar aquel nudo que se me había echo en la garganta.

-¿Qué haces aquí?-inquirí, rudamente. Luego sacudí la cabeza-. Lo siento, me has sorprendido.

-Es lo natural-Jungkook metió las manos en el bolsillo de su hoodie negro y pasó a mi lado para ir a espiar por mi ventana, dejándome clara por un segundo la enorme diferencia de estatura entre los dos-. Sólo... ya sabes, pasaba.

Why So Serious? [Kim Taehyung]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora