Los ánimos del grupo quedaron bastante alicaídos tras la revelación, lo que provocó una separación temporal. El Doctor LaVey regresó a la gran sala mientras que Yenna quedaba a cargo de la doctora Crowley, lo que permitió al Doctor dedicarse a una de sus actividades favoritas: aislarse en búsqueda de respuestas.

Los terminales de los miembros del equipo estaban en la gran sala, pero el servidor central donde se almacenaba toda la información se encontraba en el campamento base, por lo que el Doctor decidió husmear su contenido. Pese a encontrarse con distintos niveles de seguridad, ninguno le supuso una gran dificultad para saltárselos, por lo que en pocos minutos se encontró navegando por las distintas carpetas.

Los archivos correspondientes a los doctores Crowley y LaVey no le aportaron demasiada información, y los de Herbert West le confirmaron que los planetas estaban en su punto de aproximación máxima. Con muy pocas esperanzas de encontrarse con algo interesante, se dirigió finalmente a la carpeta de Randolph Carter.

Cuando el doctor LaVey llegó, Yenna estaba monitorizando las constantes vitales de la doctora Crowley, mientras que el Doctor se encontraba sentado en un rincón, jugueteando con su destornillador sónico.

– ¿Algún nuevo descubrimiento? – preguntó el Doctor.

– Ya sabe cómo es la arqueología. Por lo general se va a ciegas tratando de juntar las piezas de un inmenso puzle que suele estar incompleto, por lo que sólo queda tratar de imaginar cuál es el resultado final... ¿Y ustedes? ¿Cómo les ha ido?

– La doctora se mantiene estable – contestó Yenna –. He tratado de penetrar en su mente, pero es como entrar en una niebla densa; usted no es el único que va a ciegas, doctor Crowley...

– ¿Y usted, Doctor?

– Bueno... Me he dedicado a husmear en su servidor.

– ¿Ha penetrado en el sistema? ¿Cómo ha podido hacerlo?

– Pocos sistemas se resisten a un Señor del Tiempo armado con su destornillador sónico, doctor LaVey...

– ¿Sabe que el robo de información es un delito? – dijo LaVey airadamente.

– Usted me habla de leyes, yo le hablaré de moralidad. ¿Cómo califica usted la ocultación? Estamos en una situación donde cada dato, por nimio que parezca, puede marcar la diferencia entre estar vivos o muertos.

– Yo no le he ocultado nada, Doctor...

– Lamento disentir... ¿Qué tiene que decirme acerca del equipo Fyrsta?

– ¿Equipo Fyrsta? – dijo Yenna – ¿Qué es eso?

– El equipo de la doctora Crowley no han sido los primeros en poner los pies en este planeta...

– ¿Y dónde están? ¿Siguen aquí todavía?

– No lo sé... – contestó el Doctor – Quizás el doctor LaVey pueda contestar a esta pregunta.

– ¿Dónde...? – dijo un abatido LaVey – ¿Dónde encontró la información?

– Se les mencionaba brevemente en los archivos de Randolph Carter, por lo que supongo que se trataría de un equipo minero destinado a establecer una prospección, al estilo de Uróboros Secundo.

– La verdad es que no sé demasiado...

– Sabe más de lo que yo sé, por lo que le agradecería que compartiera esos conocimientos.

– Su suposición inicial era cierta... Un equipo de diez personas, enviados una vez los sistemas mineros de Uróboros Secundo estuvieron establecidos y operativos. Su misión aquí era proseguir el trabajo, buscando vetas y preparando la maquinaria para su extracción.

La Estratagema Del Silifante (Doctor Who)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora